Frank Emilio (Cuba)
Por Ricardo R. González (*)
Cuando se escriba la historia de los grandes pianistas de la mayor ínsula caribeña aparecerá en mayúsculas el nombre de Francisco Emilio Flyn Rodríguez, nacido en La Habana el 13 de abril de 1921.
La pérdida de la visión a los 13 años le valió para vencer los obstáculos impuestos por la vida. Aun así, cursó su bachillerato sin apartarlo de aquella vocación, casi enfermiza, de deslizar las manos por el teclado que le acompañó desde edad muy temprana, guiado solamente por su oído pues desconocía las notas musicales.
Sus inicios fueron en una orquesta típica cubana, y poco a poco aprendió música mediante el sistema Braille, gracias al apoyo ofrecido por el doctor Julio Azanza.
No faltó su paso por los hoteles, clubs y cabarets más importante de La Habana hasta que comenzó a participar en la programación de la radio y la televisión, y durante años dirigió el Quinteto Cubano de Música Moderna (posteriormente denominado Los Amigos) integrado además por grandes talentos como Guillermo Barreto, en la batería, Papito Hernández (contrabajo), Tata Güines, en la tumbadora, y Gustavo Tamayo, en el güiro.
Trabajó con el cuarteto del saxofonista Eddie Shu, con el trío de la cantante Sarah Vaughan y con el baterista Phillie Joe. Sobre los pianista que le han interesado e incluso influido en él, expresó el propio Frank «...El principal, Art Tatum. Es para mí como una meta inalcanzable. Lo considero el más grande. También George Shearing, con su modo de interpretar elegante, meticuloso, contenido en la improvisación, y con un gran aprovechamiento de los recursos armónicos. Otros son Oscar Peterson, de una agilidad y un gusto tremendo, y Lennie Tristano, uno de los impulsores del be bop. Claro, en otros géneros recibí influencias de pianistas como Antonio María Romeu, a quien imité en mis comienzos (…)...»
Por suerte, la discografía cubana lo recogió en varias grabaciones, entre las que sobresale un acetato dedicado a las danzas, otro en tributo a la pianística de Lecuona, Cervantes y Saumell, sin descartar los dedicados al jazz y las descargas a base de piano.
Realizó conciertos por todo el archipiélago como partidario de que el arte no era privilegio absoluto de las urbes capitalinas.
Con el saxofonista Armando Romeu preparó un libro en el sistema Braille, con objeto de que otros músicos ciegos pudieran estudiar e interpretar música.
Frank Emilio falleció en la noche del 23 de agosto de 2001 en La Habana. Perdía la cultura cubana otro de los grandes e indispensables conocedores de los ritmos autóctonos de su país.
(*) Nota de Editor: Los trabajos publicados en temas (Artistas) han sido elaborados por este autor, a partir de informaciones de base, sin que consignen la totalidad de detalles, hechos, y personalidades que influyeron en el desarrollo artístico.
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