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Un hito en la medicina villaclareña: Reto en el quirófano

Un hito en la medicina villaclareña: Reto en el quirófano

En su hogar de Cifuentes Yadianis  y Maikel contemplan a la pequeña Risaura Dayanni, quien permaneció aproximadamente un mes hospitalizada en el Pediátrico villaclareño.

Por Ricardo R. González

Foto: Carlos Rodríguez Torres

Yadianis Miranda Cedeño deseaba la segunda maternidad desde el propio día en que le confirmaron su embarazo. Dos años y medio antes trajo al mundo a su primogénito, Daikel Jorge Miranda Cedeño, con su anterior pareja.

Ahora el vientre no era tan grande al compararse con el proceso anterior, mas no faltaban malestares y cierto divorcio con el apetito, sin que resultara significativo.

Todo marchaba normal hasta que las imágenes visualizadas a través del ultrasonido prenatal cambiaron el curso de los días. Un defecto considerable, detectado entre las semanas 24 y 25 de gestación, ponía en peligro la vida de la futura criatura.

Padre y madre fueron advertidos desde el primer momento en torno a las consecuencias fatales del caso, y de las escasas posibilidades de sobrevida que presenta la infancia ante una gastrosquisis.

No faltaron las explicaciones en el Centro Provincial de Genética. El matrimonio estuvo consciente de la magnitud del peligro. Al final se respetó la decisión de proseguir el embarazo a sabiendas de la situación, y mediante una operación cesárea, realizada en el hospital ginecobstétrico Mariana Grajales, de Santa Clara, nació Risaura Dayanni Pérez Miranda quien, 24 horas después, era sometida al acto quirúrgico.

EXPERIENCIAS Y TENSIONES   

El quirófano de la institución pediátrica José Luis Miranda estaba listo. Un equipo multidisciplinario integrado por neonatólogos, intensivistas, anestesiólogos, cirujanos, enfermeras y técnicos asumió la intervención con el precepto de hacer hasta lo imposible ante un hecho de suma complejidad.

Tenían en sus manos a una criatura en lucha por la vida. Profesionalidad reconocida, pero no hacedora de milagros, y por tanto, no exenta de tensiones que conllevaron a unas dos horas continuas de ajetreo en el salón.

Previamente estaba la labor y el seguimiento del área de salud de la embarazada, residente en el municipio de Cifuentes, y de los genetistas que participaron en esta historia.

«Esta menor tuvo un diagnóstico prenatal muy preciso y oportuno. Realizamos el cierre primario del abdomen, y lo más significativo fue que no utilizamos métodos artificiales para lograrlo», sustenta el profesor José Muñiz Escamparter, integrante del team médico.

Como era de esperar las asas intestinales venían fuera de la cavidad abdominal. Una irregularidad que puede formarse en la llamada etapa prenatal precoz (durante los primeros tres meses de vida intrauterina), como en este caso, en tanto una segunda variante se desarrolla pasado dicho tiempo.

«Los incluidos en la primera etapa —argumenta el doctor— ofrecen los peores pronósticos porque presentan mayor interactividad con el líquido amniótico (que rodea el embrión), y hace que las deformidades sobre el intestino resulten mayores. Dada las características de la paciente fue necesario mantenerla en terapia intensiva por un tiempo prolongado para acomodar el espacio necesario en el abdomen a fin de que admitiera la masa intestinal desarrollada en exteriores.»

La experiencia del doctor Muñiz Escamparter le permite hurgar en la trayectoria institucional. Durante los últimos 20 años el centro hospitalario ha tenido unos ocho reportes de gastrosquisis con saldos nada relevantes, pues solo tres pacientes han sobrevivido.

Otra niña cifuentense, que ya cumplió 17 años y goza de perfecta salud, una que siguió su evolución en otro centro asistencial, y ahora Risaura Dayanni.

Si bien los expertos descartan que la gastrosquisis constituya una irregularidad frecuente en nuestro medio, sí advierten que en un período de tres meses han presentado igual número de casos en el actual año.

