«Vivo un mundo diferente»
Afirma el joven Jadier Juvier Bravo, sometido recientemente a un trasplante renal en el reinicio de la actividad en Villa Clara, quien este miércoles recibió el egreso hospitalario.
Texto y fotos Ricardo R. González y cortesía del Dr. Rafael Cruz Abascal
Ahora quisiera olvidar etapas pasadas, caminar de manera moderada y recordar aquella frase que le dijo a su mamá cuando salió del salón acompañado de una sonrisa: «Ya salimos de esto», entre los tantos pasajes que vienen a la mente de Jadier Juvier Bravo, el muchacho de 25 años sometido a un trasplante renal en el hospital clínico quirúrgico universitario Arnaldo Milián Castro, de Villa Clara, al reiniciar la actividad en la región central.
Conversa sentado, y por momentos se para erguido, sin perder la disciplina que mantiene porque sabe que su vida depende de los tantos cuidados que deberá asumir.
Y relata el momento en que se detecta su insuficiencia renal crónica (IRC) cuando apenas le faltaban cuatro meses para terminar el Servicio Militar Activo.
«Llegaba a la casa, el cansancio y el sueño me vencían. No era yo, era otro el que gustaba practicar deportes sin poder. Un día mi mamá insistió en hacerme un chequeo. Tenía la hemoglobina muy baja, y fui para la Unidad y lo informé. Me llevaron al hospital militar Cdte. Manuel Fajardo Rivero con el fin de profundizar los estudios».
El período de ingreso continuó en el «Arnaldo Milián» donde existe el servicio de Nefrología, y al regresar a su Unidad fue remitido para La Habana. «Allá estuve algo más de un mes en diferentes investigaciones. Indicaron unos medicamentos para ver su efecto, pero no dieron resultado. Quedaba la remisión a otro tipo de tratamiento, por lo que regresé al hospital villaclareño para continuar las hemodiálisis».
Jadier conoce, palmo a palmo, el camino desde su lugar de residencia, en Güinía de Miranda, hasta Santa Clara. Martes, jueves y sábados esperaban las sesiones para purificar la sangre. Así estuvo seis años sometido a estos procederes.
Se habían agotado todas las posibilidades. No quedaba otra alternativa que el trasplante hasta que llegó el 4 de septiembre de 2024.
«Asumí el proceso no sin ocultar temores propios, mas estoy muy agradecido de todos los médicos que han cooperado con mi caso, incluyo el personal de trasplante, los enfermeros de hemodiálisis que me ayudaron mucho, en fin… a todos. Sé que tengo que cuidarme, eso lo no olvido, y así lo asumiré. Me siento como hace mucho tiempo no me sentía, por lo que vivo un mundo diferente».
FELIZ CON SU «NIÑO»
Aunque Jadier presenta una estatura significativa para Darlis Bravo Toledo sigue siendo su «niño». Lo mira con orgullo, pero sin sobreprotegerlo.
«Si algo le caracteriza es su disciplina, siempre se cuidó bien, y gracias a ello estaba apto para la operación. De pequeño era asmático, con algún que otro problema en los pies que siempre fueron atendidos y todo desapareció. Tanto su niñez como la adolescencia transcurrieron sin contratiempos».
Nadie mejor para contemplar el estado de un hijo que su propia madre, Por eso a Darlis le extrañaba mucho el agotamiento experimentado por él. «El decaimiento era sorprendente y alguien que era comilón no tenía apetito. Un médico excelente que tenemos en Güinía lo notó algo pálido e indicó un hemograma. Cuál sería la sorpresa al reflejar una hemoglobina de 7 gramos. Así fuimos para el Hospital Militar que al no disponer del servicio de Nefrología continuamos en el «Arnaldo Milián».
— ¿Y la estancia en el Hospital Naval de La Habana?
— Los médicos de allá se esforzaron mucho para ver si podían devolver la vitalidad de los riñones, pero fue imposible. El daño ya estaba hecho y se imponían las hemodiálisis a la que siempre asistía con él. Trabajo en la Empresa de Comercio y Gastronomía del lugar de residencia, en el departamento de Contabilidad y los días de balance que eran más difíciles para mi venía su papá Romedis Juvier Cruz que también estaba muy preocupado por su hijo.
