«Con 2 que se quieran» (Miguel Barnet. Parte II)
Amaury Pérez. ¿Y Fernando murió sabiendo qué era ser cubano?
Miguel Barnet. Creo que se aproximó bastante a eso que él llamó la vocación de cubanía, más que otros intelectuales. No sé si murió con esa certeza, pero sí en la búsqueda; en la búsqueda de esa interrogante que nos conmueve a todos, porque sabiendo qué somos los cubanos como masa, como mosaicos culturales, sabemos también qué somos nosotros y por qué somos capaces de resistir tantas vicisitudes, tantas contingencias.
Somos producto de una cultura plagada de contradicciones, pero de no haber sido por el impulso que le dio Don Fernando a sus estudios, quizás hoy estaríamos todavía con muchas más interrogantes de las que tenemos.
Amaury Pérez. Hay un poema tuyo que se llama “Los sesentas”, voy a citar: “Como entonces no voy a sentir nostalgia / Si ahora nadie se desnuda bajo la lluvia…”
Miguel Barnet. “Nadie enarbola una bandera / Nadie se saca el corazón y los tira contra las piedras”/.
No sé como sigue, no me acuerdo. Pero es verdad, siento una gran nostalgia. Realmente donde quiero vivir es en el futuro, no en el pasado, aunque me alimento del pasado, como nos alimentamos todos aunque no lo queramos admitir, nos alimentamos del pasado porque no hay otra cosa.
Amaury Pérez. ¿No sientes una nostalgia especial por aquellos años fundacionales de los años sesenta?
Miguel Barnet. Fue una época extraordinaria, pero con muchas contradicciones también. Había que romper barreras de incomprensión y de silencio y tengo que decir que esa lucha, esa batalla que yo libré contra la modorra, contra algunas cosas que uno arrastraba del pasado, me ayudaron mucho a ser como soy. Siento un poco de nostalgia, sobre todo porque fueron los años en que todavía hacíamos muchas conquistas amorosas. Ahora ya no es igual.
Amaury Pérez. No seas modesto. Los que te conocemos sabemos que todavía hay.
Miguel Barnet. No, ese departamento de mi vida no lo conoce casi nadie, porque yo he sido en eso muy discreto. Tú si eres mi amigo y sabes.
Amaury Pérez. Ahora que me hablas de discreción, hay un poema, que a mí me gusta mucho, que dice: “Pero no vengas / Porque lo que yo quiero realmente es esperarte”.
Miguel Barnet. Ah, sí, claro, fue el “Barrio Chino”. Creo que no hay amor más bello que el amor platónico. Ese no es egoísta; no quiere morder.
Amaury Pérez. Pero se puede convertir en obsesión.
Miguel Barnet. Sí, pero en una obsesión maravillosa que te da fuerza, que te estimula. Porque como dice: “pero no vengas/ porque lo que yo quiero realmente es esperarte”. Esa es la idea del amor.
Amaury Pérez. Pero también a finales de los 60 se escribieron muchos poemas al Che. Recuerdo el de Mirta Aguirre, que era extraordinario, el de Fina, también, el de Nicolás…
Miguel Barnet. Che Comandante.
Amaury Pérez. Pero “No es que quiera darte pluma por pistola, pero el poeta eres tú”, fue de las cosas más atrevidas que se escribieron sobre el Che, de las más apasionadas, de las más encarnadas. Mucha gente piensa que la canción de Pablo es un poema de Miguel Barnet.
Miguel Barnet. No, él se inspiró.
Amaury Pérez. Él dice: si el poeta eres tú / como dijo el poeta.
Miguel Barnet. Tú sabes que Pablo me llamó por teléfono y me dijo: ¿tú vas mucho al cine? Le dije: ¡bueno, voy pero poco, voy más al teatro! Entonces me dice: ¡ve al cine en estos días que en el noticiero hay una sorpresa para ti! No había escuchado la canción, que es bellísima. Fue una cosa muy linda de Pablo y ese poema lo escribí en el año 65. No sé si fue el primer poema que se le hizo al Che, a lo mejor su papá le hizo un poema al Che. Sí sé que ese poema se lo hice al Che en vida y se publicó en La Gaceta de Cuba, cuando el Che todavía no estaba en Bolivia, estaba en África, después pasó a Praga.
Amaury Pérez. Sí, claro, la historia que conocemos.
Miguel Barnet. Ese poema lo escribí en una cajetilla de cigarrillos que tenía Margarita Dalton, una amiga mía, la hermana de Roque Dalton.
