Higiene, talón de Aquiles ante un panorama sanitario complejo
Por Ricardo R. González
Fotos: internet
Las altas temperaturas, las precipitaciones que aparecen, sin descartar las irregularidades institucionales e indisciplinas ciudadanas son algunas de las realidades que abren brechas para comprometer más un panorama sanitario complejo.
Es la etapa de adoptar máxima precaución ante cualquier indicio que pueda originar brotes epidémicos, y aunque parezca llover sobre mojado, lejos de «teques», todos llevamos responsabilidad en el asunto.
Ojo con las enfermedades diarreicas agudas (EDA) transmitidas por bacterias, virus u otros agentes infecciosos fusionados con las heces fecales. Todo incide en la digestión, y en ello desempeña un rol principal el contacto con las manos contaminadas de personas que no se las lavaron luego de realizar acciones cotidianas.
No olvidemos la ingestión frecuente de alimentos, agua y bebidas que no estén sometidos a procesos de desinfección. Que el día a día y la premura de la vida no nos ate a trampas peligrosas, y mucha precaución con la infancia que adquiere las infecciones al estar en contacto con algún adulto incumplidor de las medidas higiénicas.
Resulta de primer orden mantener la lactancia materna exclusiva hasta los seis meses de nacida la criatura a fin de lograr prevención mayoritaria ante múltiples enfermedades y riesgos.
Ahora bien, no todo responde al comportamiento individual de las personas que no queda exento de responsabilidades; sin embargo, esto tiene que complementarse con múltiples factores a cumplir por los organismos pertinentes y por razones objetivas, y también subjetivas, permanecen en una cuerda más que floja.
Tres de ellas entre tantas. La higiene en instituciones que expenden alimentos y el rigor de quienes despachan. El abasto de agua que sigue presentando irregularidades, a pesar de mejorías en fuentes suministradoras, pero no acaba de estabilizar ciclos de entrega, y el otro radica en la recogida de desechos sólidos que tampoco encuentra soluciones, independiente de planes y medidas que se adopten. En este caso las montañas de desperdicios siguen creciendo por cualquier sitio, y lo más triste es que muchos ya lo ven como un «adorno normal» de la cotidianidad.
Seamos justos, y en medio de este contexto habrá que añadir lo que nos toca como componentes sociales, ¿cumplimos nuestro deber o nos sumamos a los que complejizan el entorno? ¿cuántas veces se multiplican los salideros a partir de las negligencias poblacionales en las conductoras de manera intencional para favorecer el riego de otras áreas provocando más dolores de cabeza?
Hay mucho más. Las referencias serían interminables, y en medio de estas circunstancias resulta vital el despliegue de consejos a cumplimentar. Citemos el correcto lavado de las manos. Parece sencillo y rutinario, pero no siempre logra efectividad. Se hace necesario incluir las muñecas y entre los dedos y frotar ambas manos durante unos 30 segundos.
Las uñas no pueden quedar marginadas. Deben estar cortas al esconderse en ellas microorganismos peligrosos causantes de enfermedades.
Habrá que cepillarlas hasta que queden limpias, y luego secar bien con toallas, servilletas desechables o pañuelos en la medida de las disponibilidades.
Y si bien constituye un hábito que debe aplicarse como regla tiene momentos específicos, entre ellos al llegar de la calle, de los centros laborales y de las escuelas. Indispensable, además, antes y después de preparar alimentos, de comer, al terminar de jugar o tocar algún animal y luego de ir al baño.
ALIMENTOS
Tienen también sus precisiones. Exigen consumirlos bien cocinados y no dejarlos a temperatura ambiente por más de dos horas. Tendrá que evitarse el contacto entre los crudos y cocinados junto al empleo de diferentes utensilios al prepararlos para suprimir contaminaciones.
El caso de las frutas, vegetales y hortalizas reclaman un buen lavado, con énfasis con las que se consumirán crudas.
AGUA
Siempre que se pueda, ante las reales y complejas situaciones de electricidad y combustibles, deberá hervirse durante tres minutos una vez logrado el punto de ebullición para añadirle cuatro gotas de Hipoclorito de Sodio al 1 % por cada litro de agua.
Si hay que mantener el líquido almacenado debe colocarse en envases limpios, no corrosibles, y bien tapados, en tanto los tanques, cisternas y otros recipientes reclaman su lavado y desinfección de manera sistemática.
EN EL HOGAR
Insistir en la limpieza de sus áreas y chapear los alrededores en aquellos casos donde proceda.
Los animales domésticos no pueden permanecer en zonas de cultivo ni próximos a lugares de preparación o consumo de alimentos. No es aconsejable la utilización de las casetas de las letrinas para el resguardo de estos durante la noche, al tiempo que se insiste en depositar los desechos sólidos en recipientes cerrados hasta su disposición final.
PIE DE FOTOS
1.- Parece rutinario; sin embargo, el lavado de las manos tiene sus particularidades para que resulte efectivo.
2.- Poco a poco siguen creciendo. Una veces por la insuficiente recogida de desechos atribuibles a múltiples causas, pero otras por las continuas negligencias humanas. ¿Podrá hablarse de sanidad?
3.- Otro de los detalles que a veces obviamos: el minucioso cuidado en la higiene de frutas, vegetales y hortalizas.
4.- Salideros ocasionales o intencionales, otra de las situaciones reales.
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