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soyquiensoy (Ricardo R. González)

Tarea Vida (15) El otro mundo de las aves

La Mariposa (Passerina ciris) una de las especies más perseguidas para la comercialización.

Villa Clara figura dentro del corredor migratorio, y desde hace años el Centro de Estudios y Servicios Ambientales (CESAM) de la provincia realiza un minucioso trabajo de monitoreo con interesantes resultados.

Por Ricardo R. González

Fotos: cortesía del entrevistado

Un grupo de científicos se apresta a realizar la denominada expedición. Tendrán el beneplácito de sentir bien de cerca los diversos trinos de aves a manera de un concierto inigualable, pero también de apreciar en vivo la policromía del plumaje y las bondades obsequiadas por la Natura; sin embargo, no todo es dicha porque golpea el contraste directo por los indeseables mosquitos, el calor agobiante, y la fatiga propia de un caminante que deberá recorrer, en una mañana, entre seis y ocho km a una velocidad casi supersónica.

Las acciones van dirigidas al monitoreo de aves residentes permanentes o las llegadas desde otras latitudes para ocupar un espacio de refugio en nuestros bosques. En medio de todo impera la preparación de pequeños trillos a manera de guía que facilite el movimiento de los especialistas sin afectar la vegetación. Una vez listos comienzan las acciones mediante redes de niebla o sistema destinado a atrapar las aves en vuelo. Estas «trampas momentáneas» se diseminan por más de una veintena de puntos llamados a recorrerlos en un tiempo no mayor de 15 minutos.

«Este año, producto de un convenio con Bioeco en Santiago de Cuba, se comenzaron a anillar los individuos capturados para su correspondiente monitoreo. Ya hay 251 marcados; de ellos, dos nuevos registros de especies para Cayo Santa María» precisa el Dr. en Ciencias Biológicas Ángel Arias Barreto.

El Dr. en Ciencias Biológicas Ángel Arias Barreto, investigador auxiliar del CESAM villaclareño, es uno de los que porta el atuendo de campaña. Gorra, mangas largas y la protección elemental para evitar que los pájaros caídos mueran en la red o resulten presas codiciadas por especies devoradoras

Constantemente hay que desenredar los ejemplares, soportar sus fuertes picotazos y adueñarse de mucha paciencia. «Una vez «apresados» trasladamos los pájaros en bolsas a la mesa donde se anillan para proceder con los datos de registro. Una tramitación rigurosa que al término nos lleva a preparar condiciones en espera del nuevo día».

Esa captura concierne solo al anillaje. Colocado el dispositivo retornan a su hábitat, y quedan identificadas ante aquellas aves con anillos situados en otras partes del mundo.

Los aros de colores permiten un seguimiento mayor como ocurre con el Juanchivi (Vireo gundlachii) que es endémico cubano, el Cabrero (Spindalis zena) y el Negrito (Melopyrrha nigra), residentes permanentes. A través de esos anillos se viabiliza el trabajo con un registro bastante minucioso que identifica cada ave y sus características.

Y si llueve… a correr ya que se impone cerrar las redes y evitar el colapso de los pájaros.

CAPRICHOS Y COMPORTAMIENTOS

La distancia no constituye impedimento. Se capturan aves en el Faro de Roncali, en el cabo de San Antonio, y en el área de Siboney, en Santiago de Cuba.

Según la última actualización realizada durante este año en Cuba existen en registro 394 especies; de ellas, cerca de 200 totaliza Villa Clara ya sea por su permanencia o por su paso de manera transitoria.

«Esta cifra provincial coincide con las estadísticas cubanas, pues la mayor cantidad resultan migratorias. Proceden de Canadá o Estados Unidos y pasan el invierno aquí luego de llegar por dos corredores: el de la costa este atlántica (que afecta a la provincia), y el de Misisipi que solamente toca la parte del extremo más occidental cubano, y muchos de sus individuos continúan viaje hacia América del Sur», explica Arias Barreto.

Al estar anilladas las aves se facilitan muchos parámetros desconocidos, no solo entre las especies raras, si no que posibilita un seguimiento del lugar de procedencia, su longevidad, junto a otros aspectos.

— ¿Cuáles son las especies más frecuentes en nuestros predios?

— Las Chinchillas establecidas hasta abril para regresar a los territorios de cría en América del Norte. También hay otras que vienen a partir del referido mes, permanecen durante el verano y nidifican aquí como es el caso del Bienteveo (Vireo altiloquus), o el Querequete (Chordeiles gundlachii) considerados altos consumidores de insectos, por citar algunas.

«Durante la migración otoñal recibimos el mayor grupo de especies en Cuba, se diseminan por el resto del archipiélago, y por el arco de las Antillas, Islas Caimán y América del Sur. En la actualidad el Centro Oriental de Ecosistemas y Biodiversidad (Bioeco), de Santiago de Cuba, producto del corredor biológico del Caribe hace el monitoreo del Águila pescadora (Pandion haliaetus) que se mueve a República Dominicana».

