Un «torbellino» llamado Mirtha

Texto y fotos Ricardo R. González
No tiene efectos devastadores como un fenómeno natural, mas le acompaña la fuerza en las palabras y en sus acciones desde que se empinaba, allá por la finca El Plátano, a 8 Km, del poblado de Mataguá por el entorno manicaragüense.
Allí inició su acercamiento a la FMC como dirigente de base cuando arribó a los 14 años. Por entonces ejercía el activismo en tareas organizativas, y al trasladarse a la cabecera de Manicaragua ya emprendió su camino como secretaria general del bloque 36 compartida con las funciones de miembro del Comité Municipal e integrante no profesional de su Secretariado y del Consejo de Colaboración.
La capital provincial aguardaba iniciando la década de los 80. Se constituyó la delegación # 8 Haydée Santamaría, del bloque 135 en el reparto del Pedagógico, y ejerce la secretaría general hasta que en 1984 asume la máxima directiva del bloque y prosigue en la actualidad.
— En el resumen de tu historia ¿qué te ha aportado la organización de las mujeres?
— A mí y a las cubanas. Ante todo ser independientes y ocupar nuestro lugar en la sociedad, aunque persisten ciertos rezagos del pasado, sin apartarlo del mejoramiento humano hacia nuestras propias compañeras y las familias.
— ¿Pero eres más que FMC?
— Soy delegada del Poder Popular desde el 2000 en que fui electa por mis vecinos y en el próximo abril cumplo 26 años de ejercicio. Integro, además, la comisión de servicios de la Asamblea Municipal, y asumí la presidencia del consejo popular Camacho—Libertad. En estos momentos estoy jubilada, pero sigo vinculada al Gobierno y a la FMC
— Durante la etapa de la COVID se te vio inmersa en acciones, incluso desafiando peligros…
— Era la presidenta del Consejo Popular en esa etapa y existía un Puesto de Mando representado por todos los organismos. Allí visitábamos y atendíamos a las familias, incluidas las que tenían seres queridos hospitalizados o cuyos integrantes fallecieron debido a la enfermedad que recibieron atención priorizada. Se coordinaba cada caso con el policlínico Capitán Roberto Fleites (Malezas) en lo que fue una etapa difícil y dura. Repartíamos meriendas, almuerzos, comidas, y creo que las familias quedaron complacidas con la dedicación recibida.
— Un día saliste de la rutina de la ciudad y te fuiste a Ranchuelo ¿una nueva faceta?
— Tarea especial en 1997. A propuesta de Lázaro Expósito Canto y Caridad Díaz Camacho, entonces primer secretario del Partido en Santa Clara y secretaria general de la FMC en el municipio, respectivamente, me designaron al frente de una brigada cañera para laborar en el central 10 de Octubre de ese municipio.
Salíamos de Santa Clara a las 6: 00 a.m. y regresábamos pasadas las 5:00 de la tarde. Éramos 63 mujeres que tuvimos una experiencia bonita, pero a la vez muy fuerte durante tres años, y en ese tiempo nos reconfortó la visita de Vilma, nuestra eterna Presidenta de la FMC.
— Al parecer las faenas agrícolas te acompañaban porque después hubo otra experiencia en el organopónico Las Marianas…
— Ante uno de los huracanes que afectó a la provincia se constituyó otra brigada para resarcir los daños ocasionados al organopónico. Por aquel tiempo era la recepcionista cajera de la peluquería y barbería Salón Verde y me hablaron de la propuesta de encabezar el colectivo No lo pensé dos veces, y asumimos las tareas de reconstrucción durante un año. Al terminar las faenas lo dejamos sembrado y produciendo.
— Como mujer y delegada ¿has tenido problemas en busca de las necesarias soluciones?
— En las comunidades existen múltiples dificultades y cada día crecen más, ya sea por falta de recursos o que quienes tienen que ver por soluciones no le dan la debida atención y el problema se agudiza. Por citar algunas está el abasto de agua, el sistema de alcantarillado de los edificios multifamiliares, la impermeabilización, que se dilatan, por las causas que sean, y se hacen complejas para resultar, verdaderamente, el rompecabezas de los delegados que deben responder y representan a sus electores.
— ¿Encontronazos?
— Muchos directivos van dejando el problema, y la preocupación e insistencia del delegado es constante. Cierto que hay déficit de recursos, no lo dudamos, pero otros tienen mucha pasividad, o un nivel de «prioridades« que no siempre convence.
A veces la insistencia ha durado un año y en una mañana queda resuelto. Entonces, tenía o no solución. Los vecinos colaboran, pero hay veces que no disponen de los medios y los recursos para ejecutar.
Por otra parte, a mi modo de ver, los gobiernos tienen que ser más exigentes con sus consejos de administración y los funcionarios, en el caso de esos directores de organismos que no emiten respuestas en el tiempo establecido. Cuando un delegado está detrás de un director en busca de soluciones, este representa al pueblo y detrás del delegado hay miles de electores que esperan.
— ¿Si te hicieras un autorretrato?
— Hiperquinetica, soy una mujer que nunca ha puesto otros intereses a los principios revolucionarios. Mi familia y la Revolución son los pilares que llevo dentro.
— Entonces ¿eres una especia de torbellino humano?
— Creo que sí. Aun enferma me dan una tarea y me levanto y salgo. Para mí no existen impedimentos en el mundo del Poder Popular, la FMC y los CDR.
ALGUNAS DISTINCIONES RECIBIDAS
— Sello de 5, 10 y 15 años como dirigente de base de la FMC
— Distinción 23 de Agosto
— Orden Ana Betancourt
— Sello 65 Aniversario de la FMC
— Distinción Por la Colaboración Cultural de la Ciudad que otorga el Gobierno de
Santa Clara
— Reconocimiento por los diferentes aniversarios de la ciudad de Santa Clara
— Delegada al V y VIII Congresos de la FMC.
PIE DE FOTOS
1.- No es que exhiba su sortija, simplemente un gesto característico de Mirtha Díaz Upierre.
2.- Recientemente estuvo entre las galardonadas con el Sello 65 Aniversario de la FMC.
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