La innovación tecnológica no se logra mirando al cielo ni dejándola en la gaveta
Por Ricardo R. González
En tiempos en que urge la innovación como conocimiento aplicado a solucionar problemáticas comunes hace falta interiorizar este precepto devenido fortaleza para quienes deseen avanzar en sus misiones, sin dar la espalda a las utilidades que pueda significar en beneficio poblacional.
Es el proceso que invita a las empresas a pensar con luz larga, a analizar aquellas posibilidades de crear un nuevo producto, servicio, proceso, modelo de negocio, o de insertar mejoras a los ya existentes gracias al empleo del intelecto y de las disponibilidades tecnológicas.
En conferencia de prensa para abordar lo alcanzado por el sector de la ciencia villaclareña durante el año a punto de concluir la Dra. María del Carmen Velasco Gómez, delegada territorial del Citma, abordó el fortalecimiento de la innovación que, desde su punto de vista, presenta dos aristas.
Una, vinculada a las instituciones y contempladas en el plan de ciencia, y la otra en los proyectos de Desarrollo Local. Estos últimos financiados por la contribución gubernamental a los planes territoriales como clave al impulso de obras y procesos de beneficio social.
Ese empleo de una parte de lo recaudado por entidades, establecimientos, cooperativas, empresas nacionales y provinciales de cada municipio a fin de que la demarcación avance ha posibilitado la creación de 534 nuevas fuentes de trabajo con cambios en la vida de 156 mujeres y 246 jóvenes, a la vez que ofrecen un conjunto de resultados dirigidos a la producción de alimentos como necesidad de primer orden, junto con la soberanía alimentaria, la energía y el desarrollo social.
Mención aparte a lo referido a la dinámica demográfica expresada en viviendas que han beneficiado a madres con tres hijos o más, al servicio de mensajería en farmacias comunitarias, y a la atención a 774 parejas infértiles en los diferentes niveles de la red municipal y provincial.
La otra mirada a la que se refirió la Dra. Velasco Gómez recae en el fortalecimiento institucional encaminado a la innovación a partir de 503 proyectos y cuatro programas territoriales que muestran saldos favorables.
En este sentido debe aclararse que si bien derivan 205 millones de pesos destinados a la ciencia, con un crecimiento del 11 % respecto al año anterior, no constituye aun un monto suficiente, si se tiene en cuenta que el financiamiento ofrecido por las empresas a la innovación, a partir de sus utilidades, muestra una cuerda floja en la actualidad debido a que el peso del financiamiento lo emite el presupuesto estatal y la propia contribución al Desarrollo Local.
Si se habla de aportes a las líneas de la Estrategia de Desarrollo Provincial en las relacionadas con la producción de alimentos, el medio ambiente y el desarrollo social descansan los mayores saldos; sin embargo, las correspondientes a la energía, la infraestructura y la industria no marchan al ritmo deseado a partir de sus respectivos potenciales.
Trasciende que más del 90 % de los 113 resultados planificados están ya en aplicación con impactos notorios en la economía y la sociedad dentro de un marco que establece a numerosas entidades certificadas por sistemas de gestión de la calidad, medioambientales, en seguridad y salud, entre otras, y en los que sobresale que la totalidad de los productos fundamentales del territorio están amparados por normas.
Entonces ¿dónde está el aporte monetario empresarial? ¿Escondido? ¿amparado por justificaciones atribuidas a las coyunturas?... Inexplicable.
Una solución pudiera ser la adecuada capacitación, la búsqueda de expertos que faciliten encontrar el final del camino o al menos comenzarlo, que las mentes empresariales se abran a la necesidad de tener resultados para crecer, pero lo más significativo resulta que de continuar con los modelos actuales se limitan los resultados para ese crecimiento y que de no tomar las sendas de la innovación tendrán destinos cerrados para dinamizar su economía y abrirse al mundo de las exportaciones.
Cuánto potencial existe en las propias instituciones que pudieran dar luz, ¿se les ha consultado? ¿ha existido ese intercambio que propicie iniciativas, ideas de avanzadas surgidas de la colectividad? ¿Usted, directivo, ha aprovechado el talento de jóvenes que egresaron con títulos de oro de la Universidad y a lo mejor los tiene subutilizados?
Y me detengo en un potencial principal. Según recoge un informe la Asociación Nacional de Innovadores y Racionalizadores en el territorio (ANIR) eleva sus aportes a la economía con 1698 innovaciones presentadas y aplicadas para un efecto económico que supera los 46 millones de pesos por concepto de ahorro de recursos, sustitución de importaciones, fabricación y recuperación de piezas de repuesto e incremento de la productividad del trabajo.
De ello se deriva otras interrogantes: ¿Se ha tocado a las puertas de ellos o se ven como un integrante más de la entidad en aquellas donde existan? ¿cómo ha sido la vinculación con las BTJ o el Movimiento de Fórum de Ciencia y Técnica?
Son puntos álgidos que muestran algunas de las empresas estatales socialistas detenidas en su tiempo al no identificar a la innovación tecnológica para su crecimiento en beneficio de todos.
Cuántos proyectos existen que han quedado olvidados, en desperdicio del talento que los concibió y que, si acaso, constituyen una leve referencia para algún que otro momento y nada más. ¿Sería tan difícil revalorarlos y determinar si son posibles de aplicar?
Es hora de que las neuronas colectivas, y sobre todo las empresariales, funcionen y se ejerciten porque la innovación tecnológica no se logra mirando al cielo ni dejándola empolvada en la gaveta.
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