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Karol abraza nuevamente la vida

Karol abraza nuevamente la vida

La primera niña operada de un tumor renal extendido a la vena cava inferior se recupera de manera satisfactoria en Villa Clara. Un caso único en la provincia e infrecuente en el país.

Por Ricardo R. González

Fotos del autor y cortesía Rosángela Pérez

Quizás los 10 años de Karol Águila Ramírez restan importancia a determinados malestares que pudiera presentar su organismo, sin embargo, un fuerte dolor abdominal cambió la cotidianidad y obligó la asistencia al médico en días recientes.

Primero se pensó en un cólico nefrítico, mas desde su Ranchuelo de residencia primó el remitido al hospital pediátrico José Luis Miranda, de Villa Clara.

Para el Dr. Abel Armenteros García, jefe del servicio de cirugía neonatal en el centro asistencial, las vivencias están muy claras. Recuerda que al valorarse en Cuerpo de Guardia solicitaron la presencia de un cirujano. El examen no dejó convencido al especialista que recibió el caso ante el supuesto cólico, y es el propio residente quien realiza un ultrasonido.

Desde el primer momento observó una imagen que no le pareció normal —precisa el Dr. Armenteros García—. Existía un aumento de volumen en el riñón derecho y acudió a la radióloga para salir de dudas. El tumor es confirmado con grandes dimensiones al ocupar el polo superior y medio del riñón.

«Había que actuar rápido, se ingresa de inmediato e inician los estudios pertinentes. No faltó la tomografía axial computarizada (TAC) que remarca la presencia de la gran masa tumoral con la particularidad de un hallazgo nada frecuente en Pediatría consistente en la extensión del tumor hacia la luz de la vena cava que acompaña a la arteria aorta. Ello debía ofrecer otras manifestaciones que hasta ese momento no eran referidas por la pequeña».

La extensión del tumor a la cava tenía, aproximadamente, 10 cm y el tumor más de 15 cm.

QUIRÓFANO A LA VISTA

Comenzó el proceso preparatorio en apenas horas. Era necesario conformar un equipo multidisciplinario que incluyera a los angiólogos como componente fundamental para proceder al difícil acto.

Extraer un tumor renal mediante la apertura de la vena cava inferior y suturar. Se elaboró un plan quirúrgico, y el equipo incluyó al experimentado angiólogo Cecilio González Benavides, del Cardiocentro Ernesto Che Guevara y otro experto del clínico quirúrgico universitario Arnaldo MIlián Castro.

«Un riesgo altísimo porque sin la vena cava resulta imposible vivir. El acto quirúrgico no queda exento de la posibilidad del sangrado y de otras complicaciones de mayor connotación que fueron explicadas a los familiares. Los padres estuvieron de acuerdo en proceder a la operación y reafirmaron que confiaban en el equipo», subraya el Dr. Abel Armenteros con marcada satisfacción.

Relata el especialista que fue necesaria la incisión de la cava inferior con unos 10 cm. El angiólogo la abrió para retirar la parte tumoral presente en esta y dar paso al resto del proceso operatorio.

«El tumor fue extirpado por la vía abdominal y se retiró definitivamente el riñón al contar con solo un tercio del órgano libre de la dolencia. De esta manera cumplimos el plan inicial trazado, y esperábamos varias complejidades que no ocurrieron, ni siquiera un sangrado que era lo esperado».

La cirugía se hace por primera vez en Villa Clara, y en el país resulta infrecuente. Un acto que duró cuatro horas, aunque en otros casos ha traspasado las ocho, doce e incluso 16 horas de acuerdo con las causas de origen.

Ahora aguardan los resultados de la biopsia para aplicar el tratamiento correspondiente.

«SOY MÉDICO DE CONVICCIÓN»

El aval del Dr. Abel Armenteros García es respetable en la cirugía pediátrica villaclareña, pero evite la pregunte de cuántas intervenciones ha realizado porque lo primordial en él resulta salvar vidas y no las estadísticas.

«La cirugía neonatal constituye una rama difícil, y desde hace unos 20 años estoy al frente de ella. Antes abarcaba toda la región central como centro de referencia en el país, y a pesar de sus múltiples complejidades mantuvo excelentes resultados».

Un poco de curiosidades periodísticas lo llevan a ciertas confesiones Así refiere que ante casos complejos no tiene ni un amuleto, ni una frase de invocación que sirva de preámbulo para iniciar el proceso. Solo trae a la mente a su mamá que gracias a ella es médico, y esa fuerza maternal rige el camino y le imprime la fuerza necesaria para que todo salga bien.