— Miércoles 4 de septiembre…
— Un día indescriptible. Sentí miedo, pero a la vez confianza en todo el equipo médico. Recé mucho y se lo encomendé a Dios y a la ciencia, y una tranquilidad interna me dijo que todo iba a salir bien. Fue el tiempo (2 horas y 35 minutos) que más ha durado en mi vida. No quiero ni recordar, pero al ver salir la camilla del salón retornó la tranquilidad al cuerpo.
Por su instinto maternal se aflige…; «sin embargo, al ver su carita y la expresión que me dijo nada más se podía pedir».
Luego vinieron unos días de recuperación en Terapia Intensiva hasta llegar a la Sala de Trasplante.
— ¿Quejas?
— ¿Cómo? La atención en general ha sido maravillosa, no lo han descuidado ni un segundo, al tanto de su presión, la temperatura, el seguimiento de la orina. No tengo palabras para agradecerle tanto a tantos, al personal de los servicios y hospitales por los que ha pasado, no le ha faltado ni un recurso a pesar de estos tiempos.
Y no puedo dejar de expresar mi gratitud al apoyo incondicional de mis compañeros de trabajo, a la cooperación de los vecinos, y del pueblo en general de Gúinía de Miranda.
«VOLVERÍA A SER NEFRÓLOGO»
La pasión por su especialidad forma parte de la vida del Dr. Yunier González Cárdenas, especialista de II Grado en Nefrología y coordinador regional de donación y trasplante, quien muestra satisfacciones al anunciar el reinicio de la actividad de esta esfera en la región central, luego de la pausa obligada impuesta por la COVID.
Entonces recurre a la historia en aquel junio de 2001 en el hospital clínico quirúrgico universitario Arnaldo Milián Castro cuando se inscribe otro reinicio en esta institución.
«Desde ese año sobrepasan las 500 operaciones de este tipo con elevada supervivencia y calidad a partir de donantes vivos o en muerte neuroencefálica, este último con mayor cantidad, y hemos tenido el apoyo de equipos quirúrgicos de Holguín y de La Habana, con estabilidad en los resultados por años antes de la pandemia».
A pesar de ser procederes sumamente costosos por la cantidad de insumos y recursos que demandan, en el caso de Cuba es aún más complejo ante las acciones y cláusulas del bloqueo.
«Villa Clara tiene en estos momentos las condiciones para continuar la actividad de trasplante por lo que aporta a la calidad de vida del paciente, por ser un programa muy sensible que cuenta con un apoyo ministerial y de la provincia, a pesar de ser tratamientos de Primer Mundo».
Baste decir que el costo solo en el primer año de vida del trasplantado, supera los 17 mil dólares, incluido los medicamentos, la cirugía e insumos, mas el total general depende de la supervivencia y del rango de la institución que lo realice.
— ¿Qué lugar le concede al apoyo familiar?
— Resulta de extraordinaria importancia al ser vital. Hay pacientes que pueden incorporarse a su trabajo, pero otros no debido al tipo de labores que desarrollaban. La célula familiar organiza, controla y regula, y es quien garantiza el éxito a largo plazo de un trasplante.
— ¿Y cómo considerar el gesto familiar de los donantes?
— Constituye uno de los más admirables en todo el proceso, es muy difícil la decisión en un momento en que, por un lado, juegan los sentimientos, y por otro la dura realidad de que no existen posibilidades de vida en su ser querido. Convertir ese dolor en fuerza mayor y ayudar a prolongar la vida de otra persona es algo digno y pleno de valores humanos. Un instante en que se trabaja con varios especialistas de conjunto porque mientras exista una posibilidad de vida hay que luchar con ese paciente hasta el último minuto.
— A tenor de su experiencia ¿cuáles serían las recomendaciones luego de realizado un trasplante?
