Cuando la maternidad toca a la puerta
Con tres meses de nacida la pequeña Gisselle es el resultado del Programa de Atención Materno Infantil que sigue el esquema trazado para cada edad, incluso antes del nacimiento.
Por Ricardo R. González
Fotos: Ramón Barreras Valdés
La familia Barrueta Caballero disfruta de una felicidad inigualable. Nada más que apreciar la mirada maternal hacia su retoño para comprobar los motivos existentes desde la llegada de la cigüeña a Cifuentes.
Han pasado tres meses y en uno de sus viajes trajo a Gisselle, una niña deseada que comienza a descubrir el universo, y para la que seguramente el ave zancuda dejó recomendaciones ante tantos eslabones que aportan a este regocijo.
El primero de ellos es el seguimiento brindado por la doctora Marisbeidys González Hernández junto a la enfermera Liabet Luna Sanabria incluso cuando Giselle aun no soñaba con venir al mundo.
Ahora aprecian también con agrado a la pequeña porque resultan verdaderas cómplices que siguieron la historia desde el consultorio, y aseguraron el cumplimiento de todos los parámetros establecidos desde la etapa prenatal, mientras la tranquilidad espiritual se refleja en el rostro de mamá.
Giselle llegó en un año en que el Programa de Atención Materno Infantil (PAMI) experimenta un comportamiento favorable respecto al anterior, a pesar de que disminuyen los nacimientos al recurrir a los de 2015.
Ahora el municipio viste de largo y mantiene en cero la tasa de mortalidad materna desde 2010, mientras la infantil no reporta decesos en el actual, aunque, lamentablemente, registraron una durante igual etapa del año anterior atribuible a causas genéticas.
La doctora Yenisey de la Paz Pérez, asesora municipal del PAMI en el llamado Oasis villareño, repasa otras estadísticas y le satisface que no existen reportes de decesos en edad prescolar comprendida de uno a cuatro años.
FACTOR GENÉTICO EN LA DIANA
Uno de los puntos débiles en periodos precedentes ha sido la incidencia de malformaciones congénitas que no escapa de la mira del personal especializado a partir de investigaciones.
Por ello desde enero pasado aplican la estrategia de combinar el suplemento de hierro denominado Muffler con el ácido fólico a todas las mujeres en edad fértil comprendidas entre los 12 y los 49 años.
«Estos fármacos encierran un matiz preventivo, y lo cierto es que disminuyen las incidencias de malformaciones congénitas», explica la doctora de la Paz Pérez.
Ambos se prescriben al unísono por un período de tres meses, y son entregados en el propio consultorio médico de manera gratuita a tenor de que el Muffler no aparece en los registros de comercialización de la red farmacéutica.
Cumplido ese tiempo cada gestante recibe la evaluación facultativa que determina la conducta a seguir de acuerdo con las características individuales, por lo que pudiera indicarse otro ciclo hasta concebir el embarazo o el caso deje de constituir un riesgo preconcepcional.
«Vale aclarar que la indicación de estos fármacos obedece únicamente al médico, y entre sus fundamentos figura el de propiciar las condiciones óptimas para el desarrollo de una gestación sin contratiempos, ajena a la presencia de anemia, como afección recurrente, y en busca de que la criatura llegue a su término con buen peso», afirma la responsable del PAMI en Cifuentes.
HOGAR, DULCE HOGAR
La mirada previsora de la Salud Pública motivó la creación de los llamados hogares maternos. Una dependencia encaminada al incremento del parto institucional con el alojamiento de las embarazadas residentes en zonas rurales o lejanas de las unidades asistenciales durante las últimas semanas de gestación.
Sin embargo, la dinámica de la vida incorporó otros perfiles que van más allá de la atención médica, de enfermería y de la educación sanitaria y general mediante charlas educativas relacionadas con el propio embarazo, la alimentación adecuada, o de cómo deben lactar al futuro bebé.
El programa incluye, además, el correspondiente reposo y la dieta asignada por lo que dichos espacios han sido considerados verdaderas escuelas populares de salud, a tenor de que acogen a gestantes con factores de riesgo tanto biológicos como sociales.
Entre los primeros aparecen los antecedentes de quienes alumbran por primera vez, así como los embarazos múltiples, y quienes registraron partos anteriores con bajo peso, en tanto no se excluyen las sometidas a una intensa carga de trabajo y de responsabilidades que incidan en un marcado estrés.
Cifuentes cuenta con una de estas dependencias ubicadas en el policlínico Juan Bruno Zayas, en la cabecera territorial. Dispone de 20 camas, aunque en la actualidad estén habilitadas solo 17. Sin embargo, habrá que intensificar el trabajo a tenor de que algunas gestantes esquivan su ingreso y ofrecen negativas. Este panorama provoca bajo índice ocupacional como uno de los lunares persistentes en el municipio.
Según expresan los funcionarios del PAMI en los últimos tiempos ha mejorado algo, pero falta mucho ante realidades distantes de lo que se persigue.
«Para viabilizar la estancia de las féminas y evitarle preocupaciones hemos acogido en el hogar, y de manera excepcional, a los hijos pequeños de las gestantes de nacimientos anteriores de acuerdo con las posibilidades», remarca la doctora Yenisey de la Paz.
Unas 91 embarazadas aguardan por la maternidad en esta porción villaclareña; de ellas, tres deben lograr su propósito antes de que 2016 diga adiós. Entonces habrá que seguir las correspondientes indicaciones facultativas que permitan el libre vuelo de esas cigüeñas cargadas de buena dosis de esperanzas para la felicidad familiar.
ANEMIA, TALÓN DE AQUILES
Según estudios la anemia por deficiencia de hierro aparece como el problema cardinal de la nutrición en Cuba, y registra incidencias en un 40 % de las gestantes.
Cifras similares de prevalencia aparece en infantes menores de tres años, y algo inferior en mujeres comprendidas en edad fértil.
Este padecimiento guarda relación con las complicaciones durante el embarazo y el parto, sin descartar que pudieran ocasionar la prematuridad y el bajo peso al nacer, entre otros factores.
Cada bebé en formación cubre sus necesidades de hierro antes de que la madre tome la suya, pero vale aclarar que las embarazadas afectadas por el déficit de hierro por debajo de los valores normales durante los dos primeros trimestres del embarazo son más propensas a complicaciones posteriores, incluso la de incrementar el riesgo de que la descendencia padezca de anemia durante la infancia.
Cansancio, fatiga, palidez y taquicardia aparecen como síntomas comunes, aunque puede darse el caso de que no se experimente ninguna manifestación, por lo que el seguimiento facultativo resulta de primer orden.
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