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soyquiensoy (Ricardo R. González)

Orelvis, ese cuerdo valiente que tanto necesitamos

Orelvis, ese cuerdo valiente que tanto necesitamos

Por Ricardo R. González

Fotos del autor y cortesía del entrevistado

Sus raíces campestres están arraigadas, tanto como el propio oxígeno que le daba vida entre aquellos parajes de la comunidad cifuentense Wilfredo Pagés que trajo al mundo a Orelvis Sosa Moya

Tiene ya 53 años, pero recuerda cómo su padre imponía cierta licencia previa antes de ir a jugar fútbol porque el trabajo en el campo aguardaba para convertirse en prioridad, y entre las anécdotas no olvida que tenía entre ocho o nueve años cuando se le ocurrió traer a todo el equipo de aficionados al balón para que le ayudaran a guataquear frijoles. Quizás uno de los días más tristes de su vida porque le arrancaron todas las matas y debió asumir las consecuencias.   

Con la llegada de la juventud se vinculó al CAI Braulio Coroneaux sin abandonar las labores agrícolas, y al concluir su Servicio Militar el central Unidad Proletaria lo recibió como trabajador de la industria en una etapa en la que fue machetero y jefe de una brigada con tan solo 23 años.

«Después seguí vinculado al campo, dirigí muchos años sindicatos provinciales, entre ellos el Azucarero, pero las UBPC y los guajiros colmaban mis sueños por ese deseo de compartir con ellos, de ponerme el sombrero en una experiencia que no se encuentra en la oficina.

— Una especie de pasión desmedida?

— Siento admiración por quienes hacen producir la tierra porque resulta en extremo difícil estar bajo ese sol que quema la piel, entre múltiples contingencias agravadas ahora por la falta de recursos. Ello me ata a tanta voluntad de vencer retos, los naturales y también los humanos, a fin de lograr aspiraciones productivas.

— ¿Esa devoción y tus rasgos hiperquinéticos te llevó a crear el Grupo de Productores y Emprendedores: VALIENTES...Sí?

— Es una bella historia que el 28 de agosto próximo arribará a su segundo año de constituido para compulsar el desarrollo local. Algo me daba vueltas en la cabeza en el afán de cooperar con mi país y con mi gente. Fue como una idea loca, y en 2021 presenté el primer proyecto en Cifuentes. Esperé dos años para que me dieran el «certifico» de una tierra que estaba ociosa cuando la Resolución de entrega plantea que el tiempo máximo es de seis meses. Muchas veces me preguntaba ¿cómo es posible que en una provincia con más de 60 mil ha. improductivas haya tanta lentitud en el otorgamiento a quienes desean cambiarle el panorama.

— ¿Trabas, burocracias, indiferencias…?

Ha ocurrido de todo, pero el entusiasmo me hace sobrevivir e imponerme para cumplir los seis objetivos del proyecto (*) y demostrar que se pueden hacer grandes cosas. Cada adversidad se convierte en una especie de transfusión de sangre. Me levanto todos los días y no pienso en lo que está mal, avanzo en lo que debo hacer y trazo mis objetivos diarios tratando de convertir las amenazas en fortalezas, a tal punto que una casa de tapado que me costó más de 94 mil pesos se pudrió en apenas un año al utilizarse una madera con comején y en vez de ahogarme en lamentaciones lucho para tener nuevas.

—¿Sin retrocesos?

— No soy de las personas que se defraudan, seguir, seguir, seguir es la máxima, trabajar y demostrar con hechos y no con palabras. Hay bloqueo externo, pero el interno nos hace mucho daño a partir de la mentalidad de algunos decisores que a veces no entienden o no comprenden, no leen o no estudian lo que está legislado y ello incide en nosotros.

— ¿Cómo fue el inicio de los Valientes?

— El propósito fundamental es la contribución al plan de soberanía alimentaria y nutricional del municipio de Cifuentes, pero extenderlo a Villa Clara y a quien lo necesite. Surgimos en lo que eran dos cochiqueras en derrumbe a manera de un proyecto inicial de Resiliencia Costera. Desde allí enrumbamos la proa y comenzamos a levantarnos con posturas de café Robusta, a partir de clones vietnamitas muy productivos en el empeño de llevar el café al llano, contemplado entre las 63 medidas para potenciar la producción de alimentos, y crear un movimiento productivo en Cifuentes.

