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Dengue, lo objetivo y subjetivo en la misma cuerda

Dengue, lo objetivo y subjetivo en la misma cuerda

Por Ricardo R. González

Los Grupos Temporales de Trabajo vuelven a activarse en Villa Clara ante el incremento de las arbovirosis, fundamentalmente el dengue, de acuerdo con la decisión del Gobierno en el territorio.

En estos momentos circula en la provincia el serotipo de dengue III (DENV-3), y si existe algo «favorable» es que figura entre las demarcaciones cubanas que mantienen uno solo de estos microorganismos infecciosos en acción.

Mas no confiar porque si descuidamos la vigilancia pudieran aparecer otras de las cuatro variantes que incrementaría el peligro del dengue y sus manifestaciones graves, por lo que de convivir todas sus formas es posible que una persona pueda infestarse cuatro veces.

Lo cierto es que a través de toda la historia del dengue la percepción de riesgo sigue en una especie de cuerda floja de etapa en etapa en la que danzan las indisciplinas en escenarios reiterados como son los depósitos de almacenamiento de agua, tanques bajos y elevados, cisternas sin tapa y aquellos que permanecen a la intemperie, por citar ejemplos.

Y una vez más se insiste en algo reiterado como lo es el autofocal familiar y laboral.

Todo lo que induzca a la prevención resulta bienvenido y aplaudible, y si bien impera la responsabilidad ciudadana ante tantas indisciplinas no es menos cierto que las miradas no deben mantenerse en un prisma unilateral o que la balanza se incline hacia un solo lado.

Si bien la población tiene cartas importantes en el asunto la competencia es de todos. Existen realidades que conspiran contra la buena marcha de lo estipulado, y por innumerables razones la recogida de desechos sólidos se debate entre múltiples irregularidades que forman parte del lamentable orden del día que sufre el pueblo.

Al menos Santa Clara y otros sitios de la provincia exhiben sus microvertederos convertidos, en muchas ocasiones, en moles gigantes. Desechos sólidos que por las causas que sean no se recogen oportunamente y tienden a convertirse en reservorios ideales para mosquitos y roedores, pero también de los tristemente «buzos» que exploran los desperdicios y luego de su acción se expanden por el sitio, o también por los perros callejeros en busca de su sustento, sumadas a las reiteradas indisciplinas sociales que cada vez resultan más significativas.

Eso por un lado, por otro las múltiples grietas que muestra el abasto de agua. Esto impone el acopio del líquido porque se desconoce lo que pueda ocurrir en el venidero ciclo, si por casualidad se rompe la bomba o existen situaciones en la estación de bombeo que abre la incógnita al «cuando será la próxima vez», integrado a la crítica situación en otros puntos y municipios en los que el agua no llega.

Sepa también que el clima influye en el hábitat del Aedes aegypti al escoger el trópico como sitio preferido y vivir a una temperatura entre 15 y 40 o C, aunque resulta muy favorecido de 32 a 36 grados, y disfruta a la vez de la elevada humedad existente en el archipiélago.

La pregunta clave de esta situación radica en ¿por qué no se fumiga? De acuerdo con las autoridades sanitarias la mayoría de los productos son importados ante un cuadro financiero y de disponibilidades de combustible bien difícil.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el dengue es conocido como «fiebre rompehuesos» y cerca de la mitad de la población mundial corre el riesgo de contraer el virus, máxime en el área de Las Américas como zona en la que mantiene significativa presencia con tendencia a proliferar.

A cada uno nos pertenece cumplir las medidas esenciales con rigurosa sistematicidad. El ojo puesto sobre los tanques, cubos, palanganas y otros depósitos de agua.

— Latas, botellas y otros recipientes mantenerlos boca abajo y preferiblemente bajo techo. Perforar las latas antes de desecharlas.

— Sembrar las plantas en tierra y cambiar el agua de floreros y vasos espirituales en días alternos.

— Colocar las gomas bajo techo o rellenarlas con tierra.

— Cambiar diariamente el agua de los bebederos y cepillarlos una vez a la semana.

— Drenar y eliminar cualquier objeto que pueda almacenar líquido y evitar aquellas estancadas en patios y azoteas.

— Revisar semanalmente las gavetas de refrigeradores y aires acondicionados para eliminar el agua que puedan contener y cepillarlas.

Una cruzada o enfrentamiento al temerario dengue, una vez más en que se insiste que no es un juego ni un capricho porque la epidemia mata. Habrá entonces que pensar cada estrategia, ver con lo que realmente contamos. Responsabilidad de unos y de otros, y hacer del problema un asunto colectivo para evitar que lo objetivo y lo subjetivo bailen en la misma cuerda.

PIE DE FOTOS

1.- La actual clasificación del dengue establece dos categorías principales: dengue (con o sin signos de alerta) y dengue grave (conocido anteriormente como dengue hemorrágico). La clasificación secundaria de dengue con o sin signos de alerta está concebida para ayudar a los profesionales de la salud a seleccionar pacientes para su ingreso hospitalario, a fin de someterlos a observación estrecha, y reducir al mínimo el riesgo de que evolucionen hacia la forma más grave de dengue.

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