Tarea Vida (26) ¿Tierra salada?
Maidelys González Ojeda, especialista de conservación del Dpto. Provincial de Suelos y Fertilizantes del Ministerio de la Agricultura.
Por Ricardo R. González
Una especie de nata blanca cubre los suelos o se hace perceptible en el agua acumulada por el riego. Nada bueno si se tiene en cuenta que, aproximadamente, 890 millones de hectáreas en el Planeta se encuentran afectadas por sales, lo que representa el 6 % de la superficie continental.
Más complejo aun cuando estudios bien fundamentados corroboran que entre las cuatro regiones del mundo más dañadas por suelos salinos costeros aparecen la de México, América del Sur y Cuba.
Villa Clara no escapa del fenómeno y en el reciente evento nacional CentroCostas 2020, Maidelys González Ojeda, especialista de conservación del Dpto. Provincial de Suelos y Fertilizantes del Ministerio de la Agricultura, presentó sus conclusiones en la ponencia «Salinización de suelos en la zona costera de Villa Clara» y dejó claro que uno de los factores contribuyentes recae en el mal manejo y procedimientos indebidos realizados por productores o personas próximas a estas áreas.
«El desconocimiento de los efectos de la salinización y el incorrecto drenaje influyen de manera considerable, por ello se ha realizado un programa de conservación y mejoramiento de suelos dotado de un presupuesto para fomentar acciones dirigidas a productores y formas productivas, entre otros actores», precisa Maidelys.
Si bien el programa tiene su aplicación en la totalidad de los municipios del territorio el énfasis recae en aquellos con costas como el caso de Caibarién, Camajuaní, Sagua la Grande y Encrucijada.
«Vale resaltar a la UBPC Liberación de Caibarién donde existe un polígono demostrativo que, desde 2018, realiza labores de mejoramiento de suelos, pero los resultados de mayor relevancia se adicionan en los dos últimos años. En este sentido hay avances, mayoritariamente, en la limpieza de los canales de drenaje en esas áreas costeras y la recuperación de los suelos, mientras los rendimientos productivos marchan a la par y también muestran progresos».
Para Maidelys y su colectivo no todo es perfecto. Existen insatisfacciones en lo referido a la capacitación de los productores y en la necesidad de que ellos se motiven en busca de profundizar los conocimientos, por lo que el Dpto. Provincial de Suelos y Fertilizantes del Ministerio de la Agricultura está en la mejor disposición de brindarlos a partir de solicitudes que se realicen a través del teléfono 42 214004.
«Ante nuestras realidades impera tener fortalezas de contenidos apropiados y aplicarlos con buenas prácticas a fin de no cometer errores como impulso a la Tarea Vida y un aporte para contrarrestar los impactos de cambio climático (CC)», precisa Maidelys».
Lo cierto es que el panorama no es de juego. La salinidad provoca el deterioro de la calidad de los suelos, limita el desarrollo de las plantas y el rendimiento de las cosechas, por citar algunos inconvenientes.
De acuerdo con las investigaciones el CC hace el terreno más salino, a la vez que provoca la esterilidad de grandes franjas de tierra.
Tampoco puede perderse de vista que mientras más aumenta el nivel del mar las áreas costeras bajas se inundan con agua salada, contaminando gradualmente la superficie, sin contar otras problemáticas pues si bien las sales pueden disiparse con la lluvia los efectos del CC incrementan las sequías junto a las olas de calor, por lo que tiende al agotamiento del nivel freático e induce a que más sal se filtre al suelo.
Viene, entonces, el problema debido a que las aguas costeras se internan cada vez más tierra adentro llevando sal hasta terrenos cultivables que pierden su rendimiento. Para los expertos el CC causa estrés por un calor que agotará los recursos de agua subterránea e incrementará la contaminación salina de los suelos en el interior.
Y concluyen que la mayoría de los cultivos pueden tolerar altos niveles de tensiones a la salinidad si el clima es frío y húmedo, pero no ocurre así ante un régimen cálido y seco.
En medio de todo, investigaciones publicadas en la revista Nature Climate Change indican que más del 50 % de los océanos ya están impactados por el CC; sin embargo, pudieran llegar al 80 en las próximas décadas luego de medirse la temperatura y los niveles de salinidad en las profundidades de distintos mares en el mundo.
En resumen: el incremento de la temperatura, la disminución de la precipitación pluvial, las reducciones de las disponibilidades de agua de riego, y el aumento en la concentración de sales en estas resultan nefastas para la tierra.
Este es otro de los retos que nos impone el Planeta: la necesidad de contrarrestar la sal de la tierra.
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