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Razones Por amor a la humanidad

Razones Por amor a la humanidad

La aplicación de una alternativa terapéutica consolidó a Villa Clara como pionera de su utilización en Cuba durante la difícil etapa de la Covid—19, al tiempo que le valió a Idalmis Fernández Jure obtener su doctorado en ciencias.

Por Ricardo R. González

Fotos: Ramón Barreras Valdés y cortesía Dra. Fernández Jure

Esta historia comenzó finalizando diciembre de 2020 cuando la Covid-19 acentuaba su efecto devastador. ¿Qué podemos hacer? se preguntaba, una y otra vez, la Dra. C. Idalmis Fernández Jure, al frente del Banco de Sangre villaclareño, junto a Elisabeth Casanova Rodríguez, especialista en Ciencias de la Información y de Seguridad Informática que también vivió los pormenores investigativos.

En el espacio de la oficina directiva, en aquella tarde noche, surgió la génesis

de un proyecto tocado por el talento humano y la maravilla de hacer por la vida.

Fernández Jure tenía el precedente de haber trabajado durante varios años con el profesor Armando Caballero López en la sala de terapia intensiva del hospital universitario Arnaldo Milián Castro con la práctica de la Plasmaféresis Terapéutica aplicada a varias afecciones, y luego de revisar la literatura internacional esa misma noche en que se gestaba el inicio del proyecto se dirigieron a casa del Dr. Caballero y le expusieron el propósito de aplicar el método en determinados casos de la pandemia.

«Él fungía como representante de los expertos de la Covid en la provincia en aquellos momentos, y le explicamos la posibilidad de emplear la alternativa para disminuir la acción de determinadas partículas en el organismo acompañada del uso de los medicamentos establecidos a fin de lograr una respuesta más efectiva».

Desde el primer momento al Dr. Caballero le motivó la idea, y se puso en contacto con la Dra. C. Tania Crombet Ramos, directora de Investigaciones Clínicas del Centro de Inmunología Molecular (CIM) e integrante de la Academia Mundial de Ciencias (TWAS). Se realizó la llamada y quedaron en realizar las valoraciones pertinentes para aquellos casos de agravamiento en su estado crítico.

El método no permite su aplicación masiva, y en aquellos que pudiera utilizarse el procedimiento facilitaba la acción de los fármacos.

«Comenzaron las reuniones y surgió el proyecto de aplicación del lItolizumac, y luego con Jusvinza, a partir de la Plasmaférisis Terapéutica que fue necesario argumentarlo y presentarlo a la Autoridad Reguladora de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED). En la fundamentación y procedimientos metodológicos recibimos la colaboración extraordinaria de la Dra. C. Marisol Freire Seijo, directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del IBP, a fin de que fuera aprobado como un ensayo clínico».

Ya en los primeros meses de 2021 el CECMED le da el visto bueno y es presentado al Comité de Ética del hospital militar Cdte. Manuel Fajardo Rivero, como única institución en la provincia que recibía los pacientes graves debido a la epidemia.

«En una sesión de trabajo se recibe la llamada de los servicios médicos de las FAR. El Coronel Jorge Eduardo Berrio Águila, al frente del centro en aquellos momentos, comunicó que quedaba aprobado el procedimiento para los pacientes con agravamiento de su estado clínico avalados por resultados de laboratorio».

Con anterioridad la Plasmaféresis Terapéutica se aplicaba en otros padecimientos, mas la diferencia consiste en que los expertos enfrentaban algo desconocido porque nunca se había utilizado en pacientes con Covid-19, a pesar de que existían experiencias a nivel mundial ante otros coronavirus en años anteriores, y la literatura era escasa.

EL MÉRITO DE LOS NUESTROS

La fecha está aún reciente. El 21 de noviembre pasado Idalmis Fernández Jure obtuvo el grado de Doctora en Ciencias, una vez concluida su defensa frente a expertos cubanos y de la provincia. Un reconocimiento a una contribución sustancial y sostenida al conocimiento científico.

La aplicación de esta modalidad consolidó a Villa Clara como pionera en su utilización y también en Cuba en torno a la Covid-19.

— ¿Qué se experimenta al apreciar el avance del método ante la deuda contraída con la humanidad?

— Como médico y profesional cubana se me acentuaba el compromiso de salvar vidas. Me satisfizo mucho hacerlo ante un panorama tan desconocido. El proceder lo asumí como ejecutora con toda la responsabilidad. Entrabamos en la zona roja, junto a la licenciada en enfermería Virgen María Frías Damas, sumamente profesional y con notoria experiencia, sin ningún tipo de temor, cumpliendo todos los protocolos establecidos, ya que en el mundo existe limitado personal para realizar estos procederes. Lamentablemente la bibliografía mundial precisa que no hay mucha capacitación ni entrenamiento del personal, a la vez que resulta altamente costoso. Solamente una máquina para realizarlo puede sobrepasar los 250 mil dólares. Cuba no escatimó lo que tuviera que invertir a fin de salvar vidas.

— Si se habla de motivaciones importantes ¿cuáles serían?

— La inspiración para presentar el trabajo y optar por el doctorado correspondió al profesor Caballero. Él abrió el camino en la línea de atención al grave. Fue, verdaderamente, un incentivo aplicado solamente en el Hospital Militar al agravarse las manifestaciones clínicas y mantenerse el PCR positivo.

