Irreverencias del sol
Por Ricardo R. González
Cada verano reina en el argot popular la expresión: «como este, ninguno» refiriéndose a las abrasivas temperaturas, y aunque no siempre es coincidente con la opinión de los meteorólogos lo cierto es que entre sensaciones térmicas y otros detalles el Astro Rey nos mantiene a un ritmo implacable.
Ello obliga a recurrir a la protección en sus más disímiles modalidades, si se tiene en cuenta la existencia de un cambio climático (CC) y que las exposiciones a las radiaciones ultravioletas inducen —y lea bien— al envejecimiento prematuro de la piel junto a daños que remarcan el cáncer localizado en la epidermis.
Las investigaciones de nuestros dermatólogos determinan que el incremento de los tumores en la piel tiene un origen multifactorial que no descarta las influencias del CC, al inscribirse como la mayor amenaza de la era moderna con modificaciones, incluso, en el curso de los padecimientos infecciosos.
Estos cambios de temperatura harán más fácil la llegada de enfermedades a zonas donde no existía, al tiempo que pudieran aumentar los contratiempos originados por el calor, las olas de calor y los golpes de calor.
Es cierto que dichas masas tumorales escapan de los registros como primera causa de decesos, pero ya constituyen un problema de salud, y en los últimos años aparece un ascenso de las lesiones dermatooncológicas en Villa Clara.
No hay que hacer rebuscamientos para saber que el principal factor de riesgo vinculado al desarrollo de una neoplasia en la piel resultan los llamados rayos ultravioleta procedentes de la luz solar que provocan mutaciones en el ADN de las células acumuladas durante años.
Si bien tan perjudicial es el sometimiento directo al sol no olvide que de igual forma se ubica el resplandor derivado, por lo que se hace inevitable el uso de gafas, gorras, sobreros, y sombrillas, así como caminar siempre por la sombra, tomar mucha agua para hidratarnos, y en la medida de lo posible, incrementar el consumo de frutas y vegetales en la dieta.
Mientras los veranos muestran sus marcados caprichos los especialistas conceden especial atención al cuidado de la infancia debido a que las quemaduras en edades tempranas determinan una mayor predisposición a padecer de cáncer de piel cuando se arribe a la adultez.
Todavía falta mucho para interiorizar estas realidades ante lesiones que no constituyen un juego porque reportan severas consecuencias según la localización de las lesiones.
Por todo ello vale insistir en algunas recomendaciones con la finalidad de que sean cumplidas en la práctica:
— Evitar las largas exposiciones al sol y los baños entre las 10.00 de la mañana y las 4:00 de la tarde como período en que las radiaciones son más intensas.
— Beber mucha agua para lograr la hidratación de la piel con la ingestión de dos o más litros diarios.
— Usar gorras o sombreros que impidan la acción directa del sol en el rostro.
— Suprimir el uso de cosméticos, colonias, perfumes o todo producto que contenga alcohol en su composición antes de someterse al sol.
— No salga sin necesidad en horas del mediodía o de la tarde.
— Ante lesiones sospechosas recurra a la asistencia médica.
Si bien el sol nos favorece también muestra su rostro de peligros, por lo que la mesura y el buen tino de cada persona nos llevará a esquivar sus irreverencias.
PIE DE FOTOS
1.- Mucho cuidado con las largas exposiciones al sol en el caso de la infancia.
2.- Tan perjudicial es la exposición directa al sol como el resplandor que provoca. Por ello es recomendable el uso de gorras, gafas, sombrillas.
3.- Es aconsejable hidratarse varias veces en el día.
4.- Las personas de cualquier edad y tonos de piel deben limitar la cantidad de tiempo que pasan al sol. En especial, evite estar entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde.
También puede ver este material en:
0 comentarios