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Una recordista en olimpiada diferente

Una recordista en olimpiada diferente

Por Ricardo R. González

Fotos del autor y cortesía de la entrevistada

Ahora que vivimos emociones en juegos olímpicos existe una villaclareña alcanzable de un podio de premiaciones, pero en jornada diferente. Se trata de Laura Benítez Toboso, quien tiene el récord de donar 27 litros salidos de sus pechos al Banco de Leche Humana (BLH), radicado en el hospital ginecobstétrico Mariana Grajales, de Santa Clara.

Su historia comenzó con la llegada del primogénito Darío Quintana Benítez. Ya tiene dos años y medio, y arribó al mundo con ocho libras mediante un parto natural a manera de «milagro», al decir de su progenitora.  

«Rompí fuente a las 2:00 de la madrugada y a la 6:00 ya había parido sin dolor y sin puntos, en una familia que, tradicionalmente, ha desarrollado el encanto de lactar».

Este gesto de donar leche materna tiene varios antecedentes en Villa Clara. Con anterioridad el récord estaba en poder de la corralillense Ilianet Borges Avilés, con 25 litros, y vive muy feliz con su pequeña Vanessa de la Caridad Reyes Borges que en aquel momento nació prematura y apenas 2, 6 libras de peso.

Una interrogante común es válida para estas mamás sobre los motivos que la llevan a vincularse al BLH. En el caso de Laura tenía demasiada leche. Al ver que las cantidades eran inmensas y que el niño no se la iba a tomar le daba sentimiento eliminarla. Una vecina intervino para que la doctora Reyna Alodia González Velázquez, directora del BLH, visitara el hogar.

«No pasaron dos horas ya ella estaba en mi casa, y al ver las cantidades comenzaron las donaciones desde el hogar, algo permitido siempre que una comisión evalúe las condiciones sanitarias, por lo que extraía la leche en frascos estériles hasta su recolección en breve».

A su modo de ver el BLH es una familia, quien haya estado allí lo presiente. Llegó un momento que las extracciones eran diarias en el período de febrero de 2022 hasta julio del propio año.

«Siempre hubo recomendaciones que propiciaron un incremento marcado de peso en el bebé, y ya al mes tenía 10 libras. Solo con lactancia materna exclusiva en los primeros seis meses hasta que pasado ese tiempo se combinó con otros alimentos.

— ¿Qué es para ti el acto de lactar?

— Lo sublime. El primer mes es complejo, pero cuando el niño y mamá aprenden a lactar resulta el proceso más lindo por el que pasa una mujer, No hay nada más hermoso que ese intercambio, con mínima luz en la madrugada y mirar a la criatura. Es adorable, en ese instante sentía más el vínculo con él».

— ¿Momento de intimidad y maternidad?

— Sientes que te acaricia, que a veces abre los ojitos y mira a mamá y se establece una especie de lenguaje. Tienen que acostumbrarse madre e hijo, y desplegar mucha paciencia para que ellos desarrollen su succión. Cuando te sientas a lactar, a la hora que sea, es dedicarse a ese acto nada más. Como mi leche era óptima con ocho minutos de lactancia tenía, que difiere según los casos en específico.

— ¿La etapa difícil de la donación?

— En aquel momento estaba la Covid que impedía la movilidad, sin descartar los apagones. La Dra. Reyna tenía que traerme diariamente los frascos estériles y recogerlos después para su procesamiento en el BLH por parte de las enfermeras. Era un trabajo con marcado esfuerzo.

La falta de corriente eléctrica incidió en que no toda la leche fuera útil, y debo reconocer la labor de las enfermeras al analizar cada muestra. Muchas veces quien hacía de transportista era el hijo de la Dra. Reyna. Un esfuerzo de todos. Por eso se insiste en la creación de los centros de recolección.

— En tiempos complejos ¿Tuviste vínculo directo con el BLH? 

— Debíamos asistir con cierta frecuencia para los correspondientes exámenes. También a favor de comprobar la evolución del niño, si correspondía el incremento de peso con la calidad de la leche.

— Desde el punto de vista alimentario ¿algo en particular en tu caso?

