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Encefalitis, punto de mira en la infancia villaclareña

Encefalitis, punto de mira en la infancia villaclareña

Por Ricardo R. González

Fotos del autor e internet

Cuando el mundo dedica, cada 22 de febrero, a detenerse en el comportamiento de la encefalitis vale el llamado a estar atentos ante un panorama que experimenta un incremento en la edad pediátrica.

La incursión por el hospital de la infancia villaclareña lleva al encuentro con la Dra. Liubka María Pérez Mederos, al frente del servicio de Neuropediatría. Su mensaje es preciso al insistir en la observación a los menores y evitar la pérdida de tiempo ante situaciones que pudieran existir y necesitan la valoración del facultativo por episodios provocados por virus o bacterias que pueden afectar el cerebro o las estructuras próximas como son las meninges o la medula espinal.

De manera directa aborda el tema al precisar que «existe un alza en la morbilidad (cantidad de personas que enferman) debido a la sepsis del sistema nervioso central (SNC) con predominio de meningoencefalitis y encefalitis virales y de meningoencefalitis bacteriana».

Su experiencia facultativa advierte que un niño con fiebre es algo a tener muy en cuenta y a consultar de inmediato. «Cualquier caso que también adicione vómitos y cefaleas en menores de cinco años que nunca han presentado estos dolores de cabeza constituye un índice de sospecha de que ocurre algo serio con posibilidades de involucrar al SNC».

Lo anterior llama a un alerta. Estos niños que comienzan con varios vómitos al día y hacen o no febrícula reclaman atención porque, presuntamente, se cree que obedece a una trasgresión alimentaria y muchas veces deviene infección del SNC, por lo que cuanto antes llegue a los especialistas a fin de realizar el diagnóstico mayores son las posibilidades de mejorar el pronóstico y aplicar el tratamiento oportuno.

Para la Dra. Pérez Mederos el tiempo perdido resulta irrecuperable, por lo que sentencia que ante el inicio de fiebre, la presencia de un estado de irritabilidad acompañado a la vez de somnolencia, de cambios evidentes en la conducta, unido a convulsiones, se debe asistir de inmediato al especialista.

«Las primeras 24 horas son claves porque están las meningoencefalitis bacterianas que imponen menor tiempo de respuesta ante la agresividad de los agentes que la provocan, por lo que es fundamental iniciar el tratamiento desde la primera hora en que aparezcan las afectaciones a fin de incidir de manera favorable en el pronóstico».

Al recurrir a las estadísticas llama la atención, además, que la afección se ha visto en niños muy pequeños y durante el último trimestre de 2022 y en el inicio del actual se han tenido casos de meningoencefalitis bacteriana en recién nacidos que no llegan al mes de nacido, e incluso en infantes con corto tiempo de vida, lo que resulta poco habitual.

«Mientras menor sea la criatura más inespecíficos serán los síntomas al no poder expresarlos, por lo que la familia debe observar si rechaza el alimento, si está irritable o presenta movimientos similares a una convulsión lo que sugieren máxima atención», precisa la jefa del servicio de Neuropediatría en el hospital José Luis Miranda.

— ¿Y el grave error de la automedicación?

— Oculta los síntomas de manera momentánea que deben confirmarse con la punción lumbar. Hace perder valiosas horas de oro necesarias para que el facultativo realice un diagnóstico temprano. Ello provoca que se esconda un cuadro que no va a reportar la sintomatología real y al recurrir al médico ya han cambiado las manifestaciones clínicas, al tiempo que no son descartables la aparición de nuevos síntomas de reacción adversa ante los medicamentos.

— Insistamos en el rol de la familia.

— Es la base. No se le puede dar la espalda al niño. Si hay fiebre, vómitos, cambios de conducta nadie los conoce mejor que su familiar cuidador y el que debe estar alerta para detectar signos de alarma para buscar ayuda en el área de atención médica más próxima, ya sea con su médico de familia que también debe permanecer muy atento ante cualquier sospecha de sepsis del SNC. Ello impone un remitido sin pérdida de tiempo al Cuerpo de Guardia del Hospital Pediátrico.

Mucho cuidado con niños que viven en hogares disfuncionales con varios integrantes en el núcleo, estos pudieran resultar factores de riesgo para complicarse con el síndrome neurológico infeccioso.

— ¿Algún detalle en el Cuerpo de Guardia?

— Una vez allí con el remitido los padres deben acercarse a la enfermera clasificadora, explicar los síntomas, sobre todo las horas de prolongada fiebre, la existencia de vómitos y dolor de cabeza, y ahí se establece como un caso prioritario a fin de aplicar cuanto antes el diagnóstico y tratamiento.

PARA TENER EN CUENTA

— De acuerdo con las cifras, el hospital pediátrico José Luis Miranda registró el pasado año 57 pacientes con meningoencefalitis viral y tres afectados por la bacteriana, pero es significativo que estas últimas ocurrieron a partir de septiembre con un alza, en tanto de la cifra total se reportaron 17, casi un tercio que fueron diagnosticados en los últimos meses del año.

— En este febrero en curso ya se registran 19 pacientes con meningoencefalitis; de ellos, 17 virales, (uno de cada tres enfermos) y dos bacterianas. Ello significa un mayor registro de lo evidenciado en meses previos.

— El 85 % de las sepsis del SNC son virales, ocasionadas en su mayoría por determinado virus que tiene una alta letalidad de no valorarse de manera oportuna, incluso ocasiona un 70 % de mortalidad si escapan del tratamiento específico en las primeras 72 horas.

— No es lo mismo una convulsión sin fiebre que puede ser antecedente de una epilepsia benigna en la infancia y no tener peligro para la vida, que en un paciente portador acompañado de elevada temperatura corporal.

— En casos muy graves no escapa de secuelas como la pérdida de memoria, cambios mentales, alteraciones en el comportamiento e incluso déficit en los movimientos.

— A manera de prevención deben respetarse las medidas de higiene: lavarse las manos antes de comer y luego de ir al baño, estornudar con pañuelos y evitar compartir cubiertos, además de lavar las frutas y verduras previo a su ingestión, y no estar en contacto con personas enfermas.

— A tenor de que las condiciones ambientales pudieran influir en la aparición de estas afecciones se hace necesario mucho ojo avizor en el entorno, y cuidado con el hacinamiento de las personas que influyen en la transmisión de los virus respiratorios en una etapa en que existen algunos estacionarios que propician determinados tipos de meningoencefalitis viral e inducen a procesos infecciosos del sistema nervioso central no ajeno a complicaciones.

— La forma de contagio también es muy variada porque se pueden transmitir por vía fecal- oral o por la respiratoria, entre otras.

PIE DE FOTOS

1.- El lavado de las manos, la higiene ambiental, la alimentación, los estilos de vida saludables, y el cumplimiento de los horarios de sueño, en dependencia de la edad, figuran entre los factores a tener en cuenta», precisa la Dra. Liubka María Pérez Mederos, al frente del servicio de Neuropediatría en la institución de la infancia villaclareña.

2.- Atención ante la evidencia de los siguientes síntomas: fiebre, dolor de cabeza, apatía y convulsiones, aunque esta última no aparece en la totalidad de los casos.

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