Ginecobstétrico villaclareño celebra sus 60 años
Por Ricardo R. González
Fotos Carlos Rodríguez Torres
Ha pasado el tiempo y aunque para algunos parezca increíble ya el hospital ginecobstétrico Mariana Grajales, de Santa Clara, cumple sus primeras seis décadas desde que en 1959 abriera sus puertas como Maternidad Obrera de la entonces provincia de Las Villas.
Este sábado hasta la lluvia quiso bendecir el festín de una manera impertinente, pero no pudo detener el propósito porque, como robles de cada época, su colectivo quiso rememorar las numerosas distinciones recibidas en el camino, retomar los momentos felices, las vivencias, y rendir homenaje póstumo a quienes resultaron ejemplos de consagración y partieron recientemente como los doctores Romelio de la Paz Aguirre y Rafael Gómez Marrero.
No podía faltar en hora de recuento la admiración a los jubilados del sector. Hombres y mujeres que lo entregaron todo en aras de servir a la vida, en el empeño de formar a las nuevas generaciones, y que estas bebieran de su sabia.
Para otros, llegó la Distinción Manuel Fajardo Rivero por las décadas acumuladas en el ejercicio cotidiano, así como la Medalla Trabajador Internacionalista, otorgada por el Consejo de Estado, a los que cumplieron sus correspondientes misiones de manera satisfactoria.
Hubo estímulos dirigidos a representantes de una labor ininterrumpida por más de 30 años, a tal punto que ellos lo definen como «mi hospital», en ese que han vencido los obstáculos del camino, el cansancio del tiempo, la escasez de recursos, mas siguen fieles y comprometidos.
También cada uno de los departamentos abrió las puertas para que penetraran reconocimientos al resultar el sostén del centro con el aporte de sus respectivos colectivos.
En nombre del Buró Provincial del Partido y de la Asamblea del Poder Popular a ese nivel llegó el distingo para todos de manos de Lien Duardo Castellón, miembro del Buró Provincial del Partido y Laritza Torres Niebla, vicepresidenta del órgano de la Administración.
La Dra. Isdeky Milián Espinosa reconoció el aporte de cada uno de los trabajadores que, sin distingos de profesión ni oficios, contribuyen a la felicidad de la maternidad villaclareña, así como a los 50 colaboradores que hoy prestan servicios en varias partes del mundo, y que a pesar de la distancia estuvieron, simbólicamente, en un agasajo que es también de ellos.
Y a todos por contribuir a que el centro exhiba, en estos momentos, una tasa de mortalidad infantil de solo dos fallecidos por mil nacidos vivos.
Es un cumpleaños colectivo, pero permítanme nombrar a los doctores Serafín Palma, quien desde su sillón de ruedas, también apuesta —y aporta— al deseo de una maternidad feliz, y a esa gloria entrada en años, pero lúcido y con unas energías incalculables como el doctor Felipe Moré.
Una sorpresa aguardaba para la santacareña Yaritza García Pairol al recibir una canastilla, conformada por el esfuerzo del colectivo, al traer al mundo a la primera criatura nacida en este día de aniversario. La pequeña María Carla Fleites García, con 7,8 libras, también se inscribe en esta historia que continúa el sendero por infinitos años más.
Diosvany Hernández Plasencia, director provincial de Salud, y otros dirigentes sindicales y de las organizaciones de masas, compartieron la jornada en bien de la familia y de la infancia.
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