Cuando la ciencia besa la tierra
A pesar de vivir en una era compleja el Instituto de Biotecnología de las Plantas no ha dejado de producir ni de investigar gracias a un colectivo que conoce lo que quiere y sabe hacia donde va.
Texto y fotos Ricardo R. González
Llegar en estos tiempos al Instituto de Biotecnología de las Plantas (IBP), de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, es encontrar un sorprendente silencio, solo roto por el trino de algún ave de paso en andanzas por sus exteriores, y en esa relativa quietud aparece su director, el Dr. en Ciencias Osvaldo Fernández Martínez, dispuesto a emprender un diálogo sin premuras.
Eso sí, manteniendo todas las normas de bioseguridad que estrictamente se hacen cumplir en un centro donde, aun en esta etapa, no ha detenido ni la producción ni las investigaciones «porque la ciencia no admite descanso, y menos cuando se trata de incrementar alimentos, sustituir importaciones y generar fuentes destinadas al mercado externo».
Hay que amar la biotecnología vegetal para en medio de toda esta vorágine proseguir la cosecha de la semilla original de papa, llamada a multiplicarse en el país.
«Estuvimos trabajando con unas siete variedades del tubérculo, ya la cosecha terminó y se calibró toda la semilla que está guardada en el frigorífico», precisa el Dr. Fernández Martínez, quien asegura que se cuenta con las dirigidas a la exportación con su buena clasificación.
Mas, el IBP no se circunscribe solo a la papa. Tampoco detiene el trabajo con los embriones de plátano para las biofábricas del país a fin de mantener el ritmo de siembra esperado en este año, aunque la alta demanda impide satisfacer todas las necesidades.
Una mirada al café denota que más del 70 % de los cafetos tienen entre 30 y 40 años, por lo que muestran la tendencia al decrecimiento de la producción. Ello le hace enfatizar al IBP su compromiso de entregar las primeras plantas para la provincia, y de acuerdo con el criterio del director «todo parece indicar que lo vamos a cumplir».
UN AJÍACO MULTIFACÉTICO
Cuando se piensa que la cartera del IBP cierra sus renglones aparecen otros y algunos de sorpresa. Ahora se trajo piña de La Habana porque se está produciendo con fines exportables, fase que de conjunto con la papa debe ocurrir entre septiembre y octubre en dependencia del comportamiento de la pandemia.
— ¿Respecto a la sábila?
— Existe un encadenamiento productivo con entidades del Ministerio de la Agricultura destinado a producir unas 30 mil plantas por mes a partir de métodos biotecnológicos. Logramos la semilla en nuestros laboratorios y el MINAG completa el proceso dirigido a la exportación.
— Hasta qué punto el coronavirus incide en los planes?
— Diría que nos ha replanteado el trabajo. Tenemos un grupo de bananos solicitados por diferentes áreas del Caribe que también se han visto afectadas por la situación del virus y ha reducido la producción de alimentos a nivel internacional. Quien tenga semillas en estos momentos resulta un paso de avance y de posicionamiento en el mercado.
— Se habla de exportaciones, pero ¿y la proyección comunitaria?
— El IBP no trabaja sin pensar en los nuestros. Nos enfrascamos en otros cultivos con vistas a incrementar y contribuir al desarrollo local, lo que todo lleva su tiempo para lograr los objetivos.
«Insistimos en una especie de módulo de frutales basado en limón, aguacate, mango y mamey a favor de contribuir con nuestros productores o personas que posean un patio y los puedan sembrar. Soy del criterio que una mata de limón existente en el barrio resuelve mucho en la comunidad si lo vemos con sentido colectivo, y pensamos repoblar, paulatinamente, a la capital provincial».
— ¿Existen posibilidades?
— Forma parte de una estrategia que se ha desarrollado para estos productos que escasean. Contamos con cuatro variedades de limón, y tampoco perdemos de vista la naranja agria a fin de extenderla a las producciones locales.
«Pero hay más, ahora que la campaña de la papa terminó se dedica el tiempo a la producción de acelga, pepino y tomate. Es objetivo sembrar pimiento y hasta frijol negro dirigidos a las comunidades cercanas que se les dificulta el surtido proveniente de Santa Clara y de esta forma contribuir a que esta población obtenga sus productos bajo comercialización a partir de los precios del Estado, aunque siempre lo hemos hecho con otros renglones al concluir la campaña de la papa, sin dar lugar al acaparamiento.