«Los dos anteriores no pudieron sobrevivir debido a la presencia de intestinos muy cortos, con apenas 15 ó 20 cm de longitud, y muy necrosados. Todas las pacientes atendidas en el «José Luis Miranda» han sido con malformaciones precoces establecidas durante los primeros tres meses de su formación intrauterina.»

Risaura Dayanni sobrevivió a las duras pruebas impuestas en apenas horas de nacida. Una decisión respetable de sus padres, pero no aconsejable a tenor de los propios desenlaces que experimenta el padecimiento.

Mientras tanto evoluciona sin contratiempos en el hogar cifuentense donde su mamá Yadianis, ama de casa, y el progenitor Maikel Pérez Pérez, custodio de la Dirección Municipal de la Vivienda, agradecen las atenciones recibidas por parte de profesionales integrados a la Salud villaclareña que, una vez más, junto a sus técnicos, vencieron el reto en el quirófano bajo el cronómetro de la vida.

El equipo multidisciplinario que intervino en la operación lo integraron los doctores José Muñiz Escamparter, William González Luzardo (anestesiólogo), y Abel Armenteros García. Faltan en la foto: los cirujanos Tomás Mederos Guzmán, Ismael Polo Amorín, Pedro Fernández Bussot, y Florinda López de la Cruz, además de los neonatólogos, personal de enfermería y otros técnicos.  

MEMORÁNDUM

— La gastrosquisis, junto con el onfalocele constituyen dos de las formas más importantes de presentación de los defectos congénitos de la pared abdominal. En la primera los intestinos y otros órganos se desarrollan fuera del abdomen del feto a través de una apertura de la pared abdominal, casi siempre a la derecha del cordón umbilical. El otro se proyecta sobre la región umbilical sin cerrarse esa zona, por lo que todo el contenido abdominal también sale al exterior. 

— Según investigaciones foráneas se presentan con una frecuencia de uno por cada 7 mil nacidos vivos en el caso del onfalocele, y de uno por cada 5 mil en la gastrosquisis.

— Estas últimas denotan una ventaja sobre la anterior, y es que se le adjudican pocas malformaciones asociadas.

— Sus causas no están bien determinadas, aunque algunos expertos plantean que pudieran asociarse con la acción de determinados medicamentos, la posición fetal, madres adolescentes, y fumadoras, entre otras.

— Los reportes internacionales subrayan cierta prevalencia en el sexo masculino sobre el femenino. Sin embargo, los casos tratados en el Pediátrico de Villa Clara demuestran lo contrario.

CONTRASTES  

La incidencia y comportamiento de determinadas afecciones o problemáticas puede variar según las latitudes, a pesar de que presenten idénticas características de base.

A nivel mundial la gastrosqisis tiene buen pronóstico, pero no ocurre así con el onfalocele. En cambio, en Villa Clara, y muy probable también a nivel nacional, ocurre todo lo opuesto.

La primera alcanza saldos muy comprometidos, mientras la segunda rebasa el 90 % de supervivencia.

Sin embargo, el mayor de los contrastes lo ofrece el costo del acto quirúrgico en instituciones foráneas. Baste decir que por cada día de estancia en una unidad de cuidados intensivos hay que abonar unos 200 dólares, sin contar el instrumental, los medicamentos, y otros rubros.

Y si se valoran las acciones operatorias, el acto al que fue sometido esta menor demandaría entre 15 mil y 20 mil dólares.

Los padres de Risaura Dayanni no tuvieron que abonar un centavo, y, en cambio, atesoran la recompensa de lograr su deseada criatura.

¿Tenemos o no nuestras Razones?   

2 comentarios

Ricardo González -

Casos como este tienen pocas probabilidades de salvarse.

Ricardo González -

El hospital pediátrico José Luis Miranda logra otro hito en la medicina villaclareña al salvar a una recién nacida portadora de una malformación incompatible para la vida gracias a un equipo multidisciplinario