Tarea Vida (13) Ay plásticos
Por Ricardo R. González
Fotos: internet
Informes recientes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) llaman a profundas reflexiones, pero más que a la suma de pensamientos transitorios diría que estamos convocados a interiorizarlos por cada uno de los habitantes del Planeta.
Lea bien: «Actualmente el 80 por ciento de la contaminación en los océanos es causada por los seres humanos, 8 millones de t. de plástico al año acaban en ellos y causan estragos en la vida silvestre, la pesca y el turismo, lo que representa la pérdida de un millón de aves marinas y de 100 mil mamíferos acuáticos al año», precisa la fuente.
Los escenarios se repiten por todo el mundo. Las zonas costeras y el mar en general están inundados de microplásticos, partículas que han comenzado a encontrarse en los tractos digestivos de peces y en el plancton, a tenor de que cualquier miga de plástico, con tamaño menor o igual a cinco milímetros ya constituye un microplástico.
Cuba no escapa de estos fenómenos. Hay que recorrer nuestras playas y otros sitios de esparcimiento para ver cómo quedan al término de un fin de semana o de las jornadas intensas de un período estival, máxime cuando se conoce que los desechos plásticos y la basura marina tienen efectos peligrosos para las naciones insulares que no excluye a la mayor de Las Antillas.
Daños a los peces, al resto de las criaturas marinas y al ecosistema están bien determinados, así como el impacto marcado sobre la economía y el turismo.
Tampoco puede olvidarse que la contaminación marina procede de diversas fuentes ante barcos que lanzan sus desperdicios directamente por la borda, en tanto los ríos trasladan hacia el mar elementos químicos, como insecticidas y fertilizantes, procedentes de la agricultura.
El universo rebasa los 150 millones de t. residuos plásticos en los océanos, y según expertos se calcula que, a ese ritmo, pudieran superar al número de peces cuando se llegue a 2050; sin embargo, a escala internacional se recicla menos del 10 % de todos los plásticos.
En este sentido prima un tema vital. No basta con limpiar y sanear, con mejorar el ambiente, sus playas y el barrio, si no se reduce la cantidad de residuos que van al vertedero y omitimos su reincorporación al ciclo productivo.
El documental Mujeres… de la basura al bienestar, perteneciente a la realizadora cubana Lizette Vila, deja claro su llamado sobre los desechos a partir de tres R (reducir, reutilizar, reciclar) y advierte que si bien en el país existen numerosas leyes, resoluciones y decretos sobre el tema es preciso utilizar también otras tres R que, a su consideración, deben ser revisarlas, reutilizarlas y reimpulsarlas.
Muy acertada esta visión. Recordemos que el vertido de plástico en los mares deja secuelas para la fauna incluyendo los seres vivos más pequeños. Los microcrustáceos alimentados de microalgas consumen esos microplásticos al confundirlas con las pequeñas partículas de plástico.
Si a ello se suma que el zooplancton resulta el alimento de muchas especies de peces de interés comercial lo que se produce es una transferencia de esos microplásticos en la cadena alimentaria.
Se sabe que el plástico aparece como uno de los materiales más contaminantes para los océanos al tardar hasta 1.000 años en biodegradarse, mas aún los científicos desconocen dónde está la gran mayoría de los residuos que llegan al océano.
De acuerdo con las hipótesis estaría hundida en el fondo de mar y otra parte flotando entre los remolinos de las corrientes oceánicas, a lo que se agrega el viento, las radiaciones solares y la acción del oleaje que provocan el agrietamiento de las botellas de plástico y de otros residuos en fragmentos cada vez menores.
Así los microplásticos son muy difíciles de cuantificar y de eliminar, por lo que al ser ingeridos incide directamente en la mortalidad de animales marinos y su repercusión en quienes lo consumen.
Respecto a la salud humana los plásticos causan también enfermedades. Infinidad de tipos de cáncer aparecen en la lista, tanto para mujeres como para hombres, además de provocar infertilidad, abortos espontáneos, quistes uterinos y la pubertad precoz en niñas.
Son varias las campañas encaminadas a la concientización, pero aún falta mucho por recorrer y, sobre todo, por lograr. Fomentar el reciclaje, gestionar de forma racional los residuos, cuidar al máximo nuestras playas, y realizar una pesca sostenible son algunos de los buenos propósitos a poner en práctica. Cúmplalos y no los olvide.
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