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Aniversario 65 Hospital Pediátrico de Villa Clara (X) «La enfermería llega por vocación y convicción», Lic. Osvaldo Rodríguez González

Aniversario 65 Hospital Pediátrico de Villa Clara (X) «La enfermería llega por vocación y convicción», Lic. Osvaldo Rodríguez González

Texto y foto Ricardo R. González 

Alguien dijo que si querían conocer a un enfermero ético, integral y capaz de enfrentar un caso ante la mayor complejidad pregunte por Osvaldo Rodríguez González en la Unidad de Cuidados Intermedios del hospital pediátrico universitario José Luis Miranda, de Villa Clara.

No es mago ni tampoco hacedor de milagros, sin embargo, el caudal de conocimientos y una profesión que exige destreza constituyen cartas indispensables en el oficio.

Hace 39 años que demuestra sus habilidades en la institución que la ha hecho suya desde que llegó en 1986. Sus primeros cinco años en la sala de Afecciones Respiratorias, otro quinquenio en Hematología hasta vincularse a los reclamos de la unidad de Terapia Intermedia donde ya suma 29 años.  

Un poco de su historia establece la graduación en 1986, aunque ya antes tenía conocimientos de la especialidad a través de los círculos de interés que fomentaba la secundaria básica. Luego llega al Politécnico de la Salud y se hace técnico en la rama, y a fines de los años 90 comenzó la licenciatura en el nivel superior hasta su graduación.

No olvida que ese día recibió una de las grandes satisfacciones para el desempeño profesional .Al fin se cumplían sus sueños.

«Desde temprano sabía lo que iba a hacer. No había otro mundo que no fuera este. Tenía la pasión por servir, atender a las personas, brindar ayuda, y siempre conté con el apoyo de mi familia como algo importante».

— ¿El oficio?

— Para mí la enfermería acumula amor y bondad como base, lo que permite dignificar el trabajo. Es mi vida, lo único que sé hacer, la estudié por vocación, y resulta cómplice principal de la Salud al permanecer nuestro personal más horas junto al paciente. Comprueba y está al tanto de su mejoría, de su evolución, y cuánta gratitud recibes cuando un enfermero se enfrenta a un caso crónico que también «alivie» su estado al ofrecer mucho ánimo en función de su recuperación.

— ¿Técnico o licenciado?

— El técnico te ofrece la base, el ABC para continuar, pero al obtener la licenciatura es otro nivel en el mundo del conocimiento, te muestra los motivos por el qué ocurren las cosas, interiorizas mejor la trascendencia de los cuidados en la profesión y encuentras la justificación científica de los procesos.

— ¿El nuevo relevo?

— Enfermería es sinónimo de vocación, hay muchos que tienen interés, otros no lo manifiestan, y el desinterés es contraproducente en el oficio. La enfermería hay que sentirla por vocación y convicción Es importante insistir durante la docencia el amor que debe sentirse por ella, y no, simplemente, por tener una carrera y estar en el mundo de la Salud.

A Osvaldo su oficio le sale por los poros. Se percibe, y continúa: «Hay que tener humanidad, demostrar la dedicación, el cuidado con los pacientes. Ello es vital, demostrar el amor por la carrera. Sin dudas, hay que experimentarlo».

— Menciona algo fundamental: Vocación

— Si no existe ni pierda el tiempo en estudiarla. Detrás de esas batas y uniformes blancos hay que ganarse la pureza del oficio. Todo el que viene a ti es porque te necesita ante su problema o dolencia, y si no te sensibiliza esa situación, que resulta lo primario para cada persona, ¿qué vas a solucionar? 

— En su ejercicio ¿hay casos que le han marcado?

— Muchos se quedan grabados, incluso en momentos fuera del Hospital vienen a la mente. En 1998 hubo un departamento que me marcó profundamente por su sensibilidad. Me entregué mucho y los pacientes me reclamaban hasta por teléfono. Venía a cualquier hora. Los recuerdos golpeaban, máxime cuando perdíamos a una criatura. Con el tiempo todo ello repercutió en mi salud, y me alertó que la profesión exige límites para seguir entregando esa devoción que tanto se requiere.

— Llegó a esta institución a los 17 años, va a cumplir 58 ¿Qué puede decir de lo que ha sido su único centro laboral?

— Aquí están las vivencias de todas mis facetas profesionales No existe un día que me límite para venir a trabajar en mis turnos correspondientes, excepto un problema personal de consideración o determinada enfermedad. Imposible separar al Hospital de mi existencia.

— Si, hipotéticamente, le ofrecieran una plaza de mejor remuneración y más sosegada fuera de este centro ¿La aceptaría?

—.Ni por dinero ni nada, y de mi sala no me voy. Cumpliré casi cuatro décadas de ejercicio, y como dice la canción seguiré «Aquí, de pie». 

PIE DE FOTO 

«La superación ha estado vinculada a mi vida. Diplomados en terapia intensiva, maestrías, postgrados y diferentes cursos que resultan inevitables para aprender más», precisa el licenciado Osvaldo Rodríguez González,

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