Un villaclareño de 108 años protagoniza esta historia: Sin tiempo para ocasos
Con esta vitalidad ¿puede hablarse de pesares?
Por Ricardo R. González
Foto: Manuel de Feria
Las manos de Bernardino Pino Pereira delatan los años, pero no tiemblan. Quizás como para demostrar la vitalidad de un roble desafiante de calendarios que se impone a los retos de la vida. Todo le resulta común, y en una plática ausente de lagunasabre las puertas para abordarrecuerdos que lo marcan como el cariño dispensado por aquellos emigrantes que un día desembarcaron en Cuba procedentes de Canarias.
Eran sus padres. Personas que le inculcaron a ser un hombre de bien, y por ello no oculta laspreocupaciones por ese gato sin nombre al que le da de comer porque «el animalito tiene derecho», o por el minihuerto en el que aparecen lechugas, ajíes, coles y otras hortalizasa fin de compartirlas con los vecinos.
Es una de las tantas maneras de entretenimiento de este hombre que, el pasado 20 de mayo, apagó las velitas puestas en un cake representativas de sus 108 años a los que llega muy feliz porque cuenta con una extraordinaria armonía familiar.
Si algo lamenta es que no pudo nunca interiorizar lo que dicen los escritos porque el nivel de instrucción se lo impide, al tiempo que le desagradan alguna que otra «flojera en las piernas y matungueras sencillas, pero nada de presión alta, ni azúcar en la sangre», declara el activo centenario.
Con las debidas precauciones, sube y baja las escaleras del apartamento ubicado en el segundo piso de un edificio multifamiliar en el batey del ingenio Panchito Gómez Toro, de Quemado de Güines.Desde ahí siente el pito del central en tiempos de zafra, aunque la audición y su agudeza visual son los únicos sistemas que, de vez en cuando, juegan una mala pasada, a pesar de que todavía confiesa que ve bien.
Entre risas y unos ojitos azules algo picarones no oculta que tuvo una vida intensa debido a las forjas del trabajo iniciado a los 16 años.«Fui barbero, gallero por 15 años, desmochador de palmas, y creo que pasaron más de miles por las que trepé. A veces me preguntaba: ¿y podré llegar allá arriba? Y luego las bajaba como si nada. A este oficio dediqué casi toda mi vida, y en cuanto a los gallos… Uff como me gustaban, pero siempre fui legal sin hacer trampas. Ya no los prefiero porque lleva mucho trabajo cuidar a esos finos»…y remarca con una carcajada que brota sincera.
Poco a poco Bernardino descorre sus cortinas. Lleva 67 años de casado con Aracelia Rodríguez Chávez, y es ella quien declara no conocerle resabios, aunque como todo matrimonio han tenidoaltas y bajas, pero sin pleitos ni desavenencias.
«Que yo sepa nunca se me escapó para hacer trastadas, y de esta unión nacieron nuestros hijos Coralia y Osvaldo que no pueden ser mejores con nosotros. La hembra vive en el cuarto piso, y no sé cuántas veces baja para estar con nosotros. Fíjese lo limpiecitos que estamos, y la visita no fue anunciada, a la vez que tenemos nuestras comidas en hora, junto a cuidados extremos».
Como hija Coralia Pino Rodríguez está muy contenta. Sabe que es la forma de retribuir y hacer por sus padres, pues no concibe a quienes dan la espalda y, teniendo posibilidades, prefieren dejar a los viejos en un Hogar de Ancianos.
«A mi papá le gusta salir. Se orienta muy bien y puede hacerlo solo, mas yo me preocupo y prefiero acompañarlo. Vamos al pueblo, a casa de mi hermano, a Santa Clara, incluso a La Habana, porque siento una satisfacción interna convertida en respeto hacia ellos».
Con cuatro nietos y seis biznietos se complementa la comunión familiar, y entre los vecinos y amigos compartieron el festín de Bernardino cargado de felicitaciones.
Mientras tanto, el anciano centenario escucha con detenimiento, y por las expresiones del rostro aprueba lo dicho. «A veces me preguntan por fórmulas o recetas para llegar a tantos años, y no hay ninguna. Solo llevarse bien con todo el mundo, estar siempre alegre, y jamás hacer el mal. En mi vida fumé y tomé muy poco, solo me inclino por un poquito de café. Tampoco hice demasiadas malas noches, eso sí hay que alimentarse y tener buen estómago».
— ¿Y piensa llegar a los 120?
— (Una risa prolongada lo lleva a decir)… Bueno, veremos…yo espero que sí. Te aviso si llego.
