V Taller de Cambio Climático y Salud: La ciencia y el saber en función del bienestar
Por Ricardo R. González
Quizás porque constata bien de cerca las crudezas de la vida un intensivista del hospital general Mártires del 9 de Abril, de Sagua la Grande, asume la coordinación de talleres científicos que propicien la integración de la ciencia con el conocimiento en busca del bienestar humano.
Al Dr. Jorge Luis Alonso Freyre y a todo un equipo de colaboradores se debe que la Villa del Undoso acabe de realizar el V Taller dedicado al cambio climático (CC) y sus efectos sobre la salud. Por ello aludió a la aplicación del pronóstico biometeorológico como forma de adaptación a esas modificaciones drásticas que está sufriendo el clima a nivel global, pero que también inciden sobre ese territorio.
Parece que los sagüeros tomaron la delantera y desde la década de los 90 del pasado siglo un grupo de investigadores trabaja en el desarrollo de estas predicciones encaminadas a informar a los servicios médicos cuando ocurrirán cambios bruscos en el tiempo.
Lo suficiente para alertar a una cifra mayor de asmáticos, hipertensos o aquejados de otras enfermedades crónicas no trasmisibles (ECNT) a fin de evitar su descompensación. Es el punto de aviso para cuerpos de guardia y postas médicas dirigido a reforzar las condiciones que garanticen el tratamiento y rápida recuperación de los pacientes.
«Así comenzaron a valorarse las llamadas respuestas meteoropatológicas ante la falta de aire, cefaleas, crisis hipertensivas, deshidratación y desmayos, entre otras», precisó el Dr. Alonso Freyre.
La mirada de los expertos incluyó la interacción del CC con sus efectos mediatos e inmediatos, y satisface que la institución hospitalaria sagüera registre a individuos salvados por golpes de calor; sin embargo, el reto mayor está en el comportamiento de esas ECNT en un municipio donde la contaminación atmosférica resulta evidente, mientras el centro de la ciudad constituye de los más calurosos por el grado de deforestación que presenta y donde se localiza mayor cantidad de personas con ECNT.
«Los pronósticos biometeorológicos, como forma de adaptación al CC valen tanto para la atención primaria como secundaria, y constituye una vía efectiva destinada a reducir la ocurrencia de crisis en la salud», precisó el galeno.
—II—
Hay un término muy común en los últimos tiempos que aún muchos desconocen su alcance conceptual. Se trata de la resiliencia ambiental devenida capacidad de las personas o de los ecosistemas a fin de asimilar los cambios sin alterar significativamente el contexto.
Puede aplicarse, además, el término en la zona costera como soluciones naturales para la adaptación al cambio climático.
Sobre el tema intercambiaron el Dr.Joaquín Alonso Freyre, la Dra. Georgina Castro Acevedo, ambos del Centro de Estudios Comunitarios de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, y el máster Edelkis Rodríguez Moya, director del Centro de Estudios y Servicios Ambientales (Cesam) de Villa Clara, en el panel Resiliencia ambiental comunitaria en el ámbito local.
Como la sociedad está dentro del ambiente resulta imprescindible conocer con qué recursos cuenta Sagua para su desarrollo, ¿qué actividad económica puede aprovechar?, ¿cuáles son los desafíos a enfrentar?
En este sentido no siempre están presentes aquellas posibilidades del terruño que, ya sea por desconocimiento o desaprovechamiento, carecen de la necesaria potencialidad.
Léase el río Sagua o Undoso, con sus 163 km y el segundo en longitud en el archipiélago, o los mogotes de Jumagua que constituyen una joya llamado a rescatar a tenor de su abundante biodiversidad y riqueza arqueológica, o la propia comunidad de Isabela que tiene su historia antes y después del huracán Irma.
No olvidar que turismo, patrimonio y lo meramente ambiental se dan la mano. ¿Nadie ha pensado acaso en fomentar las condiciones para lograr un turismo de naturaleza contrastante con el ya masivo y reiterado de sol y playa?
Ello a la vez implica una propuesta de soluciones encaminadas a la reducción de las vulnerabilidades en las zonas costeras, si se tiene en cuenta lo previsto en la elevación del nivel medio de mar de 27 a 29 cm para 2050, y todavía más complejo de 85 cm a 90 cuando llegue 2100.
—III—
Además de una jornada con excelente rigor científico a los cerca de 200 delegados les aguardaba la presentación del libro Pronósticos biometeorológicos por parte de su autor, el Dr. Luis Lecha Estela, consejero para América Latina y el Caribe, y de la Sociedad Internacional de Biometeorología.
Seis capítulos conforman el texto con unas 200 páginas acompañadas de mapas, gráficos y otros anexos complementarios bajo el prólogo del Dr. José Rubiera Torres.
Un volumen único en Cuba cuyos mensajes van dirigidos a ofrecer con suficiente antelación a las instituciones de salud y servicios de emergencia médica, la información oportuna para prevenir y realizar profilaxis de algunas enfermedades crónicas no transmisibles consideradas de alta incidencia en el país. Este método avisa hasta con 180 horas de antelación, la ocurrencia de condiciones favorables para el desencadenamiento de crisis de salud.
Pudiera considerarse una especie de estudio piloto con registros de ocurrencia diaria de algunas afecciones y su vínculo con cambios bruscos en el estado del tiempo. La relación incluye el comportamiento del asma bronquial, las enfermedades cardiovasculares, los accidentes cerebro-vasculares, las crisis hipertensivas, las cefaleas y algunos tipos de infecciones respiratorias agudas.
