Los impactos de la diabetes
El comportamiento alarmante de los niveles de azúcar en sangre asombra a los expertos, y al esfuerzo por prevenirlo se suman galenos y especialistas del territorio en reto que se asume por el Día de la Medicina Latinoamericana.
Por Ricardo R. González
Fotos: cortesía hospital pediátrico José Luis Miranda
Una sed incesante unida a las frecuentes levantadas de madrugada a orinar despertaron las preocupaciones de la familia de Lisley Gómez Pérez. Por entonces la niña tenía 9 años, y el cuadro se incrementaba con el paso de los días, por lo que sus padres ya alarmados decidieron visitar al médico lo antes posible.
El diagnóstico no demoró. La diabetes mellitus tipo I era la causante de aquellos episodios acompañados de un apetito exagerado y la predilección mayoritaria por los dulces.
Lisley tiene ya 13 años y se le detectó la afección a los nueve. La cámara capta el momento en que se inyecta la insulina con el empleo del Novapen 4.
Ahora la estudiante de noveno grado de la secundaria básica Obdulio Morales Torres, ubicada en el poblado de Zulueta, reconoce que nunca fue partidaria de realizar ejercicios físicos. Solo los programados por la escuela, pero ni caminatas, ni trotes, ni nada.
«En mi familia no existen antecedentes de la enfermedad. Solo mi bisabuela paterna presentaba signos de prediabética, pero ningún familiar cercano lo es».
Las vivencias de cuatro años como paciente le han creado una disciplina extraordinaria. «Convivo con el padecimiento y aprendí a interiorizarlo. Mantengo mi dieta, asisto a las interconsultas en el policlínico, y aunque remoloneo un poco a la hora de pincharme con el glucómetro termino haciéndolo para comprobar cómo se comporta el nivel de glucemia», afirma la joven que no oculta sus dotes de cantante.
Quizás el mayor reto a vencer por Lisley ha sido el de los patrones alimentarios. «Se puede comer de todo, pero en cantidades proporcionales. En mi caso sí he tenido que incorporar renglones que antes no asimilaba, sobre todo en vegetales y hortalizas. Nunca le presté atención al pepino y ahora forma parte del menú».
Por ello vale sus recomendaciones para quienes ya conviven con la diabetes o están a punto de padecerla debido al incremento significativo de los niveles de azúcar en sangre.
«Mucho autocontrol, y pensar que tenemos la vida entre las manos. Por ello debemos evitarle mayores complicaciones».
MÉDICA Y EDUCADORA
Como premisa acariciada desde temprano Julieta García Sáez soñaba con ser médico pediatra hasta que un día lo logró. Doce años de su vida lo ha compartido, además, con la especialidad de endocrinología de la que no se arrepiente jamás de transitar ese camino.
Muy segura afirma que falta mucho por hacer ante el incremento de la diabetes mellitus (DM) a escala mundial y que no escapa de la incidencia en Villa Clara.
«Hace unos años, allá por 1986, existían de cinco a seis niños diagnosticados en un año. Ahora suman de 30 a 35 menores con diabetes tipo I, sin dejar atrás la de tipo II.
«En estos momentos registramos 235 menores de 19 años con DM tipo I, otros 20 tipo II como manifestación más frecuente de una afección crónica no demandante de insulina, sin contar los innumerables reportes de quienes presentan intolerancia a los carbohidratos o incapacidad del organismo para procesar completamente los hidratos de carbono (azúcares y almidones)».
Si bien resulta un punto rojo para la doctora Julieta García algo que también llama su atención es la cantidad de infantes obesos asistentes a las consultas, y cuando se examinan resultan portadores de la enfermedad lo que deviene, en ese momento, asombro para los padres.
Uno de los síntomas que pudiera confundirse con otros padecimientos lo constituye la respiración rápida. Ello merece un interrogatorio exhaustivo y las investigaciones pertinentes que conlleven a la precisión diagnóstica.
Ante las realidades el territorio no ha quedado de brazos cruzados, y desde hace una década existe un proyecto denominado Diabetes y yo encaminado a la prevención y educación en amplio sentido.
«Lo auspicia el hospital pediátrico José Luis Miranda y participan diferentes instituciones apoyado en galenos, rehabilitadores, cardiólogos, endocrinos, psicólogos, especialistas en enfermedades de trasmisión sexual y otros de acuerdo con los requerimientos de esos infantes, de la propia familia y hasta de los vecinos que pudieran influir en cambios dentro de los estilos de vida.
«Llegamos a las comunidades, y dejamos espacio abierto para la asistencia. En la medida que alguien aprenda se convierte en un promotor de salud para detectar presuntamente al enfermo».
REDUCAR Y ORIENTAR
La provincia cuenta con unos 53 diabéticos por cada mil habitantes. Ello incluye a los adultos y constituye una cifra muy cercana a las estadísticas del archipiélago con 55 afectados por igual proporción. La realidad impone acciones multidisciplinarias, sin apartarse de la mira adecuada desde la atención primaria.
