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soyquiensoy (Ricardo R. González)

A veinte años de un hito

Dr. José Luis Aparicio Suárez, un villaclareño pionero en la realización de trasplantes de médula ósea en el interior del país.

En julio de 2000 Villa Clara se convirtió en la primera provincia del interior del país en iniciar los trasplantes de médula ósea. Comenzaba otro capítulo para dar vida a la vida.

Por Ricardo R. González

Fotos: Ramón Barreras Valdés

Todo comenzó con una fiebre muy alta que le hizo perder el conocimiento. Después aparecieron frecuentes recaídas, falta de apetito y mucho decaimiento. Investigaciones van y vienen hasta que detectaron una afección maligna en los ganglios propiciada por un tumor sólido que comprometía notoriamente su vida.

Así cursaron siete años en la existencia de Osmany Sabido Díaz, un joven camagüeyano que por entonces contaba con solo 27 años y laboraba en una organización estatal de la pesca, que por sobre todas las cosas  deseaba vivir.

Se trató en La Habana, en su provincia natal, pero el panorama no mejoraba hasta conocer la modalidad a iniciar en Villa Clara en torno al trasplante de médula ósea, un proceder destinado a restaurar la hematopoyesis o formación normal de la sangre con sus componentes de glóbulos rojos, blancos y las plaquetas.

No lo pensó dos veces y el 10 de julio de 2000 se convertía en el primer paciente que inauguraba el proceder en una institución del interior del país.

El salón del área de litotricia extracorpórea, perteneciente al hospital universitario Arnaldo Milián Castro, estaba listo. Allí procedieron al acto bajo las más estrictas medidas de antisepsia. Era un trasplante autólogo, realizado por la propia persona, al no estar afectada la médula por la enfermedad de base.

Los especialistas declinaron la anestesia general, y por ser la médula un órgano líquido practicaron de 150 a 200 punciones mediante trocares situados en la región sacrolumbar para extraer aproximadamente un litro de contenido.

Casi al término de la mañana de ese día Osmany Sabido traspasaba la puerta de recuperaciones. El proceso devino éxito, y en el acto participó también el colombiano-cubano Rafael Arteaga Morón. Villa Clara celebraba el triunfo junto con la obtención de la sede por las conmemoraciones nacionales del 26 de Julio en ese año. .

CAMINO AL ANDAR

Para Gardel veinte años no son nada. En el caso del Dr. José Luis Aparicio Suárez, pionero en la realización de esta terapéutica en la provincia y quien encabezara el grupo multidisciplinario hace dos décadas constituye un período de remembranzas, de felicidad y de no pocas incomprensiones.

En la actualidad se desempeña como jefe del Departamento de Postgrado en la dirección nacional de docencia médica en el MINSAP, y hace unos días regresó al propio hospital que acogió el trasplante para reunirse con sus compañeros y celebrar el acontecimiento con un buen taller.

«Me inicié en este servicio en julio de 1994 como el primer hematólogo del centro. Aquel propio día los directivos se sensibilizaron a partir de la idea de iniciar el trasplante y convertir a la provincia en la primera del interior del país que lo aplicara. El Dr. Lorenzo Somarriba López, entonces director del centro, me pidió que cuando encontrara un lugar en el hospital que sirviera para la sala le hiciera la propuesta. No perdí tiempo, y en esa propia jornada aprobó el sitio donde se encuentra la Sala de Hematología, y se diseñó, desde un principio, con la unidad de trasplantes incluida».

«No he perdido el vínculo con mis pacientes y mis compañeros de trabajo», afirma la Dra. Rosa Oliday Ríos Jiménez

Aparicio repasa este tiempo. Recuerda que la Sala se inauguró el 3 de diciembre de 1996 en lo que él llama una cruzada por la vida.

«Este trasplante —precisa— sirvió de base para iniciar la medicina regenerativa o terapia celular en 2004 que se fundamenta en la propia célula madre hematopoyética utilizada en el trasplante de médula con fines de mejorar la calidad de vida del enfermo o lograr su curación».

Y aunque han pasado los años no deja de sorprenderse con esta realidad. «Una tecnología de punta de países de alto desarrollo, y tal es así que solo tres provincias lo desarrollan: La Habana que comenzó en 1985, quince años después lo inició Villa Clara, y Holguín, en 2011».

— ¿Cuál ha sido la mayor fortaleza desplegada en los predios?

 Diría que disponer de representantes de multidisciplinas de primera línea porque no se circunscriben solamente a la Hematología, y a ello agregaría el esfuerzo desplegado, a través del tiempo, por el hospital universitario Arnaldo Milián Castro».

