Los meses finales de la temporada ciclónica

El período comprendido entre septiembre y noviembre resulta el más peligroso para la formación de estos eventos.
Por Ricardo R. González
Fotos del autor, cortesía CMP e internet
Entramos en la recta final de la temporada ciclónica 2025; sin embargo, desde septiembre hasta noviembre transcurre la etapa más compleja para Cuba y también en la cuenca del Atlántico norte, el golfo de México y el mar Caribe.
Las mayores afectaciones recaen sobre estos meses, y hablar de huracanes y ciclones no resulta nada grato, máxime cuando los pronósticos ratifican un período activo.
El contexto advierte que octubre trae los máximos huracanes desarrollados en el mar Caribe y que tienden a subir. Vale decir que los grandes organismos que han impactado a Cuba ocurren en este mes, y para el máster Amaury Machado Montes de Oca, jefe del grupo de pronósticos del Centro Meteorológico Provincial (CMP), el 10 de septiembre marca en el pico de la temporada en la cuenca, aunque, en la madrugada de este 17 de septiembre se formó .la séptima depresión tropical que si bien es seguida, de momento, no ofrece peligro para Cuba.
«Llevamos más de un mes de poca actividad ciclónica debido, entre otros factores, a la modulación del Polvo del Sahara que por el último posible evento daban un 90 % de posibilidades sin que llegara a desarrollarse al entrar aire seco, y existe una estadística que advierte que pasado el 10 de septiembre, unido a octubre y noviembre, aparece el 58 % de los ciclones tropicales pronosticados».
El experto insiste sobre la poca incidencia de organismos tropicales en la etapa. De los 17 o 18 previstos deben quedar entre ocho a diez sistemas como máximo, por lo que a partir de las próximas dos semanas debe activarse la temporada.
LO QUE FAVORECE EL SURGIMIENTO DE LOS CICLONES
Existen condicionantes elementales. Como antecedente puede señalarse la existencia de un área de disturbios o mal tiempo durante varios días consecutivos sumado a una temperatura del mar que rebase
los 26,5 o C desde la superficie hasta una profundidad aproximada de 45 metros, unido al predominio de vientos débiles, sin cambios notorios de dirección y velocidad en la atmósfera superior.
La temperatura del mar sigue muy cálida en el Caribe y el Atlántico Tropical, lo que favorece la formación de ciclones, al tiempo que se registra una disminución de la entrada del polvo del Sahara como factor que inhibe la presencia de estos sucesos meteorológicos, y no se descarta la situación del ENOS (El Niño-Oscilación del Sur) que atraviesa por una fase neutral en el Pacífico ecuatorial, y se espera que La Niña (AENOS) se desarrolle de manera ligera casi al término de la temporada ciclónica.
«Ello influirá en el invierno cubano que resultará más seco y con menos frío», agrega Machado Montes de Oca, quien considera que en octubre existe un fenómeno que se activa más en fase neutral con una zona de confluencia o convergencia ecuatorial entre los vientos alisios del hemisferio norte con los del sur.
«Precisamente sobre el golfo de los Mosquitos, en el istmo panameño, tienen a originarse los ciclones tropicales en octubre que de ahí suben a nuestra área, por ello es que dicho mes resulta muy peligroso», acota el experto.
Respecto al panorama ciclónico pudieran existir contradicciones, pero según estudios realizados el huracán Mitch lidera el ranking del más fuerte de los que han afectado a Centroamérica en1998. Provocó más de 19.325 muertes y los destrozos generados ascendieron a 48.200 millones de dólares.
No queda atrás el «Wilma», de 2005, considerado el más intenso sobre el Atlántico. Más de 20 000 personas se evacuaron en la capital cubana, donde provocó serias inundaciones en áreas del malecón, el Vedado y Miramar.
La cronología incluye, además, a «Ian» (2022) con paso devastador por Cuba, «Katrina (2005), «Sandy» (2012), «Harvey (2017), «María» (2017), e «Irma», en 2017.
Respecto a noviembre se recuerda al «Kate» que afectó de manera directa a varias regiones y dejó innumerables destrozos en Caibarién que vio cómo muchos barcos abandonaron el entorno marino para penetrar en una parte de la ciudad, mientras el ETA, en noviembre de 2020, afectó a Centroamérica, el sur de Cuba, Sancti Spíritus y el norte de Pinar del Río.
Ante estos episodios Amaury Machado insiste en las medidas de precauciones, en cumplirlas, y estar siempre alertas por las informaciones oficiales ante la avalancha presente en redes sociales que muchas carecen de veracidad y alarman de manera innecesaria.
MEMORÁNDUM
— De acuerdo con la velocidad de los vientos máximos sostenidos que se promedian en un minuto, los ciclones tropicales son clasificados en depresión tropical al resultar inferiores a los 63 km/h. En la tormenta tropical oscilan entre los 63 a 117 km/h, y en el caso de los huracanes si superan los 117 km/h.
— La escala Saffir-Simpson establece para los huracanes categoría I la velocidad de los vientos entre los 119 y 153 km/h, II (154–177 km/h), III (178–209 km/h), IV (210–250 km/h) y V (superiores a los 251-400 km/h). — Para designar los ciclones se acude a una lista de 21 nombres confeccionada por orden alfabético en inglés, francés y español, que se reiteran cada seis años y alternan denominaciones masculinas y femeninas.
— Según estudios el patrón climático El Niño—Oscilación del Sur (ENOS) ocupa un 70 % en la determinación de los pronósticos.
CONTRASTES
Si bien noviembre acoge menor nivel de afectaciones vale recordar que el fatídico «Kate» dejó severas afectaciones para el territorio en 1985, a pesar de resultar un sistema errático durante sus primeras horas de formarse cercano a Puerto Rico.
Hizo estragos en el oriente cubano y en otras partes de Cuba, mas no olvidemos la pesadilla vivida por los caibarienenses donde todavía las poderosas ráfagas permanecen en el recuerdo, acompañadas de torrenciales lluvias y penetraciones del mar que, de conjunto, ocasionaron destrozos considerables.
No fue extraño que el agua alcanzara la altura de postes eléctricos ni que algunas embarcaciones abandonaran su «hábitat» de costumbre para internarse en el paseo principal de la ciudad.
Ello llama la atención de que aún en el mes en que disminuye la frecuencia de los huracanes se puede descuidar la información oficial y el seguimiento de las orientaciones emitidas por las autoridades competentes.
¿Tenemos o no nuestras Razones?
PIE DE FOTOS
1.- Este es el ojo de un poderoso huracán. Posee entre 30 a 65 km de diámetro. Su pared está compuesta por nubes densas y en esta región aparecen los vientos más intensos del fenómeno. (cortesía CMP)
2.- Estar atentos a las informaciones a través de los canales oficiales y seguir la actualización de los modelos en las fechas previstas es la recomendación que deja el máster Amaury Machado ante el transcurso de la temporada ciclónica, a concluir el 30 de noviembre.
3.- Recuerdo inolvidable «Kate» para los caibarienenses con los destrozos que dejó en su pueblo.
4.- El golfo de los Mosquitos donde tienden a formarse los ciclones de octubre que luego pueden subir a nuestra área.
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