La clase magistral de Barbarita
Por Ricardo R. González
Llegar a la localidad remediana de General Carrillo impone vencer los 40 km que separan de la cabecera municipal bajo la pericia de choferes llamados a esquivar esos escollos del camino con un incesante zigzag.
Una vez en el sitio la vida se llena de gente humilde, de esas de buen corazón que miran de frente y extienden las manos a fin de acompañarnos en cada paso que damos.
Al filo de un ardiente mediodía llegó la comitiva para evaluar el cumplimiento del Programa de Perfeccionamiento Integral del Sistema del Poder Popular, y le correspondió a José Abel, un artista aficionado surgido del pueblo, regalar sus canciones como inicio del intercambio.
Luego de ritmos y palmadas apareció Bárbara Hernández Hernández, máxima representante del Consejo Popular y delegada por cinco mandatos, quien sin fustas ni prepotencias, desea el bienestar de su comunidad.
Barbarita es rebelde y pasional en su trabajo, de esas cubanas que dice verdades sin quitarle la razón a aquellos que la tienen, y lo primero que sugirió fue un intenso trabajo para revertir las opiniones negativas en torno a los delegados.
Poco a poco, y a su manera, expuso los resultados, esos que ratifican lo ya alcanzado y lo mucho que falta por hacer. En estos últimos hizo mayor énfasis porque sabe que constituyen las inconformidades compartidas por la vecindad.
Por ello abordó la falta de sistematicidad en el suministro de productos en el mercado y el déficit de piezas de repuesto en los talleres de servicios.
Hizo referencia a la poca sostenibilidad en el programa de floricultura y a esos viales que sobrepasan el límite del mal estado. Tampoco logran la entrega percapita establecida en el autoabastecimiento municipal, mientras persisten atrasos en el pago a los campesinos por la venta de ganado mayor.
Uno de los sueños deseados por los lugareños recae en la recuperación del estadio de béisbol con las ansias de disfrutar y practicar el deporte nacional, sin descartar la morosidad en las respuestas a determinados planteamientos que reclaman la agilidad demandada por estos tiempos.
Algo que llama la atención está relacionado con las interconsultas. A veces se suspenden y no llega el aviso, por lo que, con total razón, irrita a los pobladores que deben recorrer largas distancias en una época de caminos difíciles y transporte complejo.
Aun así sus casi 3000 habitantes hacen historia. Aquella zona de silencio quedó atrás y desde el poblado puede comunicarse a cualquier parte del universo mediante la WiFi, al tiempo que están convocados a intensificar los programas de Desarrollo Local y los proyectos comunitarios a fin de incentivar el bienestar colectivo.
Y de los asistentes salieron notorias experiencias aportadas por dos baluartes en la productividad agrícola. Que lo digan René Pérez y José Raúl Denis, presidentes de las Cooperativas de Crédito y Servicios (CCS) Celestino Gutiérrez y Armando González, respectivamente, cuyos resultados inscriben pautas a nivel provincial e incluso nacional.
A René le satisface decir que sus asociados son los mejores en semillas de granos en el país con 38 variedades de frijoles, en tanto José Raúl habla con satisfacción de los saldos generales, sobre todo en la apicultura dentro de la demarcación villaclareña, entre otros sobrecumplimientos.
Al torrente juvenil también se le escuchó con la exhortación del delegado Jaime Marichal de respetar la sesión del despacho establecido entre el delegado con sus electores como forma de mantener el respeto dentro de la comunidad.
Si algo sobresale en Carrillo es la ausencia de microvertederos, lo que lo hace un pobladito pintoresco con el concurso de su gente. Un sitio que trabaja a fin de solucionar aquellas insatisfacciones que pudieran encontrar respuestas con el aporte de sus habitantes.
Otras requieren el concurso de esa unión necesaria entre delegados y directivos de empresas, como los casos de bajo voltaje en algunas zonas, de postes de tendido eléctrico en peligro, y del cambio de imagen de una funeraria que va más allá del mal estado.
Cada quien expresó lo que quería, y al término del encuentro Marisol García Cabrera, secretaria de la Asamblea Provincial del Poder Popular, consideró excelente el plan de acción dirigido a solucionar las problemáticas. «Que cada quien haga lo que le corresponda para respaldar al delegado del Poder Popular», subrayó.
La tarde avanzó en un sitio caracterizado por la amplia participación comunitaria en las acciones gubernamentales, y que dispone de su estrategia de comunicación.
Barbarita logró la interacción de manera eficaz. Expuso avances y también las cosas llamadas a mejorar. Puso a los funcionarios de las empresas a que rindieran cuenta de las insatisfacciones, mientras Belkis Delgado, funcionaria que atiende los consejos populares y el trabajo comunitario en el Gobierno provincial, y Alicia Pérez, secretaria del Poder Popular en la Octava Villa, también apreciaban el desempeño del encuentro.
Allí quedaba Barbarita haciendo historia junto a su colectivo, la mujer de baja estatura y unas 180 libras de peso incansable y temperamental.
La que se levanta cada día a las 5:00 de la mañana para comprobar si la leche llegó al puesto y apreciar con sus ojos la calidad del pan. Quien desearía que el día durara más para aportarle mayor intensidad a la vida.
En medio de sus responsabilidades comparte, además, su primer mandato como diputada a la Asamblea Nacional, y cuentan que los largos pasillos del Palacio de Convenciones le resultan pequeños para plantearle, directamente, a cada Ministro las problemáticas de su amado Carrillo.
Así es Barbarita, esa cubana a la que quisiéramos «clonar», sin ser una heroína ni ofrecer una imagen sobredimensionada, pero quien cada día, sin tizas ni pizarrones, ofrece su clase magistral bajo el signo de la honestidad.
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