«Independientemente existe un camión que lleva algunas ofertas por la zona, sobre todo por el recinto universitario y áreas aledañas que la coyuntura epidemiológica ha impuesto la inactividad de la docencia».
Los perfiles del IBP quedarían incompletos si no se aborda la rama investigativa. Se mantiene el tema del plátano, el café, los forestales. Algunos en desarrollo con el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), con el grupo de BioCubaFarma, sin excluir la nanotecnología y la biotecnología agrícola.
Otra proyección es dirigida al desarrollo de medios de cultivos más avanzados para que el Centro Nacional de Biopreparados (BioCen) pueda producir y comercializar, en el plano internacional, a tenor de las posibilidades que tiene el IBP en torno a las biofábricas.
Y no se asombre si se habla de plantas ornamentales. Desde este punto ubicado a la salida de Santa Clara en busca del poblado de Camajuaní se procesan orquídeas destinadas a clientes muy específicos. Sepa que una de estas flores con características moderadas cuesta 162.00 pesos y resultan de gran demanda.
Variedades de helechos y de otras plantas caracterizadas por su finalidad decorativa se incorporan al dossier del IBP.
¿FRESA EN VILLA CLARA?
No se asombre que sí existen. Las referencias anteriores llegaban del Plan Banao que, por iniciativa de Fidel, se estableció en 1965 en esa zona espirituana aprovechando su microclima.
Para el Dr. Osvaldo Fernández constituye algo curioso que comenzaron a desarrollarlas a partir del programa de Agricultura Urbana.
«Hemos notado en el tiempo que resulta una planta bastante noble y al parecer existen dos variedades adaptadas a las condiciones de Cuba.
«Producen, entre enero y abril, una gran cantidad de frutos con características muy buenas. Es un cultivo que no se enferma mucho, y se siembra separada del suelo para evitar que algunos insectos las dañen».
— ¿Difícil de lograr?
— No necesita demasiados requerimientos y tampoco son tan grandes, pero con sus dos o tres centímetros pueden incluirse en el mundo de los frutales. El producto se utiliza como complemento de confitería o para hacer refrescos e incluso mezclarla con otras como la piña, aunque en el país no la emplea en toda su magnitud, a pesar de que en un pedacito de jardín pudieran lograrse saldos significativos.
Así encamina sus pasos nuestro IBP, institución insignia de la ciencia cubana que en todo momento vence los contratiempos para tributarle el beso a la tierra.
MEMORÁNDUM
— Del más de un centenar de trabajadores vinculados al IBP ahora laboran unos 30, como promedio, distribuidos en equipos de trabajo por áreas y dotados de todos los medios de protección.
— La organización constituye la misión actual sobre la base de la eficiencia, por ello se ha cumplido la producción por embriogénesis somática como método que permite mayor capacidad de propagación, sin obviar las mejoras genéticas.
— En cifra estimada la entidad logra 75 mil plantas de plátano en un mes para diferentes biofábricas: Granma, Villa Clara, Mayabeque y Cienfuegos, entre otras. Después estas las venden a los productores en sus respectivas provincias.
CONTRASTES
Mientras la ciencia cubana —y villaclareña— se adelanta a los acontecimientos a fin de evitar grandes estragos hay quienes se cruzan de brazos y dejan que llegue la hecatombe.
Se trata del mejoramiento genético dirigido a contrarrestar pandemias no existentes en Cuba como la del hongo Fusarium que debido a su agresividad pudiera dejarnos sin plátanos.
El patógeno está distribuido en unas 32 naciones y afecta a más de 80 cultivos, sin descartar el tomate y la cebolla. Penetra en las plantas de diversas formas, incluso a través de lesiones producidas por insectos o de semillas infestadas.
En ello radica otro de los distingos de nuestros científicos: alejarlo de nuestras tierras con ojo previsor por encima de todo.
¿Tenemos o no nuestras Razones?
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https://ricardosoy.wordpress.com
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