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soyquiensoy (Ricardo R. González)

El aplauso del pueblo

Aun en los tiempos libres se analizan las particularidades de cada caso para cumplir con esa máxima de que un médico jamás se separa de los estudios.

Una coyuntura inusual ha unido al colectivo del Cardiocentro villaclareño Ernesto Che Guevara y la sede de carreras pedagógicas Félix Varela, de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, en días que realzan el humanismo y se expande la gloria por la vida

Por Ricardo R. González

Fotos: Carlos Rodríguez Torres y cortesía de los entrevistados

Un estornudo intempestivo sorprendió a Leisy Acosta Cabrera a su llegada al hogar. Trabajaba en un centro de aislamiento para personas sospechosas del COVID-19, sin mantener ningún tipo de contacto con quienes allí permanecían. Era el domingo 6 de abril, y de momento no le perturbó su pensamiento; sin embargo, después apareció la tos, luego un poquito de dolor de garganta hasta que la fiebre hizo su irrupción.

Ya este cuadro preocupó a Leisy porque sabía que eran síntomas muy similares a los de la enfermedad. «No perdí tiempo y acudí al médico porque cada persona debe asumir la disciplina, pues son los galenos los facultados para precisar el diagnóstico».

Leisy Acosta Cabrera, una de las personas que permanece en el centro de aislamiento de la Universidad Pedagógica Félix Varela, y quien no encuentra palabras de agradecimiento por todo lo que ha recibido.

Lo cierto es que hoy ocupa una de las camas habilitadas en el centro de aislamiento de la universidad pedagógica Félix Varela donde está sumamente atendida.

Sus palabras muestran fortaleza, esas que salen del alma a fin de demostrar gratitud. «Desde que llegamos todo el personal te trata con especial cariño, los médicos ofrecen una tranquilidad increíble y están constantemente preocupados por sus pacientes. Así lo demuestran en los pases de visita, en sus indagaciones por si hay falta de aire o tos, sin apartarse de la toma de presión, de la temperatura corporal, o al auscultar los sonidos internos».

Más allá del desvelo de quienes visten las batas blancas, ahora convertidas en verdes con la debida protección, Leisy se siente maravillada con todo el personal, con aquellos que traen la merienda, con los que mantienen la limpieza de manera esmerada, y los que entregan el amor a través de las palabras y la esperanza con los hechos.

Ahora espera el tiempo establecido para repetir los exámenes, y desea aprovechar la ocasión y decirle al pueblo que no tema. «Ante un síntoma raro acudan de inmediato a los expertos, y cumplamos todos las medidas establecidas. Una vez en el centro de aislamiento sobra el intelecto y las buenas intenciones. Por ello mi agradecimiento eterno para todos los trabajadores y a una Revolución ante un tratamiento fuerte, sumamente costoso, pero brindado con mucho amor y de manera excepcional».

UNA ESCUELA CONVERTIDA EN HOSPITAL

 Los amplios pasillos de la Universidad Pedagógica regalan por este tiempo un silencio multiplicado, solo la marcha de los pasos o el insistente trapear de una persona develan que hay vida. En medio de todo el Dr. Luis Monteagudo Lima, al frente del equipo médico del hospital pedagógico, no deja de reconocer que ha sido una misión en extremo novedosa.

«Abril abrió con la propuesta de esta nueva tarea que dispone de unas 230 camas aproximadas para la vigilancia del virus.

«Hasta la fecha se han atendido más de 15 personas que han tenido contacto con otros ciudadanos o que experimentan algún signo y se hace necesario cortar la cadena».

La disciplina es rigurosa. Una vez que pasa el tiempo establecido llegan las pruebas de PCR. Si el resultado es positivo se traslada a la persona hacia el hospital Manuel Fajardo Rivero, y en caso contrario parte para su comunidad a fin de que el médico de la familia prosiga el seguimiento.

«Aquí estamos médicos cardiólogos, cirujanos cardiovasculares, perfusionistas y enfermeras con alto nivel de preparación. Ninguno con experiencia previa en este tipo de labor, pero firmes por la humanidad y por Cuba», sustenta el Dr. Luis Monteagudo Lima, al frente del grupo médico.

Como es natural Luis Monteagudo añora el universo del Cardiocentro, pero afirma que en el arte de curar nunca nada es extraño. «Es cierto que aquí no tienes el equipamiento sofisticado habilitado en la institución, pero al ver la fusión entre todos y la serenidad con la que se está trabajando no te sientes en ningún momento desprotegido».

El médico mira al infinito, mas no le hace falta mucho tiempo para hilvanar las ideas. «En estos momentos aquí no hay sectores, existe uno único que se llama intención y se llama Cuba., se llama unidad, prosperidad. Lo mismo ves a un doctor en ciencias que asume como auxiliar de limpieza, a dirigentes de todos los niveles al frente de la logística con un apoyo total. Nos sentimos muy satisfechos, y podemos dedicar todo el pensamiento a la salud y vigilancia de nuestros pacientes como sentido del colectivo de Cardiocentro que cada uno responde a sus líderes y a su historia».

OTRA UNIVERSIDAD DE EXCELENCIA 

Estos momentos se escriben a base de hermosos retos. De esos que erizan la piel, y si bien el equipo de galenos tiene los suyos no quedan a la zaga los representantes de la Educación Superior. Así lo demuestra el vicerrector primero de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, Dr. Luis Antonio Barranco Olivera, que representa al sector educacional como jefe del grupo.