— El tiempo y la voluntad lo han hecho más grande…

— En una tierra muy mala hay diversidad de cultivos para demostrar lo que se puede hacer en Cuba cuando hay amor y deseos de aportar.

Ya el grupo suma 117 integrantes entre productores, científicos y otros participantes, y se ha extendido más allá de la provincia, incluso figuran representantes foráneos de Perú, Guatemala, Chile y Ecuador gracias a las redes sociales.

— ¿Aplicación de la ciencia con innovación?

— Principio fundamental, innovar con el pensamiento y las buenas prácticas colectivas. En estos momentos hay sembrados unos 20 mil cangres de yuca con clones muy buenos apoyados por la Delegación de la Agricultura y el Instituto de Investigaciones en Viandas Tropicales (INIVIT) con su director, el Dr. Sergio Rodríguez Morales, quien pertenece al grupo.

Unas 2,5 ha. se están chapeando de marabú, y al ser un proyecto dedicado a las semillas desafiamos la sequía y sembramos en medio  de sus avatares, pero con ciencia e innovación, cultivando la tierra con todo lo que requiere, a partir del uso de fertilizantes orgánicos, por lo que produciremos nuestro compost y el humus de lombriz para satisfacer los requerimientos. En esto hemos recibido la asesoría de Walter, un productor peruano.

— Desde hace un tiempo aparecen resultados, ¿te tildaron alguna vez de loco ante lo que para muchos era una idea descabellada?

— No faltaron los criterios, incluso hasta mi familia miraba aquello como algo raro e imposible, igual algunos amigos, pero poco a poco demostramos que sí era posible y cambiaron la manera de pensar. Es cierto que hubo contradicciones, pero quienes trabajan deben tener la premisa de ser valiente.

— Y en medio de tantas encrucijadas ¿es cierto que buscabas hasta una canción que identificara al grupo?

— El nombre del proyecto vino al escuchar el tema Valientes de Buena Fe, aquello me inspiró, fue una especie de fuerza interna, y a través de whasptp y las redes sociales creamos la agrupación, y como dicen que soy medio loco, pero yo agregaría que equilibrado, pensé en algo identificativo para el proyecto. Un día llegó la inspiración, escribí la letra, mas el dilema estaba en quién la interpretara y luego de tanto tiempo de espera, gracias a esos contactos por internet, di con Edgar Recinos, un cantante guatemalteco, fanático de Cuba, que asumió la canción.

— Eres campesino; sin embargo, tienes la fisonomía de un poblano…

— Cuestiones naturales. Vivo en Santa Clara, a 30 Km de mi proyecto, y me desplazo en una moto para llegar al destino. Dirigí mucho tiempo en la capital provincial; sin embargo, me di cuenta que debía retornar a las raíces. Chequeo la marcha de los objetivos en cada visita y confío en los hombres que están en el campo.

— ¿Un proyecto inclusivo?  

— Admite a los que tengan interés y deseos de aportar al plan alimentario, desde los niños, los jóvenes, las familias, en fin… todos los que quieran contribuir con la sociedad y al mismo tiempo facilitamos fuentes de empleo.

— Valientes va más allá del café ¿qué otras producciones dispone?

— Las posturas de café constituyeron el incentivo inicial, ya se cuenta con unas 15 mil sembradas con la colaboración valiosa de la Empresa de Jibacoa. Ahora estamos produciendo posturas de calabaza y de melón apoyados por el Centro de Estudios y Servicios Ambientales (Cesam) que aportó 2 500 tubetes con resultados en extremo satisfactorios, y propongo sembrar más de un millón de posturas de tomate, otro tanto de ají de cualquier variedad.

— A la vista ajena pudiera parecer algo de ciencia ficción ¿No te parece?

— El tiempo dará la razón y la última palabra convertida en realidad, pero las aspiraciones van dirigidas, además, a sembrar yuca, boniato, sorgo, frijol, ajonjolí, maíz, plátano, tomate, col, y frutales intercalados con el café, sin descartar la producción de posturas de limón, aguacate, mango, mamey, así como el rescate de la rama porcina, y la búsqueda de consolidar un vivero integral con tres casas de tabaco.

— Dicen que tienes datos exactos de los resultados productivos por tratar de producir café. ¿Es cierto?

