Áreas protegidas, uno de los tesoros del entorno villaclareño
Por Ricardo R. González
Fotos del autor e internet
Una de las principales dichas ambientales villaclareñas es la de mantener la condición de áreas protegidas (AP) en las 11 demarcaciones aprobadas.
Lo corrobora la Dra. María Cristina González Domínguez, jefa del departamento de Recursos Naturales y Ecosistemas priorizados y cambio climático en la Subdelegación de Medio Ambiente, cuando ya se acerca el 5 de Junio, declarado Día Mundial del Medio Ambiente.
«Estas áreas están aprobadas por el Consejo de Ministros con diferentes categorías en su manejo, y administradas por la Empresa Provincial de Flora y Fauna, el Centro de Estudios y Servicios Ambientales (CESAM) y el grupo Gaviota», subraya la especialista.
De acuerdo con lo expuesto por la experta se considera satisfactoria la efectividad del manejo en función de la protección y la forma de administrar cada detalle, a pesar de todas las limitantes existentes.
«El mayor peso para la provincia recae en las áreas marinas, por lo que toda la costa norte de Villa Clara está bajo el régimen de zonas con regulaciones especiales y cuentan con planes de manejo actualizados».
En ellas predominan el programa de protección y vigilancia, así como el de educación ambiental y comunicación con los sectores que intervienen en su accionar, por lo que se incluye la utilidad de esos recursos naturales y la participación comunitaria.
Las áreas marinas tienen su vínculo con el proyecto Ecovalor, que incorpora consideraciones ambientales múltiples y sus implicaciones económicas en los paisajes, bosques y sectores productivos cubanos, financiado por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Se trata de generar beneficios ambientales que tomen en cuenta los servicios ecosistémicos y sus implicaciones económicas, ya que si se protege como debe ser existen garantías de la conservación y la pesca de las especies en su momento oportuno.
«Un punto especial merece el parque nacional Los Caimanes con resultados a destacar en función del sitio de desove del pargo para su conservación, y por primera vez se hace un acercamiento por parte del CESAM de la valoración e importancia de esa zona», precisa González Domínguez.
Una mirada al panorama cubano establece que las áreas protegidas en el país, hasta el último censo, representan casi el 21% de toda la extensión del archipiélago cubano; de ellos, el 25,51 % de la plataforma insular marina y el 17.80 % de la superficie terrestre.
A 211 asciende la cantidad de AP identificadas o en zonas alistadas cubanas, incluidas las de la plataforma insular marina hasta 200 metros de profundidad, pero en general, suman 119 las aprobadas oficialmente por acuerdos del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros, y se le atribuye su preservación a la existencia y funcionamiento del Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), que data de 1976.
PIE DE FOTOS
1.- El mayor peso para la provincia recae en las áreas marinas, por toda su costa norte.
2.- «Las 11 áreas protegidas existentes en Vila Clara presentan resultados satisfactorios», admite la Dra. María Cristina González Domínguez.
3.- El proyecto Ecovalor incorpora consideraciones ambientales múltiples y sus implicaciones económicas en los paisajes, bosques y sectores productivos cubanos.
4.- La Empresa Provincial de Flora y Fauna es una de las dependencias que administra el manejo de las AP en el territorio.
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