Por Ricardo R. González
Un Doctor en Ciencias Matemáticas coordina el grupo de trabajo de clima y salud en el Instituto de Meteorología de Cuba, mas para Pablo Lázaro Ortiz Bultó el colectivo resulta amplio al insertarse expertos del Instituto de Medicina Tropical y los del Minsap respecto a la Tarea Vida.
El paso por Villa Clara como asistente a la X reuníón nacional de clima y al foro de predicciones climáticas le permite mostrar las experiencias en torno a las enfermedades de alto impacto en el país a fin de vigilarlas desde la perspectiva climática.
Y rápidamente aclara que el comportamiento de las afecciones no depende en exclusivo del clima porque también influyen las causales ambientales y socioeconómicas entre un gran espectro, aunque será vital incorporar el componente climático y su variabilidad para la toma de decisiones en Salud.
Los vínculos con el sector sobrepasan la década, y están relacionado con la prevención y protección de los peligros climáticos que pudieran causar emergencias o incremento de las arbovirosis atribuibles a virus trasmitidos por artrópodos como la fiebre amarilla, el dengue, o el zika, por citar algunos.
«El Minsap de conjunto con Meteorología intercambian los avisos de alerta temprana a fin de adoptar las acciones. De hecho muchas de las campañas y de los programas que hoy se practican en cada provincia cuentan con acciones programadas de acuerdo con la situación meteorológica y climática», explica el especialista.
En el sentido práctico comenta que si, por ejemplo, se avecinan días lluviosos no tiene sentido la fumigación porque se perdería el producto, o en el caso de las enfermedades respiratorias existe la capacidad de brindar al sistema de salud el pronóstico sobre la circulación de algún virus en el país ya sea influenza u otros de origen respiratorio, por lo que se adoptan las medidas que exige cada caso.
Las enfermedades respiratorias en la mira de los análisis.
«Esto no quiere decir que escapemos de las enfermedades, pero si se compara la situación de Cuba y del resto del mundo en materia epidemiológica se pueden controlar los brotes y evitar emergencias».
Vale destacar que Cuba ha desarrollado un conjunto de metodologías específicas para el tema de la variabilidad del cambio climático, e incluso modelos que se desarrollan desde la perspectiva del clima han posibilitado que muchos países de Centroamérica soliciten la generalización de la experiencia cubana. En estos casos aparecen Costa Rica, Panamá, Honduras, y Nicaragua; sin embargo, ya se incluyen naciones de América del Sur que han trabajado con la metodología cubana.
El marco se amplía a base del trabajo conjunto con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM) para visualizar más la experiencia de la mayor de Las Antillas en los estudios de clima y salud, lo que viene a tono con la preparación para la resiliencia al cambio climático y la variabilidad en la región del Caribe.
Cuba mediante el programa de enfrentamiento al cambio climático (Tarea Vida) trabaja con más de 12 instituciones desde el punto de vista epidemiológico, bajo solicitud de la OMS y la OPS, que ya aparecen en introducción en Panamá, Costa Rica, Honduras y Nicaragua.
No se descarta la prevención y protección ante los peligros de las arbovirosis.
En este sentido existen dos líneas de investigaciones dirigidas a las enfermedades infecciosas y otra a las crónicas que no siempre ocurre así en América Latina donde si bien se desarrollan estudios de cambio climático y de salud no existe el nexo necesario entre los grupos de trabajo y las prioridades gubernamentales de salubridad y de la ciencia.
Por ello en Cuba puede hablarse de la mancomunión entre clima y salud.
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