Por ello Mario Luis Castillo Albalat, especialista en Fisiología y vinculado a la educación integral de la sexualidad, considera que lo más importante radica en todo el sistema educativo en torno a la DM, con énfasis en las vías para lograr su control y la manera que induzca a mejorar el estado de salud.
Parte del equipo que asume en Villa Clara el proyecto Diabetes y yo. La enfermedad mal controlada causa múltiples complicaciones y secuelas. En ocasiones su comportamiento engaña, y se procede a un diagnóstico ocho o diez años después de instaurada la DM, por lo que se insiste en detecciones tempranas.
«Educar —precisa— no solo al diabético, si no al resto de la población. Profesionalmente nos satisface cumplir la función social, pero mucho más cuando vemos la evolución de los pacientes».
De acuerdo con las investigaciones la diabetes mellitus aparece como octava causa de muerte en el mundo. Es responsable de 1,5 millones de decesos anuales, y una de cada 11 personas figura entre los afectados.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el 8.5% de los adultos está enfermo, en tanto los vaticinios anuncian unos 313 millones con la llegada de 2040.
Para los expertos villaclareños queda claro que en medio de este panorama no dejan de existir determinados mitos sin fundamento. Uno de ellos es el relacionado con la insulina que en ningún momento conlleva a la ceguera ni a las amputaciones. Todo lo contrario, debido a los esquemas incorrectos en su aplicación provoca desestabilizaciones metabólicas, y estados complejos dentro de la enfermedad que son los que conducen a situaciones lamentables.
Uno de los retos derivados del reciente IX Congreso Cubano de Endocrinología lo constituye la vigilancia extrema sobre el padecimiento que cada 14 de noviembre tiene su Día. En esa jornada la provincia realizó una pesquisa masiva en áreas exteriores del hospital universitario José Luis Miranda. Fueron los propios niños enfermos quienes realizaron la glucemia a los asistentes al tener los conocimientos necesarios para orientar a la población.
«Las comidas chatarras influyen en la aparición de la diabetes, incluso en algunos pacientes puede acelerarles el padecimiento tipo I», subraya la doctora Julieta García.
Los propios niños diabéticos apoyaron la pesquisa masiva realizada el Día Mundial para la prevención de la diabetes. Ellos resultan excelentes promotores.
Por otra parte insiste en proseguir el camino educativo con todos los pilares del tratamiento junto a los anhelos de sumar más colaboradores a las pesquisas.
«Reeducar y orientar la vida es más complejo mientras más se avance a la adultez. No hay palabras que resuman la importancia del empeño. Hay que vivirlo. A veces repaso las fotos y veo los cambios de esos niños que llegaron a la consulta siendo muy pequeños. Ya algunos tienen hijos, y cuando miras atrás también sientes el regocijo de utilidad, esa que te permite afirmar que, a partir del concurso de todos, valió la pena desarrollar un Proyecto tan noble como el de Diabetes y yo».
MEMORÁNDUM
— Para definir a un diabético deben valorarse factores de riesgo y antecedentes presentes, por lo que no puede obviarse detalles principales como el sedentarismo, la obesidad, los antecedentes familiares y padecimientos asociados.
— Los síntomas comunes guardan relación con la edad de las personas; sin embargo, las micciones reiteradas, la sensación constante de hambre e intensa sed constituyen alertas. Si la diabetes responde al tipo I este cuadro aparece de una manera muy rápida.
— La tipo II también comparte esos síntomas, pero la manera de presentarse resulta diferente, a partir de las particularidades de cada persona.
— Luego de un proceso de estrés, infecciones virales, e intervenciones quirúrgicas, entre otras, aparecen irregularidades que pudieran desatar la enfermedad al existir un patrón de base establecido.
— El caso de menor edad debutó en Villa Clara antes del primer año de nacida. Hace poco se incorporó otro de algo más de dos años.
CONTRASTES
Si la ciencia creara un sistema con el que pudiera analizar las muestras sanguíneas sin el doloroso pinchazo gran parte de los terrícolas fueran felices, aunque ya aparecen algunos pasos de avance.
Confiesan los infantes diabéticos dependientes de la insulina que no sienten molestia al inyectarse con el Novapen 4 distribuido a menores de 18 años en Villa Clara.
Similar a un lapicero posee agujas muy finas que facilitan aplicar la sustancia mediante la adaptación de los modernos bulbos al dispositivo.
En fecha venidera se beneficiarán los afectados hasta los 25 años, sin descartar aquellos que manifiestan severas complicaciones derivadas de la afección.
Pero al revisar los costos del nuevo instrumental se aprecia que varía según el país y el área geográfica hasta llegar a la astronómica cifra de 848 dólares (o equivalente) con 27 centavos.
Y la aclaración viene de inmediato: Solo el dispositivo. Los bulbos son independientes.
En el caso de Lisley, la protagonista de esta historia, y de otros menores no saben de este rubro porque lo recibieron de manera gratuita, pero es bueno conocer cómo se comporta la tecnología en el mercado foráneo.
¿Tenemos o no nuestras Razones?
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