Entonces alude a una coyuntura que ha obligado a un cambio radical en el objeto social universitario. De la formación de profesionales en diferentes áreas del conocimiento se ha pasado al supremo objetivo de atender a pacientes.

«En ello también tenemos que convertirnos en una Universidad de excelencia con la búsqueda del detalle en cuanto a la alimentación, a las disponibilidades de agua durante 24 horas, a la recogida de ropas utilizadas, a la entrega de la limpia, y del servicio de limpieza de las habitaciones».

Para el vicerrector primero de la Universidad Central, Dr. Luis Barranco Olivera, «Educación-Salud, Partido-Gobierno hemos sido uno solo, un equipo excepcional que trabajamos de forma conjunta».

Mas es estar pendiente de la iluminación en las noches de la sede, y de cuanto detalle se relacione con su funcionamiento integral.

«Tuvimos una semana de ejercicio previo, Aquí nos quitamos los títulos, las áreas del saber, y no somos más que personas ofreciendo un servicio junto a representantes de las instituciones universitarias y personal de servicio que nos repartimos las tareas sin violar las disposiciones sanitarias».

— ¿Si hablamos de impactos?

— Un cambio total en nuestras vidas. La familia ha quedado en casa porque permanecemos aquí durante los 14 días que nos corresponden. Es algo diferente a lo que hacemos en una clase, en el laboratorio, para resultar un elemento eminentemente de servicio.

— ¿Otro tipo de clase?

— Exacto, y con otro aprendizaje. Los académicos tratamos de que todo resulte muy esquemático y aquí la dinámica te puede cambiar en un minuto.

En medio de todo llegan añoranzas. El Dr. Luis Barranco sabe que sus hijos se preocupan por el «nuevo trabajo» de su papá, por conocer si está vinculado directamente con la enfermedad en un sitio que cumple con rigor las normas de convivencia ante la posibilidad de casos positivos como ya ocurrió.

— ¿Y la fusión salud- educación?

— Un beneplácito. Incluso hemos utilizado algunos espacios que nos quedan libres en las noches para nuestras tertulias. Conversamos temas de interés y pudieran surgir hasta proyectos conjuntos de investigación relacionados con bases de datos, inteligencia artificial y otros que pudiéramos decir tienen un valor agregado. No se ha perdido ni un segundo en el campo de la ciencia, y quedan como saldo positivo para cuando retornemos a la normalidad.

LA NUEVA FACETA DEL DR. CARMONA       

No le hace falta hurgar mucho entre sus memorias para afirmar que de todas las experiencias vividas en sus 24 años de ejercicio profesional esta ha resultado la más compleja. Lo afirma el Dr. Raimundo Carmona Puerta, especialista de II grado en Fisiología y Cardiología.

De un mundo de laboratorio acompañado de modernas tecnologías se ha adaptado a las nuevas circunstancias porque durante su formación como médico recibió aquellas nociones elementales para enfrentar situaciones de desastres y epidemias.

Reconoce que no es igual recibir la teoría que enfrentarla en la práctica, mas no deja de manifestar su admiración por esos médicos que han desafiado terribles holocaustos en el universo y ahora le ha tocado a él ser parte de un fenómeno de expectativa universal.

Es su primera experiencia frente a una pandemia, mas una escuela de aprendizaje para el Dr. Raimundo Carmona Puerta.

«Es un orgullo mezclado también con ciertos temores, pero sientes una satisfacción interna al entregarle al pueblo todos los conocimientos por el bienestar de su salud.

El Dr. Carmona es uno de los médicos que accedió a la propuesta voluntaria de incorporarse a esta experiencia. «En dos o tres horas ya estábamos en el transporte que nos condujo hacia acá para enfrentar lo que nunca habíamos visto, con medidas de protección extremas».

Para él cada paciente constituye la razón de ser, la persona a la que quiere ayudar y dedicarle todos sus conocimientos, la mezcla entre lo profesional y ese vínculo afectivo que no puede faltar.

— Si tuvieras que dibujar el retrato de un médico ¿qué cualidades le agregarías?

— Vocación humanista por sobre todas las cosas, desechar intereses personales y pensar en sociedad, dejar de ser uno mismo para estar en los demás.

— Y cómo verías al mundo cuando termine esta pesadilla?

—Creo que nos hará mejores personas, removerá los sentimientos más profundos, y todos seremos portadores de una especie de escuela en función de la vida.

MEMORÁNDUM

— En Villa Clara funcionan 46 centros de aislamiento habilitados para la atención de los contactos de los casos confirmados de COVIT- 19, así como de las personas sospechosas.

— De ellos, 36 están en activo y se mantienen diez de reserva con 4 059 capacidades en total que llegan, también, a los municipios.

— Estas instalaciones responden habitualmente a sus funciones como escuelas, centros de campismo, entidades de alojamiento y de otros perfiles, excepto el servicio médico que corresponde a los profesionales de la Salud.

CONTRASTES

La CNN define la situación en la ciudad de los rascacielos: “Es como estar en una zona de guerra”, así trabajan los médicos durante la pandemia de coronavirus en una sala de emergencias en Nueva York».

Y en la llamada mitad del mundo Sputnik Mundo plantea: «El coronavirus arrasa Ecuador y deja tras de sí imágenes espeluznantes de cadáveres en las calles de Guayaquil envueltos en sábanas, en los colchones donde murieron, en cajas de madera artesanales o simplemente en bolsas negras de basura,

Sin comentarios.

¿Tenemos o no nuestras Razones?

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