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En el Día Mundial del Medio Ambiente: Un remanso de vida

En el Día Mundial del Medio Ambiente: Un remanso de vida

Ermes e Idania muestran una de las tantas variedades de plantas existentes en el lugar. Para ellos la esencia de NatuArte la nutre este proverbio indú: «Cuando se haya secado el último río, talado el último árbol, y matado el último pez, solo entonces el hombre se dará cuenta, que no puede comerse el dinero».

Defender a la Naturaleza implica ternura, bondades y hasta sinsabores que imponen el olvido. En Santa Clara se abren las puertas de NaturArte como espacio de hechizos compartidos para preservar el entorno.  

Por Ricardo R. González

Foto: Carlos Rodríguez Torres

Hay un sitio en Santa Clara donde la Naturaleza y el arte abren su abanico para transitar idénticos senderos. Una especie de paraíso que vio la luz hace 14 años cuando se inquietaron las neuronas de Ermes Ramírez Criado, un hombre polifacético con un poco de actor de teatro, artista plástico, artesano… y sobre todo un certero soñador amante de la vida.

Por entonces, ni pensó remotamente en lo que es hoy NaturArte, pero sus labranzas comenzaron desde el día en que se propuso transformar aquel vertedero comunitario cercano al Hospital Militar Comandante Manuel Fajardo Rivero. Poco a poco cambió la imagen del espacio, y motivó a los vecinos como contribuyentes al logro.

La idea inicial era la de habilitar un taller destinado a la creación artística, y entre aquellas ilusiones se estableció allí con sus animales y plantas como cómplices cercanos de su existencia. El tiempo y la tenacidad hicieron grande la obra bajo esas miradas dirigidas a enseñar, compartir sueños, realidades, y a equilibrar el alma.

APERTURA A LA EXISTENCIA     

Junto a su compañera en la vida, Idania Moreno Gutiérrez, ha tenido dichas y reconocimientos en ese empeño de que arte y Natura regalen sus matices bajo absoluta autenticidad.

«Por ello las pretensiones van más allá, y trabajamos con niños y jóvenes aquejados de retardo mental, con aquellos desvinculados del estudio y el trabajo, sin restar importancia a esa terapia ocupacional hacia personas deprimidas, alcohólicas o esquizofrénicas. Tenemos nexos con la Casa de Orientación a la Mujer y la Familia, de la FMC, en favor de la igualdad de género y la eliminación de la violencia.

También el respaldo nuestro a la educación ambiental encaminada al conocimiento de las especies, a descubrir sus mitos y secretos, y a cautivar a todos en aras de preservarla.»

Tanto Ermes como Idania sustentan que constituye un proyecto perfectible en el que no discriminan las sugerencias. Y es grato apreciar por sus áreas a un círculo de abuelos del policlínico XX Aniversario, o las visitas que llegan desde otros municipios villaclareños o lugar del país para nutrirse de vida. Reciben, también, a las escuelas de los diferentes niveles de enseñanza, a los alumnos universitarios que realizan sus tesis en defensa del paisajismo o de otras temáticas. No por gusto la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas los consideró gestores socioculturales del territorio al nivel de personalidades sumamente distinguidas.

«Ello nos propició una de las gratas sorpresas. No somos arquitectos, ni veterinarios, ni agrónomos, pero tenemos el reto de aprender para que tantas personas de bien crean en nosotros, y en esta modalidad de realizaciones encaminada al mejoramiento humano», confiesan sus orfebres.

En este largo camino prevalecen las satisfacciones, aunque no se cura la herida de aquel día en que les comunicaron que no eran de interés para la Agricultura. Una profunda decepción en la que solo la voluntad política mostró la luz a fin de proseguir.

Sin embargo, una carpeta abultada de distinciones y reconocimientos se guarda en un rinconcito del lugar: Premio Especial de Medio Ambiente en 2010, el de Gestión Ambiental en 2011, el de Cultura Comunitaria de la provincia en el propio año, el de Protección de la Capa de Ozono, junto a lauros en diversos fórums de Ciencia y Técnica, el de Contribuidores al Desarrollo Sostenible de la sociedad cubana, Referencia Nacional, por citar un mínimo de ellos, y otros que están por venir y para los que se encuentran nominados.

Personalidades del arte, la cultura, de los grupos de solidaridad con Cuba invitados por el ICAP, y representantes de las Naciones Unidas figuran entre quienes han visitado este punto reanimador de Santa Clara como espacio muy vinculado al Ministerio de Cultura en el territorio, al Fondo de Bienes Culturales y a la Granja Urbana.

