Pediatras de ciencia, alma y corazón
Texto y fotos Ricardo R. González
Fue un pretexto, o mejor, un excelente tributo para un grupo de prestigiosos profesionales que han dedicado su vida a velar por los sueños de la infancia.
Y asistieron al hospital universitario José Luis Miranda a fin de demostrar tanto sacerdocio, recordar vivencias, anécdotas, satisfacciones e historias cuando se acerca el 30 de septiembre declarado Día del Pediatra Cubano.
A las bibliotecarias de la institución correspondió la valiosa iniciativa, y desde su local laboral la Dra. Norma Gómez García, al frente de la Sociedad de la especialidad en la provincia, rememoró la designación de la fecha atribuida al natalicio de quien es considerado el representante supremo de esta rama en Cuba, el profesor Ángel Arturo Aballí Arellano.
Luego se suscitaron las memorias, esas que, a la vez, tienen sacrificios, momentos muy duros y angustias cuando la vida cobra su precio y resulta irreversible en esos diminutos que añoran vivir y tener su futuro.
Gracias a las nuevas tecnologías llegaron testimonios de aquellos que no pudieron asistir. Uno y otro, agradecidos por los presentes para dar paso a las relatorías.
La propia Dra. Norma Gómez se trasladó a los tiempos en que inicio su camino con un embarazo caprichoso que aun así le hacía seguir bajo el aprendizaje de los profesionales Francisco Sánchez Pérez y Leandro Figueroa González quienes ya no están.
Por su parte la Dra. Josefina Quintero Fleites rememoró cuando, junto a José Manuel Cartaya Irastorza, comenzaron a sentir la Pediatría bajo la piel a fines de la década de los 60.
A ella se le escuchó decir que «la vida de la especialidad la aprendí en el Cuerpo de Guardia de este hospital», sin obviar su paso por otros municipios de la antigua provincia de Las Villas.
Asombros también existen dentro de la profesión en un aprendizaje continuo, y la propia Dra. Quintero Fleites relató que no puede olvidar a aquel niño que llegó a sus manos y debutaba con una diabetes con solo 11 meses de nacido y no podía creerlo.
Hay esfuerzos marcados. Qué decir de los años en que no existían tecnologías para complementar un diagnóstico y era necesario enfrentarlo con rigor y profesionalidad, como subrayara la Dra. Lisset Ley Vega.
Otro experimentado dentro de esta ciencia, el Dr. Raúl González Leal, rindió parabienes para todos aquellos que han ayudado a formar a las diferentes generaciones de galenos.
También, entre todos, recordaron los tiempos en que las cifras de mortalidad infantil indicaban 40 fallecidos por cada mil nacimientos y en diez años se descendió la tasa a 20 en igual proporción, sin existir en aquellos momentos unidades de terapia intensiva, solo con el valor y la sapiencia de los recursos humanos.
Así el Dr. Yandry Alfonso Chang, jefe del Programa de Atención Materno Infantil en Villa Clara (PAMI) no ocultó su emoción al estar entre una parte representativa de sus colegas. Evocó cómo recién graduado tuvo que asumir responsabilidades administrativas bajo una fórmula que no puede obviarse, esa que llama al sacrificio personal, la entrega al trabajo y que el legado de la Pediatría no languidezca.
Hubo algo, en sus palabras, digno de resaltar al subrayar que a las generaciones de experiencia hay que «disfrutarlas» como asesores, orientadores y para vestirnos todos con esa sencillez innata de los que desempeñan la profesión.
Este sentimiento también lo manifestó la Dra. Dianevys Arango Inerarity, vicedirectora del Pediátrico villaclareño, «porque gracias a ellos me marcó definitivamente este universo vinculado a los pequeños que saben querer».
Con su vasta experiencia el profesor Cartaya Irastorza rememoró sus años como médico activo y esa cualidad de dirigir los principales hospitales de esta provincia, entre ellos el propio Pediátrico, donde llegó cuando se encontraba aún en fase constructiva.
