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Aniversario 65 Hospital Pediátrico de Villa Clara (XIII) Dr. Ángel Camacho Gómez: «Mi vida está inspirada en la infancia»

Aniversario 65 Hospital Pediátrico de Villa Clara (XIII) Dr. Ángel Camacho Gómez: «Mi vida está inspirada en la infancia»

Texto y foto Ricardo R. González 

Hay historias en las que no sobra ni una palabra, incluso queda aquello de llegar hasta las propias raíces para explorarlas más. Así es la del Dr. Ángel Camacho Gómez, permeada de intelecto y de no pocos sacrificios hasta llegar a prestigiar la neurocirugía villaclareña y también la de Cuba.

Hoy con 32 años de ejercicio médico y más de dos décadas como especialista confiesa que al conocer las interioridades del complejo mundo del sistema nervioso central se enamoró de la rama, y una vez concluido su primer año de estudios en las ciencias médicas ya estaba bien definida esa pasión por la Neurocirugía que todavía conserva.  

Recuerda que en su rotación por el hospital pediátrico José Luis Miranda, casi siempre por unos seis meses, se interesó mucho en este perfil de la infancia para resultar una de sus motivaciones.

«Hubo una luz que abrió el camino de que fuera aquí, y casi con 24 años de graduado puedo decir: «No me arrepiento de ejecutarla para los infantes» gracias a los doctores Ismael Molejón González y Antonio de la Hoz González (fallecido) en lo que considero una super especialidad con sus diferencias en torno a la de adultos, por el propio manejo del niño, los procederes anestésicos, las características de la piel, el cráneo, y las patologías inherentes».

El impacto de la especialidad viene desde antes. Cuando pasó el primer semestre de primer año en Medicina y al ver la anatomía del sistema nervioso central y los entornos cerebrales aquel universo le fascinó. La causante fue la Dra. Nélida Sarasa Muñoz, profesora del Instituto Superior de Ciencias Médicas, y desde ese momento resultó algo cautivante.

El afán por la búsqueda de conocimientos llevó al Dr. Camacho a extender el espectro. Concluido el primer semestre de su carrera en primer año de Medicina se presentó voluntariamente en el Cuerpo de Guardia de Cirugía del entonces Hospital Viejo (hoy oncológico universitario territorial Dr. Celestino Hernández Robau). Se jugaba el todo por el todo; sin embargo, encontró al Dr. Agustín Arocha García, recién graduado de Neurocirugía, y otros cirujanos que tendieron las manos y lo enseñaron a suturar.

Al ver tanta disposición en un incipiente estudiante de Medicina indagaron sobre lo que deseaba hacer, y ni corto ni perezoso expresó la decisión de aprender de todo.

«Vi desde una herida penetrante con arma blanca hasta un politraumatizado y comencé a adentrarme en los traumas craneales, las grandes heridas, y un conjunto de situaciones relacionadas con las regiones del cráneo en una etapa que no existía la tomografía y se hacía el diagnostico por otras vías. Así comenzaron mis primeros pasos en la Neurocirugía».

Otros nombres se suman a la acogida. «Los doctores Francisco Pérez Varona (ya fallecido) y Alfredo Amado Donestevez me acogieron desde el principio, empecé a participar en sus guardias, y me quedaba en ellas la noche entera. Aprendí demasiado de sus enseñanzas. Amado Donestevez está aún activo y dice que soy «uno de sus hijos» cuando era un pupilo con ansias de aprender, por lo que mi agradecimiento es para ellos y muchos más incluido residentes que iniciaban en aquella época. Con la ayuda de todos comencé a interiorizar que podía ser médico y hoy no me arrepiento. Fue una experiencia extraordinaria.

— Luego de esas largas jornadas marcadas incluso por el cansancio ¿es cierto que se incorporaba a clases normalmente?

Muchas veces hace las guardias en el salón de operaciones en tiempos que la institución abarcaba toda la región central, y luego me incorporaba a mis clases desde el primer turno, a partir de las 7:30 de la mañana. Algunos se preocupaban por esta situación, pero la gran mayoría de mis compañeros me halagaban por lo que hacía. No había una guardia que no adicionara cirugía con dos, tres o más casos. A veces dormía una hora, otras ninguna. Llegaba el cansancio, pero lo podía soportar, y nadie pudo reprocharme que no asistía a clases.

— ¿Y la etapa como alumno ayudante?

— Tuvo un impacto importante porque fue el primer año, en 1988,que vino la especialidad como ayudantía definida en el programa de estudio. Fue en segundo año y la obtuve por los resultados académicos y por toda la trayectoria durante el primer año y la llevé durante toda la carrera. Ya tenía un grupo de obligaciones y deberes.

— ¿Algún compromiso personal?

— Con mi familia de campo humilde que aspiraba a ver que su guajirito proveniente de un campo de Cifuentes podía triunfar en la Medicina becado en el Instituto Superior de Ciencias Médicas. Así su guajirito se fue abriendo caminos desde los primeros años de la carrera. 

RETORNO A LAS RAÍCES 

Concluidos los seis años de estudio llegó la alegría de la graduación. Ángel Camacho Gómez ya era doctor en Medicina, mas en aquella oportunidad no llegó a la provincia la Neurocirugía como especialidad por vía directa.