LOS CANTOS DEL GUAJIRIGALLO
Nadie mejor que la licenciada Regla Gutiérrez Pérez, especialista de trabajo social y jefa del Programa de Adulto Mayor en Quemado de Güines y de su equipo, para conocer cada detalle respecto al envejecimiento.
A ellos corresponde la garantía de los exámenes de salud una vez al año, de conjunto con la aplicación de las guías terapéuticas para la atención especializada a este grupo de edad rodeado de situaciones geriátricas que afectan como son las caídas, las incontinencias urinarias, el deterioro cognitivo y la demencia.
«La implementación de cada estrategia posibilita la disminución de la mortalidad en el adulto mayor. Durante el primer trimestre del actual año solo se reportaron tres fallecidos para una tasa de 8,7 x 10 mil habitantes, y si se compara con igual etapa del año precedente registramos nueve decesos, representativo de 26,1 % en igual proporción de habitantes».
En busca de buenos hábitos de vida más del 41 % de quienes rebasan la sexta década realizan ejercicios físicos, sin apartarse de los resultados en los exámenes bucales encaminados a la detección de lesiones malignas y premalignas, o del incremento en la vacunación contra la influenza como una de las afecciones que constituyen antesala a las complicadas neumonías.
Para Regla resultan vitales los cursos destinados a cuidadores formales e informales a nivel comunitario. «En nuestro municipio las respectivas familias atienden a estos adultos. No llega ni a cinco las personas pagadas por el Estado para ejercer dichas funciones».
A pesar de ello dichas instalaciones no pueden verse como el destino final para los ancianos. La responsabilidad filial debe jugar su rol. Por suerte es baja la lista de espera para los necesitados, y los quemadensessolo reportan cinco casos, aunque aquellos ancianos solos o con determinadas problemáticas se les tramitan el ingreso en instituciones de municipios cercanos de acuerdo con sus capacidades
Por su parte el doctor Yobani Contino Sosa, especialista en Medicina General Integral y director en funciones de la sectorial de Salud, sabe que es necesario insistir sobre los diversos factores de riesgo, y sobre todo evitar las caídas.
Con tal fin se preparan los cursos en las escuelas de cuidadores para adiestrar a la población sobre los requerimientos en estas edades.
«Un personal especializado imparte las nociones, y pretendemos llegar a los cinco consejos populares del territorio como retribución social y familiar hacia quienes le debemos lo que fuimos, somos y seremos», enfatiza Contino Sosa.
Vale entonces la ternura hacia Bernardino al constatarse por su familia que la vejez no es una carga. Constituye un proceso biológico con ojos para ver la maravilla y corazones que irriguen un privilegio sin tiempos para ocasos.
EL VECINO DEL CENTENARIO
Nadie mejor que un vecino que convive el día a día con Bienvenido para expresar su satisfacción por este centenario al que ve bajar las escaleras con las facilidades de un mozalbete o tributar una frase alegre a las personas.
Por ello Humberto Alexis Piñeiro Rodríguez considera que llegar a esa edad con extraordinaria lucidez deviene maravilla. «Una bendición de Dios por alguien al que jamás he visto bravo o tirante. Resulta una persona muy bien llevada con todos, no coge lucha, y dispone de una armonía familiar extraordinaria».
A este tornero de oficio que labora en la empresa azucarera Panchito Gómez Toro le sorprende tanta vitalidad. «Él me ha visto crecer, y en varias oportunidades le he preguntado sobre los misterios para durar tanto. Y con la mayor naturalidad me ha respondido: «averígualo tú».
— Entonces ¿un reto llegar a 108 años?
— Ea hazaña ante las tensiones de la vida contemporánea, y pido también que la vida me conceda esa dicha.
ENVEJECEMOS…
Cuba constituye uno de los países más envejecidos del continente, y la tendencia crece entre sus 11 238 317 habitantes. Las menores cifras pertenecen a Guantánamo, con un 16, 3 % de su población por encima de los 60 años, mientras Villa Clara acumula el máximo al registrar 22, 6 %.
Siete territorios resultan los más envejecidos:Placetas, Santa Clara, Camajuaní, Sagua la Grande, Cifuentes, Encrucijada y Quemado de Güines.
Este último, con 21 679 habitantes, y 5 001 en el rango de adultos mayores que totalizan el 23 % de la población.
Dispone, además, de 107 nonagenarios, para el 2 % de los adultos mayores, y con cinco centenarios; de ellos cuatro mujeres y un hombre.
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