Amaury Pérez. En ese momento Miguel va dejando atrás todas las famosas incomprensiones de las que hablamos antes en el poema “Los Setentas” que dice: “Y heme aquí contando las vicarias de mi bello patio / desenvainando mi espada / subiendo de mi caída / soplando los polvos del atrio / tarareando Una rosa de Francia”.
Miguel Barnet. Así es.
Amaury Pérez. Vamos a hablar de Una Rosa de Francia, que ya nadie concibe si no es cantada por Miguel Barnet.
Miguel Barnet. Escribí una vez en una entrevista que me hicieron, una boutade, quizás una exageración, que cambiaría toda la obra que he hecho, que he escrito, por haber compuesto una canción como “Una rosa de Francia”. A mí me parece una auténtica joya del cancionero cubano, compuesta por Rodrigo Prats cuando tenía 16 años, creo que la compuso en Sagua la Grande y la cantó bastante bien.
Amaury Pérez. Tú la cantas muy bien. ¿Alguna vez pensaste en convertirte en cantante lírico?
Miguel Barnet. Sí, claro y muy seriamente. Me lo tomé tan en serio que fracasé.
Amaury Pérez. Es que tengo un recuerdo fascinante de los dos, estaba también mi compañera, Petí, en una catedral en Portugal, en Oporto.
Miguel Barnet. Yo te canté el Ave María de Gounod.
Amaury Pérez. Pero aquello resonó en aquella capilla con mucha potencia canora. No recuerdo la capilla, recuerdo la voz de Miguel Barnet.
Miguel Barnet. ¡De verdad!, mira que me pongo a estudiar canto de nuevo.
Amaury Pérez. Hay una cita de otro poema y quisiera dedicar un tiempo, porque además no es que uno trate de buscarle una explicación a la poesía, sino que uno quiere entenderla y el público que nos esté mirando seguramente disfrutará mucho de este verso y es de un poema que se llama Miami.
Miguel Barnet. “Nada cubano es ajeno excepto Cuba”
Amaury Pérez. ¿Qué quiso decir el autor?
Miguel Barnet. Ese es un poema que hice hace unos años y que se ha publicado en antologías y claro, Miami es en alguna medida una parte de nosotros, porque allí está parte de nuestra familia y yo soy respetuoso con mucha de la gente que está en Miami, que se fue por razones filosóficas o económicas o por lo que fuera, pero sí se han detenido los relojes en Miami, es lo que quiero decir. Por eso es ese verso de que en Miami nada cubano es ajeno…
Amaury Pérez. … excepto Cuba.
Miguel Barnet. Excepto Cuba, porque la Cuba nuestra, la Cuba de los cincuenta años de Revolución, de socialismo, de contradicciones, de una vida diferente, pues a veces por la gran mayoría de quienes viven en Miami no es asimilada y eso es lo que quiere decir el verso. Porque dice: “mira que en Miami las palabras pesan / mira que la confusión pesa”, pero después dice: “mira que el corazón pesa a pesar de todo”. Porque está parte de nuestra familia ahí.
Amaury Pérez. Bueno, Miguel, tenemos que empezar por Cimarrón ya. ¿Cómo es que conoces a Esteban Montejo? Sé que esa historia te la han preguntado en entrevistas, en todos lados, pero los televidentes de mi programa estoy seguro que quieren saber eso.
Miguel Barnet. Lezama decía que Martí era el misterio que nos acompañaba, efectivamente, pero para mí, Esteban Montejo también es un misterio más modesto que me acompaña, porque aprendí mucho de la historia de Cuba con él, lo conocí cuado tenía 103 años, en el Hogar del Veteranos, yo iba a cumplir 23 años y la primera pregunta que me hice cuando empecé a oírlo contar las historias de su vida en el monte, en los barracones, de cimarrón en las sierras de Guamuaya, por allá por Trinidad, dije: “¿Cómo es posible que ningún escritor, que ningún historiador, se haya acercado a este hombre?” Me dije: ¡Tengo que hacer algo con esta vida! Y así fue que surgió Cimarrón. Y después todo lo demás.
Amaury Pérez. ¡Qué raro que no se ha llevado nunca al cine, porque se llevó al cine Gallego y Canción de Rachel!
Miguel Barnet. ¡La bella del Alhambra!
Amaury Pérez. ¿Qué ha pasado con Cimarrón? ¡Qué raro! Un libro tan atractivo y yo lo veo muy cinematográfico.
Miguel Barnet. También lo veo muy cinematográfico y ese es el temor mío, de verlo demasiado cinematográfico, porque no me gustaría ver a Esteban Montejo encarnado en nadie, honestamente.
Amaury Pérez. Esperemos que alguien se atreva.
Miguel Barnet. ¡Ojala, pero que se atreva estando vivo yo!