«Soy pediatra de convicción, y me llevo muchos casos para mi casa. El de Karol fue uno de ellos. Estaba desde allá preocupado por un punto que se le fuera de la cava y el sangrado sería indescriptible, entre otras situaciones», relata el experto que refiere acostarse temprano la noche antes de enfrentar una cirugía, siempre que pueda, e insiste en su amor por la Pediatría porque le traía un gran dilema debido a que no todo niño expresa lo que siente.

«Entonces me preguntaba: ¿Qué hace un médico ante esa situación? Ello fue el mayor incentivo para optar por ella, con la finalidad de tratar de devolverle a su familia el mayor tesoro que posee y entregarles una criatura recuperada».

Y fue el premio para el Dr. Abel Armenteros quien en un momento hasta declinó la especialidad ante los 42 candidatos que aspiraban a la única plaza disponible en aquel año. Y al fin lo logró.

FIN DE LA ODISEA

El cirujano principal del caso de Karol muestra satisfacciones. Salió contento del salón al reencontrarse con los padres de la niña y decirles: «Todas las noticias que les tengo son buenas. Ya la menor no tiene tumor, se cumplió en su totalidad el plan pre quirúrgico, los riesgos disminuyeron, al tiempo que experimenta un pronóstico de supervivencia extraordinario, y llegó desacoplada a la terapia intensiva que ya es una victoria».

Ahora la batutera principal de la banda en su escuela primaria de Ranchuelo se recupera en un cubículo de la sala de Terapia Intermedia de la institución pediátrica bajo las pupilas de un equipo de profesionales en los que interviene el Dr. Raúl González Leal con notoria experiencia como intensivista y en la Pediatría.

Desde allí su mamá, Yanexy Ramírez Becerra, agradece al gran equipo que atendió el caso, y que gracias a todos y a Dios «mi hija está viva».

A su criterio la infante siempre ha sido sana, y nos dimos cuenta de la situación por ese dolor abdominal que irradiaba al riñón.

«Las horas en el salón fueron para mí las peores en toda mi vida. No quisiera recordar el avance de los cirujanos hacia uno para emitir el parte. Esos minutos te duran siglos, pero tengo la recompensa de que todo salió bien. Cuando el Dr. Abel nos informó del éxito del proceso respiré profundo y sentí que el mundo había vuelto a mí».

Por su parte Karol no parece haber sufrido una intervención de tanta complejidad. Nos recibió muy sentada, y solo una venoclisis se mantiene en su bracito.

Con un don extraordinario de comunicadora adelanta sus pretensiones futuras de ser abogada o modelo cuando apenas cursa el quinto grado en su enseñanza primaria.

«Me siento mejor. Entre los doctores y mi mamá ayudaron a levantarme. Ya di unos pasos y poco a poco los seguiré», afirma quien tiene mucho cuidado con no lastimar su herida.   

Concluye otro capítulo para la Pediatría y la Cirugía villaclareñas, esas que merecen toda la gratitud a quienes vencen tiempos muy complejos y tienen como principal motivación el amor hacia la infancia. Por ellos Karol, con razón, abraza nuevamente la vida.

APUNTES SOBRE LA VENA CAVA INFERIOR

Desemboca en el corazón. Transporta la sangre de las piernas, el abdomen. la pelvis y los miembros inferiores hacia la aurícula derecha.

— Constituye un mecanismo de recolección de la sangre que ha transitado por la totalidad de los tejidos, estructuras y órganos de la zona del abdomen, la pélvica y de cada una de las piernas. Una vez en la aurícula derecha comienza nuevamente la circulación pulmonar y luego la sistémica o proceso que traslada la sangre desde el corazón al resto del cuerpo para luego llevarla de retorno al músculo cardíaco.

— Al igual que la vena cava superior esta porción puede estar afectada en aquellos pacientes que presentan obstrucción en alguna parte del recorrido o también cuando la vena no se ha desarrollado de manera correcta.

PIE DE FOTOS

1.- Parte del equipo multidisciplinario que intervino en el acto quirúrgico. De izquierda a derecha los cirujanos Abel Armenteros García y Pedro Antonio Fernández Busot. Faltan en la foto los doctores Florinda López de la Cruz (anestesióloga), y el residente Yuri González. También aparecen Yanexy Ramírez Becerra y Karol Águila Ramírez (madre e hija) y Rosángela Pérez González, residente.

2.- Han pasado los momentos difíciles y Yanexy y Karol reconocen el valor de todos los que posibilitaron salvar a la pequeña residente en Ranchuelo.   

3.- Karol tiene una impecable caligrafía y la cuida aun estando hospitalizada.

4.- Marcado en un círculo el tumor que presentaba la menor. Un caso único en Villa Clara e infrecuente en el país. Los tumores renales en menores no constituyen hechos aislados, pero la extensión a la vena cava inferior resulta una novedad.

5.- Posición de la vena cava inferior dibujada en azul.

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