Oropouche, virus de respeto
Oropouche, virus para respetar
Por Ricardo R. González
Fotos: internet
Si bien, al principio, consideraron que el virus del Oropouche (OROV) era relativamente benigno, el tiempo ha demostrado que, en algunas personas, puede causar complicaciones, sobre todo cuando se toma a la ligera o como algo pasajero.
Al valorar la situación epidemiológica cubana el director nacional de Higiene y Epidemiología, Dr, Francisco Durán García, insistió en que el país mantiene estrecha vigilancia ante el aumento considerable de casos desde que fuera detectado por primera vez en el pasado mayo, y ya está presente en 15 provincias, 99 municipios y 172 áreas de salud que pudieran incrementarse con el transcurso de los días. .
La trascendencia del momento recae en el mosquito Culex quinquefasciatus que al circular varios virus a la vez, sumados la influenza y el dengue, el panorama se torna complejo.
En julio de este año la Organización Panamericana de la Salud (OPS) emitió su alerta epidemiológica a partir del incremento de afectados en cinco países de la región de las Américas. Son estos: Brasil, que sobrepasa los 7700 episodios, además de Bolivia, Perú, Cuba y Colombia.
A criterio de Durán García en la isla caribeña no existen fallecidos por esta arbovirosis, tampoco casos graves, pero en el gigante sudamericano hay reportes severos que derivan a la meningoencefalitis. Ello demanda una alerta para los sistemas cubanos vinculados a la atención de grupos vulnerables, entre ellos las embarazadas a fin de evitar anomalías congénitas.
Un detalle a considerar, según el experto, es que derivado del cambio climático y el aumento de las migraciones el virus ha dejado de ser exclusivo de zonas rurales para afectar a la población urbana.
Al resultar una enfermedad nueva para Cuba hay mucho camino por investigar, de aquí la importancia de acudir de inmediato al médico ante manifestaciones asociadas con dolores de cabeza, articulares, vómitos, diarreas y temperaturas altas.
Se insiste en asistir a un centro médico para realizar el diagnóstico adecuado ante la circulación de tantos arbovirus como el dengue que sí puede desencadenar formas graves.
ALGUNAS CONSIDERACIONES
De acuerdo con el accionar investigativo el padecimiento se transmite por la picadura de mosquitos. La especie Culex quinquefasciatus es causante del virus, un «huésped» adicto a cualquier tipo de aguas, incluso las albañales y contaminadas.
El OROV fue detectado por primera vez en 1955 en las cercanías de la isla de Trinidad para luego originar varios brotes en Brasil a fines del pasado siglo.
Los síntomas son muy similares a los del dengue: Fiebre elevada en el inicio, dolores de cabeza, musculares, en las articulaciones, vómitos, y establece un período de incubación de cuatro a ocho días, aunque no se descarta hasta 12, y algunos casos pudieran presentar síntomas de meningitis aséptica o proceso infeccioso que afecta las meninges del sistema nervioso central.
Y hay personas que experimentan recaídas en un mes debido al retorno del cuadro clínico con malestar general y fiebre.
La mirada médica se detiene en el peligro de una posible (co)infección entre el dengue y el oropouche con un cuadro similar, lo que hace complejo el abordaje clínico y la toma de decisiones en las conductas preventivas, si se tiene en cuenta que el cuadro clínico del OROV pudiera evolucionar a formas más complejas, por lo que la presencia ante el médico constituye prioridad.
La ciencia no cuenta aún con vacunas ni tratamientos específicos para enfrentar el padecimiento, por lo que las autoridades sugieren ingerir abundante líquido y mantener la higiene a fin de evitar la propagación.
TEMA CANDENTE
Cada vez que existen situaciones como estas se reclama algo fundamental como la higiene apoyada en la participación popular, pero en ello intervienen varios factores. Por un lado, la responsabilidad ciudadana, los que cumplen cabalmente con las normas, y aquellos que la violan a diario, sin pensar en las incidencias que tienen en la colectividad.
Pero ¿y las acciones de organismos implicados?, llámense Comunales, Acueducto y otros «contribuyentes» a que el panorama sanitario se torne más complejo.
Se saben las condiciones actuales que vive Cuba, las carencias de todo tipo, más las lomas de desechos siguen creciendo y lo iniciado como un microvertedero se convierte en macro a la vista pública.
Seamos claros. Es cierto que a veces recogen la basura y acto seguido la propia vecindad «vuelve a la carga», como también los salideros, intencionales o no, en la red hidráulica conspiran en el proceso.
O esos tragantes de las calles, tupidos desde hace años. Nada más que caen unas gotas y bastan para que emitan sus señales y penetren en las casas en fracciones de segundos, sobre todo en zonas bajas con el peligro que ello representa, y súmele después la demora para que vuelvan a la «normalidad». Ejemplo vivo la calle Unión, entre Julio Jover y Berenguer. Según los vecinos se ha notificado varias veces a quienes tienen que tomar cartas en el asunto ante casos de niños, enfermos e imposibilitados, pero… aun aguardan por soluciones efectivas.
La propagación del virus es real. El vector escoge las aguas albañales y contaminadas, pero extiende sus preferencias a las de todo tipo. Por tanto, las contribuciones en la sanidad resulta determinante. Hagamos lo que nos corresponde por el bienestar de todos.
PIE DE FOTOS
1.- El Culex quinquefasciatus es el causante de los casos de Oropouche. Si bien lo describen como natural de aguas albañales y contaminadas las preferencias van más allá y se adueñas de todo tipo de líquido.
2.- Consideraciones que se establecen ante la fiebre del Oropouche.
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