Corazones villaclareños en Trinidad y Tobago
Por Ricardo R. González
Fotos del autor y Orlando Díaz Gómez
Hace casi cuatro años que el galeno villaclareño Orlando Lázaro Díaz Gómez está al frente de la brigada médica cubana en Trinidad y Tobago, de los 21 que tiene establecido el colectivo. En todo ese tiempo han ganado el respeto de las autoridades locales junto al agradecimiento popular gracias a las acciones que realizan.
Una máxima rige en cada integrante: velar por la calidad como sello distintivo dentro de una república que simula una especie de botín en las aguas caribeñas en medio de un clima tropical y alta humedad. Cuentan que Tobago resulta levemente más fría, y aunque están fuera de la zona de huracanes el histórico «Flora» los sorprendió en 1963 y la tormenta tropical Alma provocó daños considerables en Trinidad una década más tarde.
Por estos días un grupo disfruta de vacaciones en Cuba, y el epidemiólogo rememora que el colectivo dispone de una plantilla de 116 colaboradores conformados por un médico, oncólogos, maxilofaciales y el resto lo conforma el personal de enfermería.
Esperan que a partir de septiembre el número de galenos se eleve a 16 ante la gran demanda de especialistas y enfermeros procedentes de nuestro archipiélago que serán examinados en las ramas quirúrgicas y no quirúrgicas, lo que incluye en estas últimas radiología, endocrinología, medicina interna, epidemiologia y microbiología.
Es propósito, además, la apertura de nuevos hospitales en las principales ciudades de las diferentes regiones con el requerimiento de la enfermería para los procederes de hemodiálisis y el trabajo materno infantil en las comunidades, sin descartar la destreza en los salones de operaciones y en las unidades de cuidados intensivos, entre otras.
Trinidad y Tobago posee entre sus recursos naturales petróleo y gas, con el 46 % de sus tierras cubiertas de bosques dotadas en muchos casos de áreas maderables, y aunque no es un país desarrollado tiene como principales causas de mortalidad las de origen cardiovascular, el cáncer y las afecciones cerebrovasculares, muy similares a las de Cuba.
En sus dos islas principales radican un millón 350 mil habitantes, y enfatiza el Dr. Díaz Gómez la presencia de enfermedades trasmisibles. «Recordar que fue allí donde se describió, por primera vez, el virus del Oropouche en 1955, al tiempo que predominan las infecciones respiratorias y diarreicas agudas, mientras que por su cercanía al Caribe existen zonas de dengue y arbovirosis».
SERVIR A LA HUMANIDAD
En el repaso de su vida profesional el Dr. Orlando Díaz recuerda que desde su graduación en 1990 —primer expediente de su curso— e integrante del III Destacamento Carlos J. Finlay, asumió diferentes responsabilidades directivas en Ranchuelo y en la provincia.
Ya suma varias misiones. Dos de ellas en Indonesia, como integrante del contingente Henry Reeve, donde supo de las heridas dejadas por tsunamis y terremotos, además de períodos en Guatemala, por dos ocasiones, en Santa Lucía, al frente de la misión, sin restar experiencias en Honduras y Granada.
«Es reconfortante vivir el nivel de preparación de los profesionales cubanos que son reconocidos por los propios expertos de cada país. Desde mis años estudiantiles los brillantes profesores nos hablaban mucho de la diversidad de enfermedades que podrían encontrarse en estos países, y al ser epidemiólogo me ha servido de base para abordarlas, incluso muchas que no son vistas en Cuba».
— ¿En el plano afectivo?
— Conoces a muchas personas que se convierten en familia y dentro de la brigada somos uno de manera integral.
— Trinidad y Tobago es de habla inglesa, el dominio de idiomas es vital para enfrentar las diferentes misiones. ¿Cuál es su criterio?
— A mi modo de ver se hace necesario trabajar más en los procesos formativos, enriquecer los programas. Muchos lo escriben y leen muy bien, pero a la hora de comunicar se dificulta y depende de la región porque no es lo mismo el inglés hablado en África al del Caribe, y dentro de este existen notorias variaciones, por lo que debe insistirse en mejor preparación, a pesar de que la práctica conlleva al perfeccionamiento».
Dentro de muy pocos días Orlando Díaz Gómez junto a su compañera en la vida, Yulién Herrera Díaz (Yuli), regresarán a Trinidad y Tobago, ella en el ejercicio de su licenciatura en Enfermería, a fin de retornar con nuevos bríos y proyectos de trabajo, de esos que impregnan en el corazón la hermandad que se hace grande en el Caribe.
PIE DE FOTOS
1.- La brigada médica de Trinidad y Tobago ha sido reconocida, durante tres años consecutivos, por parte de las autoridades de Salud y del Gobierno cubano.
2.- «Dentro de la brigada somos uno de manera integral», precisa el jefe del colectivo médico cubano en Trinidad y Tobago, Dr. Orlando Díaz Gómez.
3.- Una representación de la brigada médica cuya plantilla es de 116 colaboradores.
4.- Junto a su compañera Yulién Herrera Díaz quien se desempeña como licenciada en enfermería en la misión.
5.- Fuera de su profesión el Dr. Orlando Díaz tiene dos predilecciones diametralmente opuestas. La albañilería, siguiendo la tradición paterna, y la afición por las plantas que llega por su mamá, en especial por los cactus que han sobrepasado el centenar de variedades, pero no excluye, además, los deportes acuáticos y las artes de pesca.
6.- La capital del país es Puerto España, perteneciente a Trinidad, en tanto la principal ciudad de Tobago es Scarborough con menor cantidad de pobladores, mas todo se centraliza en la urbe trinitaria.
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