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Dr. José Antonio Marrero: «No me arrepiento de ser Obstetra»

Dr. José Antonio Marrero: «No me arrepiento de ser Obstetra»

Texto y foto Ricardo R. González

Para Martí habrá siempre que tener en cuenta la virtud, la honradez y todo lo relacionado con la importancia de hacer el bien, y que los hombres y mujeres se «sintiesen útiles a sí mismos y a su país».

Cada quien lo profesa a su manera, y nada mejor que demostrarlo con lo que un día escogimos. Por ello el Dr. José Antonio Marrero Martínez confiesa que se enamoró de la especialidad desde que comenzó la residencia en 1995, y ha tratado de desarrollarla, «si no he podido hacer más obedece a múltiples limitantes ya sean de recursos, de posibilidades, de opciones o de ocasiones».

Hoy, en el Día Internacional del Obstetra, se siente agradecido al andar por la calle y recibir el saludo de las personas, «a veces no las recuerdo, mas constituye el gesto valioso que puedas recibir».

Entonces recurre a las tantas vivencias que le proporciona el desempeño profesional, como la ocurrida en esta semana cuando atendía a una paciente de Placetas.

«Me solicitaron para que le realizara una laparoscopía, y al salir a explicarle a su mamá me identificó.

«¿Ud. trabajó en tierra de los laureles?, dijo, pues sepa que me hizo el parto de ella en el 2000».

«Quieres más satisfacción que esa. Un ser que ayudé a traer al mundo al cabo de los años se convierte en paciente y que te reconozcan 23 años después»

Para el Dr. Marrero Martínez el significado de paciente encierra una dimensión especial. Tres misiones cumplidas en Eritrea, de 2007 a 2010, otra en Angola (2012 – 2015), y una en México durante todo 2023 y parte del actual año, le permiten establecer marcados contrastes.

«En el mercado internacional se les denomina cliente porque estás prestando un servicio, pero a la vez lo cobras. Ahora al hablar de paciente se trata de una persona que tiene una situación determinada, y viene en busca de ayuda para solucionar su problema de salud.

«Para nosotros es algo que no tiene precio; sin embargo, en las misiones hemos visto que la mentalidad del médico de esas instituciones está en atraer clientes. Se atienden en hospitales públicos, mas lo remiten a su consulta privada, como rasgo mercantil. Aquí le decimos venga a la próxima consulta, pero es para revaluar el caso, no para cobrar, y borrar de la mente eso de llevar un regalo porque será atendido como sea».

Aunque todos los días amerita el reconocimiento por la labor desempeñada no siempre el camino propicia la plenitud. ¿Ha tropezado con ellas?

«Hicimos el entrenamiento en mínimo acceso, pero se puede haber hecho más. Es algo con un caudal infinito y en extremo amplio; sin embargo, la tecnología disponible está muy atrasada para avanzar e incorporar nuevas modalidades, aunque la hacemos a favor del paciente.

En el plano personal un regocijo acompaña al doctor Marrero porque sus dos hijos han abrazado las sendas de la Medicina, la hembra lo es y el varón se proyecta por los caminos de la ginecología.

«No hubo imposiciones, cada quien decidió por propia voluntad, pero por lo que veo queremos hacer un team familiar».

Entonces, que la buena suerte acompañe por el bien de la humanidad.

PIE DE FOTOS

No importa que en ocasiones los ojos se nublen y rápidamente aparezca una sonrisa, eso también es dignidad como la que profesa el Dr. José Antonio Marrero Martínez.

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