— ¿Y su mamá?

— A ella se lo dediqué, me ayudó mucho y siempre quiso que nunca me apartara de la superación. Fue mi fuerza mayor y promotora de todos mis estudios. Era mi apoyo en la parte estadística de mis investigaciones.

Incluso el título de esta investigación fue ella quien me lo sugirió: Plasmaféresis Terapéutica y fármacos biotecnológicos de Cuba en pacientes con Covid-19 en Villa Clara.

Lamento que la vida haya impedido que viera los resultados finales, pero está presente en cada uno de los resultados, al igual que mi papá.

— Previo a la defensa hubo una etapa muy intensa; sin embargo, al escuchar el veredicto ¿cuál resulta el sentimiento interno experimentado?

— Respiré .Nunca imaginé palabras tan bonitas como las expresadas por los integrantes del tribunal, por mis tutores Caballero y Tania. Se me salieron las lágrimas al ellos abordar el valor de la investigación y de las condiciones en que se hizo. No fueron palabras de cumplido, resultaron de puro sentimiento, y pensé en mi mamá, en lo satisfecha que le hubiera sido disfrutar de ese momento.

Agradezco al profesor Caballero por llevar la idea a una tesis doctoral, a la tutora Tania Crombet y a su equipo del Centro de Inmunología Molecular por hacer sueños realidades, al personal del Hospital Militar y al equipo que trabajó junto a mí y me ayudó a preservar la salud, a múltiples profesionales imposibles de nombrar a todos, pero siempre presentes, al colectivo del Banco de Sangre que en el tiempo de la epidemia no enfermó ninguno de los trabajadores.

— Con 35 años de graduada como médico dicen que es incansable en sus aspiraciones ¿es cierto?

— Hay proyectos investigativos en mente, me acompañan desde hace tiempo, pero aguardan por su formalización, su metodología y documentación, junto a otros que persiguen brindar mayor calidad en los componentes sanguíneos destinados a la terapia transfusional de la provincia y de más allá.  

Mi reto es continuar las investigaciones, aunque no tenga aun ningún título que avale esta faceta porque requiere de un tiempo increíble, aun así no hay nada que reste el amor por la humanidad.

MEMORÁNDUM

— La Plasmaféresis Terapéutica resulta un procedimiento extracorpóreo para extraer de la sangre el exceso de anticuerpos, proteínas anormales u otras sustancias dañinas que provocan una serie de enfermedades, fundamentalmente autoinmunes, a través del plasma. Se incluye dentro de un plan terapéutico.

— Se realiza de manera manual o automatizada como en el caso villaclareño que proporciona mayores ventajas.

— Anteriormente se aplicó en otras enfermedades autoinmunes ejemplificadas en el Guillain-Barré, el mieloma múltiple y la miastenia grave.

— La tesis doctoral recomendó su utilización en casos cuyos resultados clínicos y de laboratorio resulten similares a la Covid-19.

CONTRASTES

No todos los sitios se arriesgan a aplicar el método aun cuando existan fundamentos para realizarlo. La provincia dispone de casos novedosos ante episodios de epilepsia de comienzo agudo.

Uno de ellos no tenía antecedentes de padecerla e inicia con reiteradas convulsiones cuyas causas eran desconocidas ante un diagnóstico que solo es posible realizarlo por la clínica, apoyada con resultados de laboratorio que necesitan marcadores específicos.

La segunda experiencia fue por un teratoma (tipo de tumor) en un episodio del Programa Materno—Infantil, y el profesor Armando Caballero y un equipo decidieron entrarla al salón para realizar la Plasmaferesis.

Una tercera experiencia está relacionada con una estudiante que tuvo contacto con otros afectados por la Covid y comienza una crisis convulsiva persistente (estado epiléptico refractario) que se aplicaba la terapéutica, por primera vez en Cuba, con el Itulizumac como anticuerpo monoclonal.

Hubo evolución satisfactoria, y en el caso de la estudiante quedó sin limitantes y prosiguió sus estudios en la UCLV ante un potencial científico incalculable.

¿Tenemos o no nuestras Razones?

PIE DE FOTOS

1.- En zona roja preparadas para aplicar la terapéutica.

2.- «La muestra abarcó más de 20 pacientes en la aplicación del método porque no puede realizarse de manera masiva y se logró, en estos casos, el ciento por ciento de sobrevivencia», enfatiza la Dra. C. Idalmis Fernández Jure.

3.- Junto a la enfermera Virgen María Frías Damas enfrentaron las sesiones sin temores que conllevó a adecuarlas junto a la acción de los medicamentos para no depurarlos con el procedimiento. Se buscaba que la Plasmaféresis se realizara antes de aplicar el Itulizumac y la Juvinsa, incorporada posteriormente al estudio, porque el procedimiento extracorpóreo solo no cura.

4.- Momento en que el profesor Armando Caballero López, como tutor, emite su criterio en torno al trabajo presentado.

5.- Parte de los tutores y asesores que contribuyeron al proyecto una vez terminada la defensa. Todos doctores en ciencia. De izquierda a derecha: Tania Crombet Ramos, Carlos Hidalgo Mesa, Idalmis Fernández Jure, y Mayra Ramos Suzarte.

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