Para validar los resultados de estos pronósticos se analiza, desde diciembre de 2006, estas variables en las instituciones de salud de Sagua la Grande, convertido en puntero de la experiencia.
El libro incluye, también, el monitoreo global de los efectos biometeorológicos en diferentes partes de este mundo, algunos de esos que nos hacen perder 600 calorías por cada gramo de sudor expulsado del organismo.
De acuerdo con las pretensiones se espera una reducción relativa de ECNT para 2025.
—IV—
Lejos de coordenadas y accidentes geográficos el MAPA que presenta el Dr. Luis Monteagudo Lima, del Cardiocentro Ernesto Che Guevara, difiere por completo a la visión que tenemos sobre estos.
Se trata de una técnica aplicada desde 2001 con un dispositivo cubano destinado al monitoreo ambulatorio de la hipertensión arterial. Este registra el comportamiento de las variables con sus irregularidades entre 24 y 48 horas en dependencia de lo que se quiera investigar.
El dispositivo es insertado al paciente durante ese tiempo hasta que concluya el estudio, y ha permitido la evaluación de mil 154 hombres y 960 mujeres para individualizar los factores de riesgo y detectar el ritmo cardíaco con vistas a ajustar tratamiento, regular el régimen alimentario, y precisar la conducta según cada enfermo.
Este MAPA mide cada 30 minutos el estado del sistema cardiovascular y aporta datos básicos a fin de determinar la ocurrencia de anomalías que pueden estar asociadas a la influencia de factores externos, incluidas las condiciones del estado del tiempo.
En consideración del galeno no existe una clara percepción del riesgo para la salud asociados a los efectos meteorotrópicos. Ello conlleva a que el personal especializado no esté preparado en función de prevenir o mitigar las crisis de salud que ocurren asociadas a ellos.
«Estas situaciones —dijo— están provocando alteraciones en los grupos más vulnerables, entre ellos los hipertensos».
Estudios recientes demuestran el incremento de niños y jóvenes hipertensos, aun en edad escolar, como padecimiento que aumenta su prevalencia en Cuba con cifras cercanas al 40 % de la población, mientras supera el 60 % en los adultos mayores.
— V—
Todo parece indicar que Sagua la Grande presenta contrastes que llaman la atención de los expertos como le ocurrió a la master Meylin Otero Martín ante los extremos climáticos registrados en el municipio.
Al valorar los resultados de la vigilancia climatológica en ese territorio aparecen irregularidades en numerosos períodos con ruptura de récords en varios meses tanto de temperatura media como máxima, sin descartar el comportamiento de las precipitaciones junto a 12 indicadores.
Muchos preguntan ¿por qué el cambio climático está extremando el tiempo? Y en la base del fenómeno figura el calentamiento global observado desde hace más de un siglo.
Dicho incremento se ha acelerado a partir de 1960 con la subida, en casi un grado, de la temperatura media mundial. A ello se suma la intensidad de las tormentas, mayor severidad de las sequías, olas de calor, y, también, de frío en dependencia de los continentes.
No menos interesante el trabajo presentado por el máster Ricardo Oses Rodríguez en coautoría con Amaury Machado Montes de Oca, ambos del Centro Meteorológico Provincial que retoma el tema de los pronósticos biometeorológicos en Salud.
Conocer los riesgos aporta nuevos elementos relevantes para la prevención y mitigación de los efectos del estado del tiempo sobre la salud humana.
Los vaticinios se basan en aquellos datos referidos al probable comportamiento de la variación del contenido de oxígeno en el aire para diferentes plazos, el tipo de situación meteorológica predominante y la presencia de efectos locales de contaminación atmosférica.
Los cambios notables de la densidad de oxígeno en el aire, ya sea por exceso o defecto, suelen ocasionar picos de afluencia masiva a las unidades de salud.
—VI—
Uno de los aciertos de estos talleres es darle el sitio que corresponde a los resultados de la integración de la universidad sagúera como parte del precepto de que la ciencia y la pedagogía no pueden verse distanciadas.
Se requiere la unidad y así lo demostró el Dr. José Luis Santana Lugones, coordinador de la red de formación ambiental en la Villa del Undoso.
Tanto él como Jorge Luis Alonso Freyre fueron estimulados por la filial de la Asociación de Pedagogos de Cuba con la Distinción Ambiental.
Y muy sorprendente resultó apreciar el rigor de las investigaciones presentadas por estudiantes universitarios en torno al cambio climático y sus impactos sobre la salud.
Muchos de los temas conformaron el programa de los cursos previos al Taller, y nada mejor para cerrar la sesión principal del evento que la participación del estudiante de cuarto año de Medicina, Neil Santos Horta en torno a la relación entre las variables meteorológicas y el comportamiento de la natalidad en el municipio sede.
Entre sus conclusiones fundamentales, apoyado en un serio basamento, se determina que a mayor temperatura menor será el grado de fecundidad, en tanto a menor temperatura las posibilidades de fecundación muestran un incremento.
Con el reconocimiento a las personalidades que han apoyado cada certamen se despidió este V Taller de Cambio Climático y Salud. Falta un largo camino por recorrer en tiempos de involucrar a la mayor cantidad de habitantes, personalidades y organismos para cambiar patrones de limitada percepción de riesgo junto a otros comportamientos errados.
Lo cierto es que el CC no es un juego. Desde hace tiempo muestra sus garras y tendremos que adaptarnos a fin de que el Planeta siga teniendo la sabia inteligente de sus moradores.
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