Por Ricardo R. González
Lo que un día inició como una especie de intercambio entre el Instituto Nacional de Ciencias Agrícolas (INCA) y la Facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, destinado a la producción de piensos locales, emprendió el vuelo y de que manera.
Con el paso del tiempo se transformó en un Sistema de Innovación Agropecuaria Local (SIAL) que fue ampliándose hasta introducir nuevos cultivares a favor del autoabastecimiento local de alimentos en Villa Clara, con la perseverancia de reducir costos, y tratar de exportar productos en la medida de lo posible, sin olvidar algo elemental como la protección del medio ambiente y sus ecosistemas.
En esta hora de repaso el Dr. Raciel Lima Orozco, decano de la Facultad de Ciencias Agropecuarias, mira hacia atrás y recuerda que el camino ha traído la búsqueda de alternativas dirigidas a fomentar la innovación agropecuaria bajo preceptos actuales y futuros en un contexto que incluye a diferentes actores a fin de compartir la experiencia campesina hacia la diversidad genética y tecnológica teniendo presente los impactos del cambio climático que demuestra su alejamiento de las hipótesis para hacerse cada vez más real y cruento.
Si algo notorio tiene el SIAL es que constituye un proyecto inclusivo y participativo. Se abrazan desde el simple campesinado hasta el más eminente científico, y lo más importante resulta que no se pierde la perspectiva del enfoque de género ni la participación juvenil.
El Dr. Raciel Lima Orozco, decano de la facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad Central «Marta Abreu», sustenta la importancia del proyecto y sus retos.
El Proyecto se extendió a escala municipal entre los años 2007 y 2010 como herramienta para los gobiernos locales a fin de impulsar la producción agropecuaria. Siete de ellos se convirtieron en escenarios para su implementación: Santa Clara, Santo Domingo, Placetas, Quemado de Güines, Cifuentes, Manicaragua y Camajuaní, así como 33 entidades que incluyen CPA, CCS. UBPC y la EMA.
De esta manera ha tejido su historia, con el aporte de productores, decisores locales, representantes del Gobierno, agrónomos, profesores, y expertos de los centros de investigación de los territorios, entre muchos otros, que lo han llevado a su cuarta y última fase a concluir en el venidero 2021.
Muchos de los protagonistas contaron sus vivencias en el Taller efectuado para resumir un período de trabajo, hablaron de la sabiduría que reciben con los propios intercambios de experiencias en el afán de descubrirle los secretos a la tierra que en ocasiones se enmascaran en los surcos.
Entre los principales avances del SIAL figura el fortalecimiento del trabajo de los Grupos de Innovación Agropecuaria Local (GIAL) a través de buenas prácticas a fin de obtener producciones agrícolas más diversas y adaptadas al cambio climático.
«A veces las dinámicas de las cooperativas no le dedican el tiempo que merecen las mujeres, por lo que se requiere darle más protagonismo en lo que hacen y apoyarlas más», subrayó Annia Martínez Massip, coordinadora provincial de Género en el Proyecto.
También se profundiza el vínculo entre el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) y la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (Actaf), al tiempo que no faltan las contribuciones para la apertura del programa territorial de producción de alimentos y el de autoabastecimiento local, sin olvidar detalles con las plantas medicinales y ornamentales.
Las miradas de sus colaboradores no quedan en las sendas ya recorridas porque aparecen nuevos incentivos. La capital provincial labora en cuatro propuestas de Desarrollo Local, una de ellas de encadenamiento productivo que enlaza la producción agrícola y artesanal del maní y el ajonjolí de conjunto con las experiencias de la firma Bormey, otras modalidades escogen las miniindustrias dedicadas al sorgo y a la conservación de forrajes, respectivamente, y una línea destinada a la ceba de pollos.
SIAL estimula la diversificación local de los cultivos de granos. Algunos productores expusieron sus experiencias en el propio Taller que incluyó las referencias a las ferias dedicadas a la biodiversidad, al cultivo de variedades resilientes al cambio climático, así como los intercambios dirigidos a potenciar la creación de bancos locales de recursos fitogenéticos, y cómo influye el proyecto en las acciones de formación vocacional y en la práctica laboral investigativa de las carreras de Agronomía, Estudios Socioculturales, Comunicación Social y Sociología.
Una buena nueva trajo el evento. A los siete municipios que cuentan con la implementación de SIAL en la provincia se unirá Remedios como herramienta para que los decisores gubernamentales y otros actores logren resultados en el ámbito de desarrollo agroalimentario y rural encaminados a lograr la imprescindible soberanía.
SIAL es ya ciencia constituida. Perfeccionar lo alcanzado e incorporarle nuevos matices al aprovechar los conocimientos de los agricultores y otros integrantes de los equipos será vital para impulsar la diversificación y el incremento de la producción sostenible. Este será uno de los retos que tendrán los municipios cuando el próximo año asuman las riendas en la continuidad del camino.
Niuris Báez, de la CCS Ignacio Pérez Ríos, ha visto logros con la implementación del Proyecto.
No faltaron las intervenciones de los productores referidas al impacto social con nuevas fuentes de financiamiento.
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