Incluidos ingresos y pérdidas. Cifuentes pudiera producir en diez años 20 mil t de café si se activan y desarrollan los mecanismos necesarios, a lo que puede sumarse la proliferación de cultivos en las hoy tierras ociosas que generaría nuevas fuentes de empleo.

En el orden personal he perdido, en dos años, más de 13 mil posturas del grano y unos 180 mil pesos, pero no me falta la voluntad de hacer más cosas.

Si tuvieras que resumir las insatisfacciones en torno al proyecto ¿cuáles serían las principales?

— La gran preocupación es el desgate de los directivos del país porque todo lo legislado funcione y desafortunadamente no se cumple, máxime cuando en el municipio está llamado a asumir el protagonismo y ello exige cumplir las leyes. Es mi insatisfacción y las de muchos productores.

De la naturaleza podemos quejarnos por la sequía, el cambio climático, el comportamiento agrometeorológico, pero hay gran parte de inercia, de pasividad, y si las instituciones municipales brindaran todo su aporte creo que se pudiera avanzar en producir alimentos y ahorrar esos más de 2 mil millones de pesos invertidos en importaciones.

Nuestro proyecto debe ser aprobado el próximo mes en el Consejo de la Administración de Cifuentes con una inversión valorada en 2,9 millones de pesos.

— ¿Y si hablamos de destino de las producciones?

— Cumplir con el encargo social en el municipio y aportarle a la CCS, a Unidad Proletaria y diferentes mercados cifuentenses y de la provincia. Se incluye también la población vulnerable, los hogares maternos, al tiempo que hemos realizado donaciones a estas instituciones, al hospital pediátrico José Luis Miranda, con cuatro entregas, y atender casos sociales del consejo popular, a embarazadas y jubilados de bajos ingresos.

— ¿Cuáles serían las aspiraciones de la finca Los Sosa y el proyecto Valientes…Sí?

— Quisiera que sus seis objetivos se convirtieran en una gran fortaleza no solo para Cifuentes, si no para el circuito norte. De Morón han venido a buscar posturas de café, hay productores que muestran su interés en Camagüey, en Matanzas…

Existe un pozo artesano que no da agua, el riego lo realizamos con métodos rudimentarios, y aun sin combustible ni buldócer se chapea el marabú. Los valientes enfrentan las adversidades, y mi sueño sería que posturas y semillas llegaran a los que labran la tierra para el desarrollo de una agricultura sostenible.    

— Entonces ¿eres ese cuerdo valiente que tanto necesitamos?

— Hay muchos como yo, todos los que aspiran a impulsar el país, quienes aportan y ejecutan sus ideas a fin de entregar esfuerzo y corazón por el bien de la colectividad y de esta nación.

(*) LOS SEIS OBJETIVOS DEL PROYECTO

— Producir semillas certificadas de yuca y boniato.

— Garantizar la producción de posturas de café, fruta bomba,   

     pimientos, tomate y col.

— Fomentar un banco de semillas de soya, maíz, sorgo, ajonjolí y frijol.

— Garantizar la siembra de plátanos. café, chicharos, frutales y

    garbanzos.

— Crear un centro de producción de materia orgánica.

— Fomentar la crianza de cerdos criollos para la producción de carne

    en banda y pies de crías destinados a la comercialización.(Por su

    magnitud el objetivo se desarrolla de forma independiente).

PIE DE FOTOS

1.- «Quienes trabajan deben tener siempre la premisa de ser valientes», confiesa Orelvis Sosa Moya, el cifuentense que en casi 13 ha. despliega su proyecto, aunque las casas de tapado están en tierras de su papá a partir de cochiqueras en derrumbe que se están rescatando.

2.- En una estancia en el INIVIT como institución que le ha aportado al proyecto Valientes… Sí, dedicado a potenciar la producción de alimentos desde el Oasis villareño.

3.- Posturas de calabaza, de melón y de fruta bomba que muestra Orelvis para los productores interesados que pueden contactarlo por su WhatsApp 58496700.

4.- Cuatro donativos han llegado al hospital pediátrico docente José Luis Miranda, de Santa Clara, para reforzar la alimentación de los pequeños y sus trabajadores.

5.- El aporte ha incluido productos cárnicos a centros de salud. La imagen lo demuestra.

6.- Instituciones maternas no faltan en la agenda de contribuciones.

También puede ver este material en:

https://twitter.com/riciber91

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