— Ingería mucha agua acompañada de una alimentación balanceada, sin mucha grasa, ni batidos, son mejores los jugos naturales. No es tomar leche para producir leche. Un alimentación normal, Tampoco excederse en maní que tiene demasiada contenido grasiento.

— En torno a la lactancia existen diferentes mitos…

— Hay personas que hablan que desfiguran los senos entre muchas otras. Y estás en la disyuntiva. ¿O quieres figura bonita o bebé sano? .En lo particular mi hijo era lo primero, su salud, incluso lactar te ayuda mucho a recuperar tu peso anterior junto a la evolución del útero.

Para mí la leche materna no se acaba ni el seno se vacía, mientras que tenga al niño no existen contratiempos. Las personas se ponen equipos mecánicos modernos que, supuestamente, hacen la succión. Yo los tuve; sin embargo, esta tecnología me decía que no había contenido, entonces ponía al pequeño y era lo contrario.

— Hablabas que tu embarazo había sido una especie de «milagro». ¿Alguna situación específica?

— Tenía ovarios poliquísticos. Un síndrome que tiene múltiples síntomas, uno de ellos puede ser la infertilidad, aun así logré el embarazo. Estuve de certificado todo el tiempo, cuando aquello trabajaba en la Fiscalía de Santa Clara como fiscal municipal. Mi colectivo me ayudó mucho en aquella etapa, y para más detalle al final Dario parece que le gustó navegar por el interior y estuvo cuatro horas´para salir a conocer su mundo externo.

— ¿Consideras que el niño se educa desde antes del nacimiento?

— Sin dudas, hasta con el acto de lactar. No puedes acostumbrarlo a un solo seno. Hay que alternarlos.

— Ante el hecho de donar 27 litros de leche materna de febrero de 2022 a julio de igual año. ¿Te consideras la madre «adoptiva» de muchos infantes villaclareños?

— No lo había pensado, pero hubo un momento en el BLH que me enseñaron muchos de los niños beneficiados con la leche, al ver esas criaturas el pecho se me sobrecogió, era constatar mi utilidad ante la vida,, una manera más de solidaridad y humanidad.

Durante todo este período mi familia fue muy importante. A las tres de la mañana tenía que extraerme leche para que Darío siguiera durmiendo, y quien se despertaba conmigo y ayudaba a consignar los datos que exigen los frascos eran mis padres. Ellos guardaban los recipientes en refrigeración al tiempo que entendían todo el proceso, por supuesto sin descartar a mi esposo.

Y al valorar tantos detalles creo que sí, que pudiera ser la madre «adoptiva» de una parte de la infancia villaclareña.      

— ¿Cuál es tu recomendación respecto a la lactancia?

— Es lo más importante en esa etapa de la vida, el único alimento seguro que lo va a fortalecer, a crearle inmunidad antes múltiples afecciones y tener todos los anticuerpos que el niño necesita, sobre todo en el primer año de vida. En ese tiempo yo no supe lo que era un catarro ni cuadros de neumonías o resfriados, además de resultar un alimento gratis y a pura demanda, con la responsabilidad de que la criatura tiene que estar contigo.

Laura Benítez tiene ahora 29 años. Quizás más adelante piense en buscar el hermanito o la hermanita de Dario para ver cómo se desarrolla la historia, mientras tanto no posee una medalla, a pesar de tener su propia «olimpiada» y pudiera subir a un podio por tantas contribuciones a la vida.

PIE DE FOTOS

1.- Ternura de madre e hijo en una imagen.  Observe la sonrisa del pequeño con la picardía sana de la infancia.

2.- Darío tiene predilección por las ilustraciones, y a los dos años y medio identifica los colores, las vocales y en cuanto a la música prefiere ese intrépido gatico Vinagrito de nuestra Teresita Fernández.

3.- Trilogía de amor. Laura trabaja ahora como asesora jurídica de la Empresa Inmobiliaria del Turismo (Inmotur), su esposo José Orestes Quintana Rangel, es el asesor jurídico de Transtur, y el pequeño duerme entre la cobija de sus padres.   

4.- La criatura a los cuatro meses de nacido.

5.- Y aquí a los seis meses. Como se dice en el argot popular; «está criado». 

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