Amaury Pérez. Pues tienes que dejarlo en el testamento.
Miguel Barnet. Voy a echarle una maldición.
Amaury Pérez. Miguel, hablemos brevemente de tu etapa en Nueva York, tú hablas y lees inglés perfectamente.
Miguel Barnet. Lo leo perfectamente pero lo hablo más o menos, hago mi esfuerzo.
Amaury Pérez. ¿Qué tiempo estuviste tú viviendo en Nueva York?
Miguel Barnet. He ido muchas veces, pero viví un año y tres meses cuando obtuve la beca de la Fundación Guggenheim. Hice el libro La vida real, que es un libro que quiero mucho, de ese sí me gustaría que se hiciera una película, están los ambientes, están las locaciones y la historia es muy cercana porque a mí me interesa mucho el tema de la inmigración. De hecho todos mis libros, todas mis novelas tienen que ver con inmigrantes.
Ahí estuve año y medio y después entregué el libro a la Guggenheim vine para Cuba, el libro se publicó y regresé allá, estuve otros tres meses, una experiencia tremenda porque Nueva York es una ciudad muy compleja, muy rica y donde uno vive experiencias tremendas. Truman Capote decía que en Nueva York uno tenía varios rostros y varias personalidades y es verdad. Caminas tres cuadras y es un mundo diferente al que dejaste atrás.
Amaury Pérez. Es muy curioso Miguel, tú eres de lo más cubano que conozco y sin embargo, te gusta la nieve, te gustan los abedules, te gustan los abetos.
Miguel Barnet. Hubiera querido que El Morro estuviera cubierto de nieve desde octubre hasta marzo, por lo menos, porque a mí el calor no me gusta nada.
Amaury Pérez. Pertenecemos a un grupo, es una cofradía. Ahí está Alfredo, está Silvio, está Eusebio…
Miguel Barnet. Alicia Alonso, que es una mujer tan extraordinaria, a quien quiero tanto, decía que un día los japoneses iban a inventar un software en que uno no tuviera que coger aviones, que uno cerrara los ojos y ya apareciera en otro país. Eso sería ideal.
Amaury Pérez. Y nos sacábamos de arriba el calor.
Miguel Barnet. Creo que algún día nevará en La Habana.
Amaury Pérez, ¿Quién dijo en tu familia “Patria o Muerte, Amén”?
Miguel Barnet. ¡Yo!
Amaury Pérez. Sin embargo, tú no eres un hombre de filiaciones religiosas marcadas; pero eres una persona mística, evidentemente.
Miguel Barnet. Sí, bueno, si no fuera un místico no estaría sentado aquí contigo, tenemos que tener una mística. Esta maravilla que vivimos en este país, esta Revolución que hemos vivido con todos sus logros y sus reveses, con todo, se tiene que vivir como una gran mística, y el fruto de ella se ve hoy en el mundo…, yo siento un orgullo tan grande…, y esa es la mística.
Amaury Pérez. Eso que has dicho, me lleva a una de las frases más importantes que se han dicho en 50 años en la poesía cubana. Siempre digo es mi criterio: “Yo soy el que anda por ahí empujando un país”. Esa frase, por supuesto, es de Miguel Barnet. ¿Qué ocurrió durante los años en que estuvo representando a Cuba en la UNESCO? Creo que todavía andas cumpliendo funciones vinculadas con la UNESCO en París.
Miguel Barnet. Ya no estoy en el Consejo Ejecutivo, pero soy uno de los vicepresidentes del Comité de la Ruta del Esclavo, que es un tema que llevamos en Cuba que lo llevo yo con el apoyo de amigos y compañeros muy valiosos como Jesús Guanche.
Amaury Pérez. ¿Empujando un país?
Miguel Barnet. ¿Qué fue lo que hizo Fernando Ortiz siempre, qué fue lo que hizo Lezama Lima, qué fue lo que hizo Alejo, qué es lo que hacemos los escritores y artistas cubanos? Aún los que no están aquí, aún los que no están aquí estamos empujando este país hacia el futuro, hacia esa otra dimensión, no se puede cansar uno de llevar las riendas, yo me siento que estoy haciendo algo útil. Por eso digo, “Así que perdonen si no escucho/Las quejas de mis contemporáneos/ Yo no puedo hacer otra cosa/que seguir empujando un país”, y lo hago con mucho orgullo, con mucho amor y pienso que esa mística da frutos, que es lo que estás haciendo tú también.
Amaury Pérez. Muchas gracias, Miguel, ha sido un gusto vivir el tiempo tuyo también.
Miguel Barnet. Gracias.
Amaury Pérez. Te quiero mucho.
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