— Es un cambio total porque salen de los métodos de hemodiálisis o diálisis, pero impera una disciplina total por el grado de inmunosupresión que tiene el paciente que debe cuidarse desde el punto de vista inmunológico porque está expuesto a múltiples enfermedades, infecciones, sin descuidar las condiciones higiénico—sanitarias y la nutrición como elementos primordiales para el mantenimiento del órgano.
El paciente podrá reincorporarse a la sociedad, No podemos decir con limitaciones, pero si a partir de sus cuidados.
— ¿Se inclinaría nuevamente por su especialidad?
— Volvería a ser nefrólogo y proseguiría con el trasplante, a pesar de que resulte un trabajo extenuante, y sobre todo contar con el mayor aliciente al escuchar esas palabras que brotan del enfermo al decir: «Ya no me hago más hemodiálisis».
DETALLES
— La historia de los trasplantes renales es diversa, al menos se sitúa al año 1905 como referente del primero realizado en humanos que se tiene noticias. A través del tiempo aparecen otras incursiones, incluso en diciembre de 1954, Joseph Murray superó la barrera del rechazo al utilizar un gemelo idéntico del paciente como donante de un acto humano.
— Cuba inicia los procederes en febrero de 1970, en tanto Villa Clara registra los dos primeros casos a fines de julio de 1986 en el único hospital clínico quirúrgico existente por entonces en la calle Cuba.
— El costo de un trasplante de riñón oscila en el mundo entre los 40 000 y 70 000 dólares.
— El riñón derecho se ubica más abajo que el izquierdo debido a la posición del hígado.
— El peso aproximado de cada órgano en los adultos es de 150 g.
— Entre los síntomas de la insuficiencia renal crónica aparecen manifestaciones gastrointestinales (náuseas, falta de apetito, vómitos). También sed intensa, piel seca, prurito, palidez y anemia, entre otros.
— Las compatibilidades más significativas entre donante y receptor recaen, fundamentalmente, en el grupo sanguíneo, las pruebas inmunológicas de sensibilización y el mapa genético del paciente como investigaciones de Primer Mundo que garantizan la sobrevivencia del trasplante a largo plazo.
Ello demanda de estudios previos enviados al laboratorio nacional acompañados de las muestras del posible donante. Se corroboran los sueros y los modelos según edad, peso y otras características a fin de seleccionar al paciente que posea mejores condiciones y congruencias.
EQUIPO MULTIDISCIPLINARIO
Nefrólogos. Dres. Rafael Cruz Abascal, Lisbet Pérez Delgado, Yamisel Ortega Rosendi, Yandy Martínez Cuellar y Yuniel González Cárdenas.
Cirujanos: Dres. Raunel Batista, Emilio José Nieto, Josué Coca, y Marcos Chaviano, urólogo del hospital.
Anestesiólogo: Dra. Jennifer López.
Enfermeros: Lic. Joel Rodríguez, Freddy Hernández, Yanetsy Martín, jefa de la Sala de Trasplante.
Coordinadora de donación de órganos: Dra. Lismarly Rodríguez
Sicóloga: Lic. Dianet Ávila.
Laboratoristas de Inmunología: Yereny Consuegra, Yamile Alvarado,
Yenia Torres, y Cándida G Milián.
Influyen muchas personas médicos, personal de enfermería, trabajadores de limpieza, trasportación y administrativos, entre otros perfiles.
PIE DE FOTOS
1.- «Mi cambio ha sido extraordinario», explica Jadier Juvier Bravo que luego de 21 días de someterse a un trasplante renal retornó, este miércoles a su casa.
2.- Instante del trasplante cuya duración fue de 2 horas 35 minutos.
3.- «El gesto de esas familias constituye uno de los más admirables en todo el proceso», fundamenta el Dr. Yunier González Cárdenas, especialista de II Grado en Nefrología y coordinador regional de donación y trasplante.
4.- Para realizar un trasplante se necesita la compatibilidad entre el donante y el receptor en un grupo de parámetros.
5.- Darlis Bravo Toledo, la progenitora que siempre estuvo al lado de su hijo confiesa que al ver salir la camilla del salón le retornó la tranquilidad a su vida.
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