El benjamín del momento
Primer bebé que conoció la Covid-19 en Villa Clara y también en la región central de Cuba.
Texto y foto: Ricardo R. González
Les presento a Julio Ernesto Gomate Arbolaez. Ni siquiera este virus reprochable tuvo compasión con una criatura que en aquel momento tenía solo 13 días de nacido para ensañarse sobre su diminuta anatomía. Llegó al Cuerpo de Guardia del hospital pediátrico universitario José Luis Miranda, de Villa Clara, en la tarde del domingo 14 de marzo con ciertas manifestaciones respiratorias y tos ocasional referidas por su mamá, aunque no faltó alguna hipertemia discreta.
La Dra. Anisley Salazar Sotolongo recibió el caso en la institución. Comenzaron los exámenes y el interrogatorio profesional. El niño había tenido contacto en días anteriores con una tía que, hasta entonces, era asintomática, pero ya en la jornada dominical su PCR la marcaba como positiva.
Comienzan los estudios a Julio Ernesto y muestra signos de portar los efectos de la pandemia, por lo que sin pérdida de tiempo era trasladado al hospital militar Manuel Fajardo Rivero para cumplir el protocolo de ingreso y recibir la atención necesaria.
La Dra. Anisley acompañó al pequeño hacia esta institución y junto a su colega Ana María Mederos Herrera iniciaron los procederes.
Refiere la Dra. Ángela de la Caridad Herrera Manso, jefa del servicio de Neonatología del hospital de la infancia en la provincia que pasados tres días el menor experimentó ciertas irregularidades, por lo que se activó la guardia de 24 horas de la rama junto al trabajo de enfermería especializada.
«El pequeño fue reportado grave. Era necesario situarlo en la incubadora con el correspondiente seguimiento de los signos vitales ante marcadores que reflejaban la infección. En este período no faltó la aplicación de otros medicamentos que reforzaran su sistema inmunológico, y poco a poco aparecíó la mejoría aunque aún con un PCR positivo durante diez días.
Mas, llegó el momento del resultado esperado. Las pruebas realizadas a Julio Ernesto ofrecieron un mejor rostro y pudo hablarse de negatividad. Ello propició el traslado hacia el «José Luis Miranda» a fin de concluir la terapia antimicrobiana, sin abandonar la lactancia materna que le ha permitido arribar a las nueve libras de peso y mantener buen estado general.
EL APOYO DE TODOS
En sus 28 años Aireli Arbolaez Ramírez nunca pensó pasar por estos momentos. Era su primer embarazo en extremo deseado y a la vez anhelado. Así enfrentó su gestación que transcurrió de manera normal y finalizó con una cesárea dada la posición pelviana del feto.
Desde el recinto donde permanecen la madre contempla a su criatura. No deja de mimarla a través de la mirada, e insiste, una y otra vez, en los motivos del por qué el SARS CoV 2 invadió a su niño.
Ahora comprende con mayor claridad lo que muchas veces escuchó: el coronavirus resulta implacable y no tiene rostro, como también la necesidad de preservar al máximo a los recién nacidos en tiempos en que las visitas no resultan aconsejables.
«Cuando me dijeron que mi hijo era positivo se me unió el cielo con la tierra, no lo creía, empecé a llorar ante una criatura tan tierna que inicia su vida, en medio de esa encrucijada de mis pruebas negativas y la de él positivas. Todo resultó inesperado», confiesa Aireli al relatar esos momentos que nunca quisiera recordar.
Ella, ama de casa, y el padre del primogénito que lleva idéntico nombre y ejerce como cuentapropista, aprecian con celo al primer infante villaclareño que debuta con Covid y al más pequeño de todos los contagiados en la etapa pandémica.
«Yo tengo que agradecer a todo el personal del hospital Militar y del Pediátrico lo que han hecho por mi hijo. Me sentí igual en las dos instituciones y eso lo llevo en el corazón. También a todos los directivos, a quienes compartieron cada segundo, y a los representantes del Programa de Atención Materno—Infantil (PAMI) porque no me ha faltado el apoyo y la esperanza como la medicina que más necesitaba», reafirma la joven.
¿A la vida?, le doy las gracias por darme el privilegio de conocer la maternidad a pesar de esta incipiente herida, y pido mucha salud para mi bebé… Entonces, vuelve la vista a fin de contemplar al benjamín del momento.
PIE DE FOTOS:
1.- Madre e hijo comparten un momento de felicidad.
2.- Parte del equipo que atiende al niño en el servicio de Neonatología del Hospital Pediátrico villaclareño. De izquierda a derecha: Yusmara Ramos Valdés, Daimy Pérez Guillén, Marbelis Díaz Alonso, Ángela de la Caridad Herrera Manso y Mailé González Docina.
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