El dengue persiste en Villa Clara
Por Ricardo R. González
Fotos: internet
El incremento de las lluvias en octubre refuerza el escenario para que el Aedes aegypti viva a su antojo en medio de un panorama en el que la agresividad del SARS-CoV-2 y la búsqueda de respuestas científicas ante algo sin precedentes desplazaron al dengue a segundos planos.
Lo cierto es que la enfermedad viral, trasmitida por el mosquito, no encuentra final, y constituye preocupación en el sistema sanitario debido a que el riesgo sigue muy elevado como realidad mantenida en el transcurso del año.
De los cuatro serotipos existentes —microorganismos causantes de un proceso infeccioso—; dos de ellos se hacen sentir en la provincia, mientras el índice de infestación sobrepasa los niveles permisibles (0.05 %) y resulta elevado.
Corresponde a Santa Clara las cifras más significativas al sobrepasar el 50 % de la focalidad, algo ya rutinario en este territorio, en tanto Placetas se sitúa como la segunda demarcación de mayor riesgo, seguida de Sagua la Grande, Ranchuelo y Caibarién de acuerdo con sus respectivos índices de infestación.
En las últimas ocho semanas la tasa de incidencia para el territorio es de 71, 8 por cada 100 mil habitantes con 555 casos diagnosticados, y si bien el reporte no es tan alto como en años anteriores vale aclarar que el incremento del vector y los casos positivos resultan factores que pudieran ocasionar una epidemia con sus inevitables consecuencias.
La mirada hacia los municipios revela que seis de ellos presentan una marcada situación en el último período.
MUNICIPIOS CASOS POSITIVOS TASA DE INCIDENCIA
Manicaragua 111 176,8/100 mil hab.
Sagua la Grande 77 152,3/100 mil hab.
Placetas 89 134,1/100 mil hab.
Camajuaní 65 111,8/100 mil hab.
Quemado de Güines 18 86,6/100 mil hab.
Santo Domingo 37 77,2/100 mil hab.
Todos por encima del comportamiento provincial; sin embargo; cuentan los 412 focos del mosquito detectados en la última semana, mientras que en los primeros quince días de octubre los operarios del Control de Vectores encontraron 823, representativos de un incremento con respecto al mes y al año anterior.
¿Qué ha fallado? Independientemente de la concentración mayoritaria dedicada a la Covid-19 se evidencian débiles acciones comunitarias y laborales a favor del autofocal y de otros procederes que demandan la cooperación intersectorial.
Los continuos problemas con el abasto de agua, la abrumadora cantidad de salideros, la situación de las fosas, los baches y huecos en las calles devenidos reservorios de la lluvia y del vital líquido, junto a las múltiples indisciplinas sociales y el pobre reordenamiento ambiental en muchas ocasiones inciden en la situación villaclareña.
No olvidar que el dengue puede cursar con síntomas leves, pero también provoca ingresos hospitalarios ante las severas complicaciones que no descartan desenlaces fatales.
Sus manifestaciones clásicas provocan fiebre alta y síntomas similares a la gripe, dolor intenso en los músculos, articulaciones, cabeza y detrás de los ojos. También puede presentarse salpullido, erupción en brazos, tronco y piernas, sin descartar sangrado leve en las encías y en la nariz.
Por su parte el hemorrágico se caracteriza por presentar fiebre alta, de 39 o C o más de dos a siete días, dificultades en la respiración, fuertes dolores abdominales, vómitos frecuentes o diarreas, hemorragias graves y presión arterial baja.
Cuba sufrió una epidemia de brote de dengue hemorrágico en 1981 con una cifra superior a los 10 mil 300 casos entre los más de 344 mil reportados. Hubo 158 fallecidos (101 niños), mientras el costo económico de la epidemia se estimó en 103 millones de dólares. Este triste episodio ha sido considerado el más devastador y trágico en la trayectoria de la enfermedad en el continente americano.
Triste realidad que nunca más debe repetirse. No obstante, recuerde que el dengue no es asunto pasado, persiste en Villa Clara.
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