Los impresionantes estudios sobre las aves demuestran que utilizan los vientos a su favor, tanto en ida como en regreso, y parece, sin ser resultados conclusivos, que hay picos en que migra determinada especie. Unos días se capturan muchas Candelitas (Setophaga ruticilla) y luego disminuyen para comenzar el arribo de otras.

«Ellas deben tener sus estrategias de orientación ante los fenómenos naturales, Un ejemplo lo fue el huracán Dorian cuyos vientos eran propicios para que llegaran especies procedentes de Bahamas», advierte el Dr. Ángel Arias.

No obstante precisa que para obtener datos con exactitud se necesita un estudio de años, pero los saldos de Villa Clara resultan alentadores, con mucho interés por parte de otras entidades del país al constatar esos resultados tanto en épocas de migración otoñal como primaveral.

— Respecto a ese totí que todo lo paga?

— El Toti (Dives atroviolaceus) es un endémico cubano, pero no es solo el exclusivo que pernocta en el Parque Vidal de Santa Clara. También están el Chichinguaco (Quiscalus niger), el Mayito (Agelaius humeralis), el solibio (Icterus melanopsis) y el Vaquero (Molothrus bonariensis) que comparten las ramas de la céntrica plaza santaclareña.

Además de los encantos ofrecidos por las aves también existen peligros y amenazas, sobre todo cuando salen del área de protección en busca de alimentos. Y aquí tienen un capítulo especial las cotorras (Amazona leucocephala) que quedan expuestas a su captura, aunque la depredación mayoritaria ocurre en los nidos.

Así trabaja el equipo. Durante la campaña de anillamiento en el recién finalizado octubre en Cayo Santa María se capturaron 511 aves de 35 especies, de ellas 24 recapturas, con tres nuevos registros para esa zona de trabajo: la Bijirita del pinar (Setophaga pinus), el Gorrión de corona blanca (Zonotrichia leucophrys, y la Bijirita de Connecticut (Oporomis agilis).

«Si nos detenemos en la Paloma perdiz (Starnoenas cyanocephala) ya posee la categoría de amenaza, y debe quedar claro que existe un conjunto de leyes aprobadas para la protección de las especies. Entre ellas aparece la Resolución 160 del Citma que determina las licencias para tenerlas o utilizarlas con fines artesanales, estén o no incluidas en la lista de especies amenazadas».

La captura de la Setophaga castanea, resultó lo más interesante durante el quinto día de trabajo en la reciente expedición.

Y vale la referencia a las aves acuáticas establecidas en colonias de cayos pequeños, sobre todo al norte del Parque Nacional Los Caimanes con marcados registros interesantes en la zona.

No cabe dudas de la existencia de un universo fabuloso, y a pesar del cansancio provocado por las expediciones, de soportar esas picadas intensas de los mosquitos, de conocer en la piel el afilado pico de un ave, o de llevar sobre las espaldas una temperatura ardiente vale la pena desafiarlos porque, al decir del Dr. Ángel Arias Barreto, este otro mundo de las aves resulta una aventura apasionante.

MEMORÁNDUM

— Con la migración otoñal Villa Clara hace esfuerzos de muestreos en el área protegida Refugio de Fauna Cayo Santa María desde 2011. Básicamente entre octubre y noviembre como período que reporta muy buenos resultados al obtenerse más de 300 individuos en cada campaña y nuevos registros de especies para la provincia y el archipiélago Sabana—Camagüey.

— No se descarta la aparición de otras variedades que en contadas ocasiones se habían visto en el país, y durante la última expedición realizada a fines de octubre se registraron récord de capturas en las sesiones de trabajo.

— Entre esas especies más interesantes aparece el Bobito de bosque (Contopus virens), la Bijirita de cabeza gris (Oporornis agilis), y la bijirita castaña (Setophaga castanea).

CONTRASTES

Si bien con las aves residentes en el país no existen muchos trabajos de seguimiento que ofrezcan resultados conclusivos los propios campesinos y conocedores de las áreas advierten afectaciones en zonas que tradicionalmente se veía el tomeguín del pinar (Tiaris canorus) y ya se aprecia que su población ha disminuido.

Otro tanto ocurre con el Negrito, endémico de Cuba, cuya caza ilícita interfiere de forma considerable.

A ello se suman los cambios en el uso de la tierra, la tala de árboles, y aquellas alteraciones del hábitat natural que unido a las capturas indiscriminadas inciden en que la especie desaparezca, sin descartar las pocas posibilidades de recursos para el anidamiento o la falta de sitios que propicien alimentos.

A juicio del Dr. Ángel Arias Barreto existe la tendencia a la retención de muchas especies migratorias para uso contemplativo o de comercio. Entre estas la Mariposa (Passerina ciris) y el Azulejo (Passerina cyanea), pero a todo ello hay que agregar las acciones de los gatos que resultan un peligro potencial para las aves en ecosistemas naturales.

¿Tenemos o no nuestras Razones?

Señorita de manglar (Parkesia noveboracensis)

Vireo de ojo blanco (Vireo griceus)

Gorrión de corona blanca (Zonotrichia leucophrys)

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