HTA, otra pandemia peligrosa y silenciosa
Por Ricardo R. González
De acuerdo con el calendario el 17 de mayo se establece como Día Mundial de la hipertensión arterial (HTA), y si bien pudiera resultar algo simbólico nos parece que por el alcance y sus asociaciones con otros padecimientos hay que convertirla en asunto cotidiano.
Mucho se ha insistido al respecto, y una de las pasiones del Dr. Alberto Morales Salinas, quien fuera especialista de I y II Grado en Cardiología, y en Medicina General Integral (MGI) fue entregarse por completo a la investigación.
Lamentablemente él ya no está; sin embargo, en el universo de la HTA asumió el mayor reto. Siete meses de su vida le llevó despejar el dilema de que si se trata o no la hipertensión arterial (HTA) ligera de bajo riesgo cardiovascular desde el punto de vista facultativo, al no existir ensayos clínicos con el máximo nivel de evidencias.
Tenía ante sí una verdadera incógnita en un terreno de grandes controversias internacionales. Algunos opinan que sí, y otros recurren a la fórmula exclusiva de cambios en los estilos de vida a fin de asumir el padecimiento.
Un estudio premiado en diferentes eventos y sobre el cual me dijo en aquel momento que la Cardiología actual sitúa al tema entre los más polémicos, y se hace necesario una valoración múltiple desde el punto de vista sicológico, social, y conductual, entre otras esferas.
En lo personal requirió un gran tiempo al tener que intercambiar con principales expertos de HTA en el mundo para intentar y materializar un primer consenso en el manejo de este tipo de afección.
Insistía en todo momento en el impacto significativo que pudiera tener sobre la disminución de la mortalidad prematura por enfermedades cardiovasculares, ya que aproximadamente dos tercios de los decesos ocurre en pacientes de bajo y moderado riesgo.
No por gusto se considera que la hipertensión constituye la mayor amenaza a la carga global de enfermedades, y aporta unos 9,4 millones de muertes anuales. Tampoco puede olvidarse que los padecimientos cardiovasculares guardan relación directa con el aumento de la presión arterial.
Para los galenos la HTA leve se enmarca a partir de una presión arterial sistólica (máxima) entre 140 a 159 milímetros de mercurio, en tanto la diastólica o mínima oscila de 90 a 99 mm de Hg, mas queda claro que el término de leve está vinculado, propiamente, a las cifras de tensión, y no así a su grado de importancia clínica.
E inmerso en aquel interesante diálogo le recordé que para muchos no hay enfermedades, si no enfermos, entonces pregunté si pudiera decirse que cada hipertenso es un universo diferente.
Su experiencia como médico de familia y después los años de ejercicio en la Cardiología le permitieron corroborarlo, aunque tenga como base idéntica afección. La individualidad debe respetarse, y llegar a examinar al enfermo de una manera integral debido a que la HTA sigue siendo la enemiga silenciosa.
Y ¿por qué se considera silente? Para muchos expertos puede pasar inadvertida, y si bien resulta más frecuente a partir de la cuarta década de la vida puede irrumpir a cualquier edad, ya sea por predisposición familiar o en personas sin antecedentes.
No menos importantes los aportes del Dr. Guillermo Alberto Pérez Fernández con su estudio clínico epidemiológico de la presión arterial sistémica en adolescentes de varias secundarias básicas y comunidades santaclareñas al considerarse el principal factor de riesgo desencadenante de las enfermedades cardiovasculares.
Menuda sorpresa recibió el galeno al constatar la cifra elevada de jóvenes con cifras de tensión llamativas para su edad e incluso el hecho que lo desconocían.
Ahora, y para mayor complicación, no podrá obviarse la relación entre la HTA y el curso evolutivo desfavorable en portadores de Covid-19, y ratifica que la incidencia es más probable en ancianos y en los que padecen comorbilidades como otras afecciones cardiovasculares y la diabetes mellitus.
RECORDAR
— Una presión arterial alta (hipertensión) es cuando uno o ambos números de la presión arterial son mayores de 130/80 mm Hg la mayoría de las veces. Si el valor del número superior de su presión arterial es entre 120 y 130 mm Hg y el valor del número inferior es menor a 80 mm Hg, se denomina presión arterial elevada.
— El cuadro clínico de la HTA se resume en fuertes dolores de cabeza, náuseas o vómitos, confusiones, cambios en la visión y sangrado nasal, entre otros.
— Cerca del 95 % de los hipertensos figuran entre los altos consumidores de sal.
— Del 10 al 15 % de los cubanos desconoce que son portadores, o se muestran asintomáticos aun cuando tienen cifras descontroladas.
— El 25,3 % de los villaclareños mayores de 14 años padecen de HTA, y se suman a los más de 2 millones registrados en el país.
— Si sufres de presión arterial alta evita alimentos con alto contenido de sal, los carbohidratos, el alcohol en exceso y la comida frita. Además de tener en cuenta estas restricciones, también debes cuidar tu hidratación y el nivel de ejercicios.
— La HTA influye en la enfermedad renal crónica que la padece entre el 10 y 12 % de la población mundial, mientras los estimados en Cuba fijan un millón de personas en cifra aproximada.
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