Brigadas Técnicas Juveniles, fuentes del intelecto villaclareño
Por Ricardo R. González
Fotos: Ramón Barreras Valdés
Aliosmy Martín Gutiérrez tiene 34 años, es Licenciado en Derecho, y un día le dieron la tarea de presidir el movimiento de las Brigadas Técnicas Juveniles (BTJ) en Villa Clara bajo ese afán de desplegar conocimientos en función de las diversas problemáticas de la vida contemporánea.
Al asistir a los primeros encuentros con sectores de la ciencia quedó mirando para los lados y preguntándose ¿y esto qué cosa es? De la manera más abierta lo confiesa porque no le resultaba familiar lo que allí se hablaba. Sabía, entonces, que debía estudiar a fin de familiarizarse con la terminología, mas estaba muy consciente del potencial utilitario de jóvenes que hoy suman 684 brigadas en toda la provincia, integradas por 7 mil 959 brigadistas.
Un dato relevante descansa en la amplia participación de las féminas con casi la mitad del total de miembros y el destaque de los centros de la ciencia en extensión mayoritaria. Entre ellos la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas (UCLV), su homóloga de Ciencias Médicas, y el resto de las instituciones de Salud, sin descartar al Instituto de Investigaciones en Viandas Tropicales (INIVIT) como otro de los pilares.
«Estos colectivos tienen tradición en el trabajo de las BTJ, junto a los colectivos de investigación del CITMA, junto a los vinculados a la producción y a las industrias como la INPUD Primero de Mayo y Planta Mecánica.
— Al pasar revista a 2022 ¿cuáles fueron los avances y también sus puntos débiles?
— Villa Clara presenta una situación que no dispone otra provincia del país porque en el tema de la ciencia somos de los territorios que más avanza, y creo que el principal indicador resultó el fortalecimiento del potencial científico, muy en especial las acciones que hace el sistema de ciencia en su conjunto con los jóvenes.
En las universidades, en el INIVIT, en las entidades del CITMA los jóvenes constituyen sus protagonistas, y es notorio el apoyo de los directivos de cada lugar al movimiento de las BTJ.
Vale decir que el territorio desarrolló el evento ECOJOVEN. Al certamen nacional asistieron cinco delegados, y se obtuvo un premio y cuatro menciones, por lo que la delegación completa alcanzó sus lauros. El premio y una de las menciones correspondieron al INIVIT, mientras los tres restantes recayeron en la UCLV.
Por otra parte se hicieron 48 propuestas villaclareñas para recibir el Sello Forjadores del Futuro, visto como el principal reconocimiento que otorga la Unión de Jóvenes Comunistas a través del movimiento de las BTJ, a jóvenes estudiantes y brigadistas que se destacan en la creación científico—técnica. De ellos, fueron aprobadas 43, con peso de la UCLV, Salud, el propio INIVIT, el INDER y el CITMA.
En cuanto a las debilidades contamos con la plantilla de directivos incompleta. Hoy Villa Clara no dispone del vicepresidente de las BTJ que sería, a la vez, el máximo conductor de los brigadistas en Santa Clara.
En los municipios es un trabajador de determinado centro, pero no constituye un cuadro profesional de la UJC, incluso le exigen y devenga su salario por su unidad laboral, y también el panorama migratorio ha influido con la partida de magníficos jóvenes que nutrían desde la base.
— ¿Qué se contempla para que un colectivo constituya su BTJ?
— Los requisitos establecen tener de 17 a 35 años y el ingreso es totalmente voluntario. En cada centro de trabajo debe existir una estructura partidista o de la juventud, y si hay un joven le corresponde a la UJC atenderlo, sea o no militante. De no contarse con una organización política de base los interesados pueden dirigirse a los comités de la organización juvenil radicados en cada municipio.
También ese joven interesado pudiera acercarse a un centro de trabajo próximo a su colectivo que ya cuente con un comité constituido y este puede sumarlo a su BTJ.
— Llegar al máximo de edad como brigadista significa la retirada de esa faceta?
— De ninguna manera. La experiencia es vital y las personas que han dejado de ser «betejotistas» no se han alejado de esos colectivos porque siguen apoyando el trabajo con los actuales miembros, al tiempo que se convierten en maestros y enseñan a trabajar a los que siguen el camino.
— Cómo se vinculan las BTJ al desarrollo de la ciencia en función de la innovación.
— Las BTJ son invitadas al Consejo Técnico Asesor de la provincia y a los eventos del Polo Científico Productivo. Ello resultan fortalezas hasta la base. Constituyen un espacio en el que se plantean las preocupaciones, se expone nuestra manera de pensar, y tienen cabida la propuesta de ideas.
