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María Cristina, la bodeguera que arrulla el alma

María Cristina, la bodeguera que arrulla el alma

Por Ricardo R. González

Fotos: Carlos Rodríguez Torres y Ramón Barreras Valdés

Se llama María Cristina Díaz Montalván, reside en un punto del municipio villaclareño de Santo Domingo, pero no la busque allí por estos días porque anda lejos de esa tierrita que lleva muy adentro.

Está en la capital cubana como integrante de la delegación villaclareña al XI Congreso de la FMC, y antes de partir habló en el encuentro que las reunió a todas en Santa Clara, para pedir tocar las fibras de la sensibilidad en tiempos tan difíciles, animar a la gente, preocuparse por el viejito que está enfermo, o por esas personas con familiares que un día partieron a otros destinos y dejaron atrás a sus seres queridos.  

¿Será tan imposible?, pero esta mujer pidió más, un detalle que no cuesta nada y llena de humanidad «porque a los directivos hay que tocarles el corazón para hacer más grata la existencia, ya que hace falta comunicar, entender dificultades y no maltratar al pueblo».

Entre tantas acciones que tiene en su aval figura el de no tener un patio ocioso: Los años le marcaron ese deseo, y comenzó por el suyo porque siempre quiso ver algo de comer al levantarse que naciera de sus propias manos.

En su terreno alternan múltiples variedades que se dan la mano, y conviven guayabas, mangos, varias frutas, además de plátanos, boniato y col, entre otras.

Y así revolucionó al Consejo Popular Sabino Hernández que tenía una entrada apenas visible ante un marabú que se adueñaba de ella.

Por su patio siente pasión, y lo fundamenta en que la llena de satisfacciones sembrar algo y al cabo del tiempo apreciar resultados, por ello desde hace mucho tiempo, antes de comenzarse a hablar de los patios familiares, tomó la iniciativa y resultó abanderada en su área.

«Aprovechemos cada pedacito de tierra y veremos su utilidad, no solo con plantas y desarrollemos la imaginación en casa, por ejemplo, ponerle las ornamentales en armonía con la Naturaleza, y ¿por qué no? hasta una mesita y compartir gratos momentos.

Con 42 años como bodeguera del establecimiento El Diamante se siente plena con su oficio. Lo reitera bastante e incluso alguien una vez le inquirió los motivos para hacerlo, quizás hasta pensando que no resulta una labor relevante.

Y le ripostó: «Porque no soy doctora, me desempeño como técnica de Comercio, y una trabajadora con mucha honra que no le roba a su pueblo. No me gusta eso, tampoco que a la balanza le falte peso o que se violen las normas».

Aun para enfrentar el mostrador cuida su presencia personal, va bien arreglada, se maquilla, presume con los aires que caracterizan a las mujeres porque mantener la imagen es vital.

«Yo no soy de otro Planeta, pero me he sabido ganar el cariño de la gente y todo el mundo ayuda a Cristina. Al mismo tiempo soy una mujer creadora. Cojo un plátano burro y preparo una hamburguesa, o puedo elaborar croquetas a partir de la yuca, pero no dejo perder nada que ofrece la Naturaleza porque ante un mínimo indicio acudo a los curtidos, no solo para mí, sino para quienes lo necesiten».

— ¿Le has encontrado secretos a la agricultura?

— Unos por mi parte y otros con la ayuda de especialistas. Al rábano aprendí que hay que pasarle el palito o garabato a fin de reactivar esa tierra y ponerlo más grande, y no puedo negar aquellas lecciones que nos daba el ya desaparecido Dr. Sergio Rodríguez Morales, director del INIVIT, quien siempre estuvo presente, nos apoyó con sus semillas de calidad, y cada integrante de su colectivo ofreció orientaciones precisas. Era un científico muy preocupado por las variedades que no teníamos para que pudiéramos incorporarlas.

Cada día en la vida de María Cristina debe dibujarse como pleno torbellino. Se acuesta bien tarde luego de regar todas las plantas y escuchar la radio, y por sus sentimientos resulta manantial que irriga el alma.

— ¿Conformista?

— Jamás. Quiero que todo quede casi perfecto y creo que hemos transformado los campos del Consejo Popular. Soy en extremo feliz con mis mujeres porque demostramos que sí podemos y buscamos alternativas».

— ¿Te adelantaste en el tiempo?

— Crear esta modalidad en nuestros patios es una respuesta a lo que hoy se insiste para lograr el autoabastecimiento municipal. Este sitio fue idea de Oristela Chávez, quien fuera presidenta del Consejo Popular. También hubo interés de la dirección política del municipio al desear que la agricultura urbana fuera el valor primordial en esta comunidad de Palo Bonito Cultivos Varios, y que no quedara ni un trocito de tierra sin sembrar.

— ¿Qué pasa cuando llegas del trabajo y ves que algún patio de tu demarcación está sucio?

— Exijo que lo limpien porque rompe con la estética del sitio. Esto se llama Cuba.

Esa es María Cristina Díaz Montalván, la bodeguera del establecimiento El Diamante y la secretaria general de uno de los bloques de la FMC en el consejo popular Sabino Hernández. Una mujer que lleva a Santo Domingo en el corazón y que no deja fuera a su esposo Jesús Francisco Rodríguez León (Frank) quien constituye, a su manera de decir, sus dos brazos y mucho más. La persona que me ayuda para seguir adelante y emprender sueños.

PIE DE FOTOS

1.- Atenta durante el intercambio de las delegadas villaclareñas al XI Congreso de la FMC. Con anterioridad había participado en el evento anterior.

2.- En la sesión recibió el Sello 65 Aniversario de la Batalla de Santa Clara junto a otras ocho federadas con méritos relevantes.

3.- Una bodeguera que no pierde la femineidad para atender a sus clientes.

4.- Por estos días su esposo Frank estará extrañando ese besito mañanero antes de partir al trabajo.

5.- María Cristina vista por el camarógrafo Carlos Rodríguez Torres.

6.- No es ficción ni tampoco impuesta. Se trata de una col lograda en el patio de la dominicana en cuya colectividad existen declarados de Referencia.

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