Y es que llegar hasta allí deviene una especie de dicha que  enriquece las aristas de la existencia. Un privilegio en el que está permitido llevarse un recuerdo en fotos, adquirir determinadas especies de peces, plantas y aves ornamentales, hacer de un objeto de cerámica una pieza de patrimonio personal, o celebrar una boda o cumpleaños entre sus mágicos senderos con previa reservación.

Satisface este regalo cuyo mantenimiento resulta agotador en un espacio que dispone de uno de los fondos genéticos más importantes del país, pero que no escapa de las casi nulas asignaciones de pienso que ponen en peligro su variedad en la fauna.

Aun así sus principales artífices consideran que «No hay cuños, burocracias o preceptos que puedan cancelar una obra aspirante a ser cooperativa sociocultural del territorio con personalidad jurídica propia.»

Como una cascada bendecida por el arte comunitario continúan las peñas culturales los últimos domingos de cada mes en busca de ese artista escondido que ronda por la ciudad, o de quien no pudo desplegar su talento a plena capacidad.

NaturArte es una dimensión revitalizadora. Por eso no asombra que una anciana de 90 años se le escape a su familia para llegar hasta el lugar con el propósito de contemplar las plantas, admirar la belleza de los animales, y dejar las preocupaciones a un lado aunque sea por unos minutos pues, desde un punto de la urbe, fluyen manantiales que irrigan como un remanso de vida.

MEMORÁNDUM

— En algo más de una hectárea NaturArte presenta una multivariedad de especies que respetan la genética pura. Suman 52 variedades de palomas como tesoro poco conocido en la provincia, y sin resultar un zoológico sobrepasa las 30 especies de gallináceas entre codornices (Colinus virginianus), faisanes (Phasianus colchicus) y diversos tipos de gallinas.

— Entre sus encantos figuran los tres ejemplares únicos de cotorras argentinas existentes en Cuba, además de contar con el loro africano y el ecliptus, el catey (Aratinga euops) y la cotorra cubana (Amazona leucocephala) reproducidas en cautiverio, y ejemplares de la flora y la fauna con etiquetas del endemismo.
— Posee una gran variedad de orquídeas y de diversas plantas entre las que conviven más de 100 árboles frutales, con predominio del mango, y la presencia del tamarindo, la guayaba, el melocotón, y las uvas.

— Sus 22 trabajadores laboran todos los días de la semana (incluido domingos) desde las 8:00 de la mañana hasta las 11:00 de la noche, y muestra las posibilidades de contar con su taller de creación artesanal, de metal, carpintería, cerámica, pintura, vidrio, y un restaurante para el expendio de comida criolla, entre otras opciones.   

CONTRASTES

Sucedió en la región occidental, y mientras desde aquí se trata de preservar el entorno manos inescrupulosas provocaron la muerte de 60 aves en peligro de extinción halladas en la mochila de un infractor que se internó en un bosque, y fue sorprendido por el servicio de guardabosques.

Tocororos (Priotelus temnurus), sinsontes (Mimus polyglottos), y Cartacuba (Todus multicolor) figuran entre los ejemplares que ya no disfrutarán de su hábitat, y estaban destinados a un comercio ilegal de especies. 

Otro tanto ocurre en aeropuertos cubanos cuyos guardianes proceden al decomiso de negritos (Melopyrrha nigra), mariposas (Passerina ciris), azulejos (Passerina cyanea)… camuflageados en el cuerpo de los viajeros, en los bolsillos, y hasta en dobladillos, en tanto las cotorras, el catey y otros tratan de cruzar la frontera enmascarados en equipajes debido a que nuestra biodiversidad es altamente cotizada en Europa, Estados Unidos, y hasta en Japón.

Vale recordar que las especies amenazadas aparecen en la Resolución 160 del CITMA dentro de la lista o apéndice Uno, que identifica aquellas en peligro de extinción, y requieren un nivel de protección máximo, por lo que está prohibida su caza, captura y comercio.

Se incluyen entre ellas la cotorra, el catey, el cocodrilo cubano (Crocodylus rhombifer), la jutía conga de la Isla de la Juventud (Capromys pilorides pilorides), el majá de Santa María (Epicrates angulifer), las tortugas marinas, y una amplia relación de aves.

Otras menos amenazadas forman parte del apéndice Dos, que requieren permisos especiales para cualquier movimiento como parte de convenios internacionales. 

¿Tenemos o no nuestras Razones?

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