¿Debe renunciar «Muñeca» a su semillita?
Texto y fotos de la TV Ricardo R. González
La inclusión de Pascual (Frank Andrés Mora) y María Luisa (Yaité Ruiz) en la telenovela cubana «El derecho de soñar» ha traído innumerables opiniones. Muchos a favor y no menos en contra. Una pareja de discapacitados intelectuales que también sueña, que tiene ganas de vivir con el afán de buscar su futuro.
Mas, el dilema se ha incrementado ante la defensa a ultranza de ambos de mantener el embarazo, y cuidar a esa «semillita» que está en camino, que para la Dra. Liset Lara Ofarrill, al frente del Centro de Genética Médica en Villa Clara, compete, únicamente, a ellos tomar decisiones.
Desde su punto de vista profesional las gestaciones no se interrumpen sin un fundamento, «hay que valorar las causas y las implicaciones sobre el futuro bebé, qué calidad de vida va a tener y cuál es el pronóstico, si es reservado o no».
La especialista enfatiza que el derecho a la maternidad hay que respetarlo, y en el caso de las discapacidades intelectuales muchas enfermedades genéticas se pueden acompañar con esta, pero no todas.
«Pueden existir dificultades anatómicas visibles, pero el coeficiente de inteligencia es normal. Ahora, hay otras situaciones que sí se ofrece la alternativa de interrumpir la gestación porque el futuro no es viable. Por ejemplo, cuando existen pacientes que presentan malformaciones renales bilaterales (faltan los dos riñones) y una persona en estas condiciones no puede sobrevivir, entre otras».
La experiencia de la Dra. Lara Ofarrill corrobora la existencia de malformaciones congénitas que pueden trasmitirse de la madre a su criatura y que el desenlace no resulta el más adecuado; «sin embargo, por la parte médica siempre se le ofrece a la familia el derecho de decidir qué hacer con el producto de su concepción aunque sea algo extremo», precisa como detalle inviolable.
Y aclara algo fundamental: «Si en el contexto familiar existen divergencias entre la posibilidad de interrumpir o continuar la gestación quien tiene la última palabra es la gestante, aunque la parte paterna no comparta el criterio».
Pascual y «Muñeca» tuvieron inicialmente incomprensiones. La madre de ella hizo todo lo posible por proceder al término del embarazo, pero también encontró un mediador en el personaje de Igor que se inclinó a respetar el deseo de María Luisa.
Pipo y «Muñeca» se aman, consolidan su vida en pareja y, sobre todo, demuestran afecto por esa «semillita» que está por venir.
Como se diría en términos contemporáneos: hay indicios de maternidad y paternidad responsables, por lo que independientemente de la discapacidad intelectual, con muchos razonamientos acertados demostrado por la pareja en este caso, constituye una lección para todos.
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