— ¿Puede hablarse de inserción de las BTJ a los proyectos comunitarios?
— Los jóvenes viven en su comunidad y como ciudadano deben conocer lo que le hace falta a mi área y de qué manera podemos ayudar. Eso es pensar y convertirse en innovación. Lo que hacemos en nuestra comunidad pudiéramos exponerlo en eventos en las diferentes instancias y quien duda si, incluso, dicha experiencia motive a una generalización. Para hacer ciencia no hay que ser un catedrático consagrado porque entre las propios pobladores están los innovadores, los creadores de disimiles proyectos de bienes y servicios. Es poner el pensamiento en función de la solución de los problemas.
— Este camino las BTJ influye en la formación de jóvenes talentos dentro de la vida estudiantil…
— Puedes estar seguro que hoy en Villa Clara no está separado el sistema de la ciencia de las BTJ. Recientemente se realizó en el IPVCE Ernesto Guevara el taller: La reserva científica y los jóvenes talento, un reto para la continuidad, como parte del programa por el Día de la Ciencia Cubana. Resultó una magnífica exposición y muestra del vínculo con las sociedades científicas y los brigadistas que asistieron de diferentes instituciones.
— En tiempos en que se habla en Cuba de soberanía alimentaria ¿cuál es el aporte de las BTJ?
— El ejemplo palpable está en el INIVIT con una fortaleza extraordinaria en su director, el Dr. C Sergio Rodríguez Morales, un eterno joven, un brigadista más, que ha tenido a muy buenos presidentes de las BTJ. Un colectivo dotado con personas muy inteligentes, de mucha capacidad de innovación y de creación.
Ahí está el Dr. C Alfredo Morales Rodríguez a quien se le conoce en Cuba y en parte del mundo por todos sus aportes científicos para el mejoramiento del boniato en Cuba. Hay otros científicos con valiosos aportes, y hoy el INIVIT es referencia en el país; sin embargo en el propio Santo Domingo, el municipio donde radica la institución, cuesta un poco de trabajo aplicar tanta enseñanza.
El INIVIT no es solo la teoría, allí se demuestra con soluciones el propio desarrollo, en el surco y las investigaciones. Sus variedades muestran resultados en el país y es un buen ejemplo en el aporte a la soberanía alimentaria y al desarrollo económico que tanto necesitamos.
— Se habla de una edad de inclusión para las BTJ entre los 17 y 35 años, pero ¿hasta qué punto de vista pudieran las BTJ intervenir en la superación de niños y adolescentes?
— Existen los círculos de interés que agrupan a los pioneros, mientras que las sociedades científicas acogen a los estudiantes de la FEEM. La provincia tiene sólidos proyectos de trabajo en Camajuaní y Ranchuelo en función adelantada de lo que serán las BTJ porque si no formas al niño y al adolescente desde edades tempranas es imposible lograr ese sentimiento de afinidad y de pertenencia.
Denominan sus proyectos Los defensores (Ranchuelo) y Madre Tierra, de Camajuaní, con sus profesores María Felicia y Carlos, respectivamente, basados en incentivos de corte medioambiental. Por su meritorio trabajo ambos forman parte del Consejo Provincial de las BTJ con reconocimientos nacionales.
El círculo de interés es la BTJ del futuro y la sociedad científica es un escalón más cercano. Se trabaja muy bien en la alianza con Educación, Salud, el INDER y tenemos convenios de trabajo con los principales sectores de la economía que te permiten tener una brigada y que funcione.
— Retos de las BTJ para 2023
— El principal radica en el fortalecimiento de las estructuras directivas, sumado a que este año las BTJ hacen su décimo octava exposición Forjadores del Futuro, y se realizarán las conferencias del movimiento desde la base hasta la nación a manera de balance de la etapa. De lo que en sus sesiones se determine así serán los nuevos lineamientos de trabajo.
— En lo personal ¿Qué te ha aportado estar al frente de las BTJ villaclareñas?
— De las ciencias lo único que conocía era el INIVIT, ya hoy tengo mejor dominio porque la juventud es una escuela, y cuando nos unimos a personas tan profesionales como las que dan vida al sistema de la ciencia y de otros sectores constituye otra manera de aprendizaje para nuevas miradas, para decir que siempre podrán contar con las BTJ de Villa Clara.
PIE DE FOTOS
1.- Para Aliosmy Martín Gutiérrez, presidente de las BTJ en Villa Clara, este movimiento voluntario está integrado por jóvenes trabajadores, obreros calificados, técnicos medios, universitarios, entre los 17 a 35 años para contribuir a la superación, formación integral e incorporación a las principales tareas de la sociedad.
2.- Las Sociedades Científicas, una vía para el desarrollo de jóvenes talentos con estudiantes de la FEEM.
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