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Se prepara Villa Clara para enfrentar la temporada ciclónica

Se prepara Villa Clara para enfrentar la temporada ciclónica

Por Ricardo R. González

La temporada ciclónica de 2017 anuncia un comportamiento normal según los pronósticos; sin embargo, para los expertos lo más importante no es el número de posibles fenómenos a formarse en el área, si no la necesidad de estar preparados y aplicar las medidas de acuerdo con los estudios de peligro, vulnerabilidad y riesgo existentes.

En este sentido se insiste en las acciones ante intensas lluvias, penetraciones del mar y fuertes vientos, a tenor de las vulnerabilidades estructurales en cuanto a la capacidad de resistencia del fondo habitacional que incluye las edificaciones administrativas, de servicios, industrias, almacenes, y otras esenciales como los hospitales y aquellas escuelas situadas en zonas de peligro.

Especialistas del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma) y de instituciones vinculadas explicaron que tampoco se podrán descuidar los aspectos relacionados con el estado de los viales, las comunicaciones, el sistema energético, los drenajes y las redes de alcantarillado, estas últimas con marcadas dificultades aun en épocas de simples lluvias.

Desde el punto de vista social será importante el grado de percepción de riesgo entre los habitantes y la preparación de los órganos de dirección y del pueblo, sin descartar el sumo cuidado ante la proliferación de desechos sólidos en las calles incrementada en los últimos tiempos debido a las indisciplinas sociales y a las dificultades marcadas en la recogida de desechos sólidos.  

No se excluyen las zonas industriales, las áreas cultivadas y los animales ubicados en áreas de riesgo, como tampoco el nivel de ejecución del presupuesto destinado para la reducción de vulnerabilidades.

Si bien los estudios están realizados de manera detallada no todos los municipios avanzan de igual forma. Se insiste mucho en lo estructural pero se descuida el resto de las variantes, incluso lugares donde la población ha fortalecido sus inmuebles a fin de garantizar mayor resistencia, pero se reconstruye en el propio lugar considerado como peligro.  

La temporada ciclónica en el océano Atlántico, Mar Caribe y Golfo de México se extiende del primero de junio al 30 de noviembre, aunque ya en el pasado abril surgió la tormenta tropical Arlene, con vientos máximos sostenidos de 85 km/h y una presión central de 993 hPa. El fenómeno se disipó sin tocar tierra.  

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