— ¿Ud. es de quienes piensan que un solo hombre hace la historia?

— Rotundamente no. Nosotros iniciamos la práctica, pero se ha mantenido gracias al aporte de valiosos profesionales que la han continuado y tienen el desafío de iniciar el trasplante alogénico a partir de hermanos, otro pariente o alguien que no sea el enfermo, y emplear otras fuentes ajenas a la médula ósea en exclusiva para apoyarse en la sangre periférica y el cordón umbilical.

RETORNO A LAS RAÍCES

Testigo de la evolución hematológica del territorio es la Dra. Rosa Oliday Ríos Jiménez. Ahora forma parte de la nómina del hospital Hermanos Amejeiras, mas trabajó en Villa Clara como jefa del servicio y del Grupo Provincial de la especialidad de 2006 a 2017 hasta que se trasladó a La Habana.

Cierta nostalgia aparece cuando habla de sus compañeros de trabajo de esta provincia, y no la oculta, «Este (el «Arnaldo Milián») sigue siendo mi hospital, es mi raíz, mi fundamento, lo que me maduró para realizar el trabajo en la mejor etapa de mi vida».

Pero hay más: «Desde que el Dr. Aparicio abrió el servicio de Hematología siempre tuvo la aspiración de que los pacientes villaclareños y de la región central tuvieran idénticas posibilidades que aquellos con una mejor posición geográfica y se logró, sin dudas, y a través de la historia, lo que deviene fortaleza para el sistema de Salud».

Entonces evocó los sacrificios que impuso todo lo nuevo que inicia; no obstante, la institución de la provincia resultó la única que encaminó el trasplante de médula ósea fuera del «Hermanos Amejeiras», el Instituto Nacional de Hematología y el CIMEQ, y esa constancia se mantiene en la actualidad como buen regalo para la vida.

LOS NUEVOS RETOS

Otras modalidades de trasplantes aguardan, y hasta el momento Villa Clara ha realizado 69 procederes de médula ósea autólogo, algo que resulta en extremo costoso y requiere de condiciones muy peculiares desde el punto de vista de insumos e infraestructuras.

Para la Dra. Agnerys López Sacerio jefa del grupo provincial de Hematología, ha sido un verdadero reto que ya obliga a otras prácticas.

— ¿Pudiéramos decir que consagración y disciplina aparecen como cartas de éxito?

— Constituyen las principales fortalezas unidas a un sistema de Salud vigoroso que apoya cada acto a favor de pacientes no solo de Villa Clara, si no también del resto de las provincias centrales bajo la preparación científica del equipo y el ejemplo que nuestros fundadores nos dejaron.

Así reflejó Vanguardia el hecho ocurrido en julio de 2000.

Sin dudas hay motivos para celebrar estos veinte años de un hito y la solidez de una especialidad que sentó una cátedra a partir de las enseñanzas dejadas por la Dra. Bertha Vergara Domínguez y continuadas por muchos de sus alumnos. Que lo digan Marta Beatriz García Caraballoso, Tamara Cedré Hernández, y Carmen López entre otros tantos valores de primera línea que hoy la vida les agradece su vocación y aplaude su existencia.

DE LA MÉDULA ÓSEA

— Es un órgano líquido diseminado, fundamentalmente, en el interior de los huesos planos como el esternón, las costillas, y los correspondientes a las caderas.

— Produce los glóbulos rojos, blancos y las plaquetas. Al transfundirse su contenido a una persona enferma las células sanas se multiplican y reestablecen el funcionamiento normal de la médula. De esta forma el trasplante resulta válido para barrer el padecimiento de base y emprender la curación.

— Existen tres modalidades de trasplantes: el singénico, entre gemelos idénticos, alogénicos (donante y receptor genéticamente diferentes, pero con necesaria compatibilidad de los tejidos) y el autólogo en que el paciente resulta el propio donante.

— Entre los padecimientos beneficiados por dicha modalidad figuran los de causa genética como las inmunodeficiencias congénitas, así como en tumores sólidos en los ganglios, el cáncer de mamas, de ovario, y el neuroblastoma o masa tumoral exclusiva de la infancia.

— No se considera una intervención quirúrgica ni demanda la extracción de ningún hueso ni de la médula. El método sienta sus bases en la aspiración de una parte del líquido contenido en esta, su correspondiente procesamiento y posterior inclusión en el receptor.

— El autotrasplante (autólogo) se aplica en el tratamiento de diversos tumores sólidos, linfomas y leucemias. Constituye requisito indispensable para el éxito que la enfermedad resulte sensible a altas dosis de quimioterapia o de quimioradioterapia a fin de que las células malignas puedan erradicarse.

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