«Fue una insatisfacción. No pedí otra. Fui médico de familia y regresé a mi municipio natal con un postgraduado en el policlínico de Mata. Asumí un consultorio recién inaugurado, muy cerca de donde nací y me crie en el barrio Manzanares, de Maguaraya. Un lugar bien apartado, pero con una comunidad campesina caracterizada por importantes problemas de salud.

«Una vez en el Oasis villareño me recibió el entonces director de Salud en el municipio, el Dr. Oscar Armando Fernández Alegret, quien me pidió que fuera para ese lugar, sin saber que yo era de allí. Mi casa y la de mis padres estaba como a siete u ocho km de distancia de allí». 

EL PEDIÁTRICO AGUARDABA 

El sueño anhelado se hizo realidad. En 2002 el Dr. Ángel Camacho hizo el examen estatal de la especialidad. Al concluirlo llamó a Israel Molejón González uno de los profesores del Hospital Pediátrico, para ver si lo aceptaban como especialista recién graduado de Neurocirugía en el servicio. La respuesta no tardó. De inmediato le dijo: «Te espero aquí mañana mismo, y sin vacaciones». Desde entonces hace la historia en la institución de la infancia que vela por la salud infantil, próxima a cumplir su aniversario 65.

— Qué sitió al lograr una de sus aspiraciones fundamentales?

— Otorgarme la especialidad fue emocionante en lo personal y también para mi familia. Se hizo realidad lo que tanto había deseado y por lo que había luchado. Algo crucial para mi vida. Solo me quedaba transitar y desde entonces Neurocirugía, sin menospreciar otras especialidades, es de las más complejas que se estudian con tremendo sacrificios.

Terminé la especialidad en el hospital Hermanos Ameijeiras de La Habana con un examen estatal de rigor y felicitaciones por parte del tribunal de alta categoría.

— El tesón por hacer más cada día y de aportarle vida a los pequeños ¿lo lleva a incursionar en las innovaciones?

— En el interés de hacer más por los niños. Comenzamos a incursionar en la innovación en momentos de déficit de productos y equipos por todas las situaciones económicas y el bloqueo. Habíamos experimentado anteriormente determinados trabajos, pero nunca los llevamos a la fase certificada, y con la ayuda de otros neurocirujanos surgió el impacto económico del craneómetro como el de mayor resultado nacional en.2023.

Ahora hay propuesto otro entre los equipos innovados, en tanto tres o cuatro más tienen posibilidades de generalización. Estas innovaciones me han hecho mejor persona, y creo que mejor neurocirujano. No por un ego o vanidad personal, sino por su utilidad en el deseo de hacer más cosas para salvar la vida de los niños como detalle supremo para mi.

— En tiempos muy convulsos ve en la ciencia y la innovación protagonistas del futuro?

— Son la ventana abierta con miras al desarrollo. Imposible soslayarla y excluirla de los principales proyectos. Innovar basado en el conocimiento. Creo que la innovación es el futuro para el avance del país

— A nivel nacional la Neurocirugía villaclareña sienta cátedra ¿En qué medida le compromete a seguir haciendo por la infancia?

— Es una cantera, de las primeras en inaugurarse en el país y que sigue ese legado de aquellos expertos que la iniciaron en el centro del archipielago. La especialidad no se circunscribe a Villa Clara y funciona como centro regional cubano con resultados satisfactorios en todas las esferas bien determinados y reconocidos por instituciones de la provincia y del MINSAP.

— El Dr. Ángel Camacho tiene familias multiplicadas en su relación médico—paciente ¿Están atadas de manera indisolubles?

— Hay compromisos de entrega total hacia los pacientes, las familias, las autoridades en el bien de los niños. Me va a costar trabajo separarme de esta parte. Es mi vida dedicada a los infantes y seguiremos haciendo mejores cosas y resultados en el quehacer diario de esta región central.

Es el reconocimiento a las publicaciones realizadas, por parte de pacientes, familiares y personas, que resultan increíble lo expresado en sus comentarios, muy reconfortantes, y a la vez deviene estímulo y marcados compromisos. El agradecimiento de las familias es sagrado en mi trabajo.

— ¿No habrá declives en un neurocirujano—innovador?

— No los concibo. Ni profesionales ni en las creaciones. Los años que pueda hacer el bien en este Hospital seguiré haciéndolo para sentirme útil y contar con ese apego inestimable ofrecido por la infancia. 

ALGUNOS PREMIOS Y DISTINCIONES 

— Vanguardia Nacional por varios años.

— Reconocimiento especial al constituirse la brigada Henry Reeve.

— Sello 65 Aniversario Batalla de Santa Clara.

— Sellos 8 de Octubre provincial y nacional.

— Hijo Ilustre de Cifuentes.

— Personalidad Distinguida de Villa Clara.

— Premio al mayor impacto por innovación nacional en 2023.

— Reconocimiento del Ministro de Salud por la participación en la

     cirugía endovascular.

— El mayor de todos: el conferido por el pueblo, la familia y los niños. 

TÍTULOS 

— Especialista de I y II Grados en Medicina General Integral y en

    Neurocirugía.

— Máster en Enfermedades Infecciosas, en Educación Médica

    Superior.

— Profesor Auxiliar, Investigador Agregado — Miembro del Grupo

    Nacional de Neurocirugía Pediátrica. 

PIE DE FOTO

«Desde el inicio sentí una pasión definida por la Neurocirugía, esa que me llevó a que en el segundo año de la carrera de Medicina  convertirme en alumno ayudante de la especialidad, sustenta el Dr. Ángel Camacho Gómez.

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