«En 1978 asumo la dirección del centro, sin imaginar que tres años después enfrentaríamos la terrible epidemia de dengue hemorrágico que también afectó a nuestros pequeños».
Cátedra indiscutible es el Dr. Tomás Pérez Rodríguez. A él se le deben varios aportes en el mundo de las afecciones respiratorias y la Fibrosis Quística, y fue de los que recordó la entrega que se necesita en todos los tiempos, aunque las circunstancias resulten muy complejas y los tiempos parezcan asfixiarnos.
Aun así esta pasión que nace por la Pediatría tiene que perseverar y resultó la base para garantizar la acreditación de excelencia de la especialidad que está llamada a mantenerla con el esfuerzo de quienes le aportan.
La cantera de jóvenes profesionales agradeció tantos saberes aprendidos de sus profesores, y más al escuchar a los experimentados que muchas veces tuvieron que asumir, casi en solitario y a manera de prueba, las guardias médicas ante casos verdaderamente complejos que se sumaron a sus conocimientos y al acervo infinito de sentirse útiles.
Y claro que se retomó esa ética necesaria y vital, con la impresión que causan los galenos a los familiares. Por ello la Dra. Norma Gómez precisó que el «porte y aspecto» es esencial ante una mirada maternal. Habrá, entonces, que transmitir seguridad, confianza, aunque haya que ocultarse cuando brotan las lágrimas por los difíciles e inimaginables trances que acompañan a un pediatra.
Entre las aristas a destacar de este encuentro es el reconocimiento a muchos de los que han hecho historia en el largo sendero de la profesión. Imposible mencionarlos en su totalidad, mas están desde el Dr. Otto Machado, primer director del centro y que no era extraño verlo limpiando un pasillo, la reconocida Bertha Vergara Domínguez con sus extraordinaria vigencia en la Hemotalogía, hasta los tantos que un día marcharon hacia la eternidad como los que decidieron partir a otros destinos, pero queda una obra indiscutible. Olvidarlos pasaría el marco de la injusticia.
Y sirvió este encuentro, a la vez, para homenajear a los Estadísticos de la Salud, y principalmente de la institución, por coincidir su Día con el de los expertos que se dedican a mitigar el dolor de la niñez.
Fue, sin dudas, un intercambio de vivencias y remembranzas, de sentimientos compartidos. Un abrazo colectivo entre profesionales de ciencia, alma y corazón.
PIE DE FOTOS
1.- Varias generaciones del «José Luis Miranda» y de algunos municipios adelantaron su tributo por Día del Pediatra Cubano.
2.- Sirvió este encuentro, a la vez, para homenajear a los Estadísticos de la Salud, y principalmente del centro, por coincidir su Día con el de los expertos que se dedican a mitigar el dolor de la niñez.
3.- La Dra. Norma Gómez García, al frente de la Sociedad de la especialidad en la provincia, rememoró la designación de la fecha atribuida al natalicio del eminente profesor Ángel Arturo Aballí Arellano.
4.- El Dr. Raúl González Leal rindió parabienes para todos aquellos que han ayudado a formar a las diferentes generaciones de galenos.
5.- Años en que no existían tecnologías para complementar un diagnóstico y era necesario enfrentarlo, subrayó la Dra. Lisset Ley Vega.
6.- «La vida de la especialidad la aprendí en el Cuerpo de Guardia de este hospital», expresó la Dra. Josefina Quintero Fleites.
7.- Para el Dr. Tomás Pérez Rodríguez se impone preservar el legado dela especialidad y mantener la acreditación de excelencia que ya tiene el hospital.
8.- «Mis profesores me inculcaron definitivamente el amor por la Pediatria», Dra. Dianevys Arango Inerarity (en el extremo derecho).
9.- Dr. Yandry Alfonso Chang: (en el centro) «A las generaciones de experiencia hay que «disfrutarlas» como asesores, orientadores y para vestirnos todos con esa sencillez innata de los que desempeñan la profesión.
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