Ante temperaturas altas y otras irregularidades Desafíos del verano
Mucho cuidado con las exposiciones desmedidas al sol. Los llamados rayos ultravioletas ocasionan mutaciones en el ADN de las células que se acumulan durante años, además de inducir al cáncer de piel.
Por Ricardo R. González
Foto: Ramón Barreras Valdés
Ya estamos en pleno verano. Diría que desde meses atrás porque, a mi entender, las delicias invernales ya se alejaron de Cuba, mas lo cierto es que debido al comportamiento de las precipitaciones, a los efectos del cambio climático, a las negligencias de los terrícolas, y a otras irregularidades, el panorama higiénico epidemiológico se colorea de rojo acentuado durante la etapa estival.
Una de las peligrosas puertas abiertas recae en la proliferación de vectores ante una Villa Clara que figura entre las provincias del país con mayores reportes de dengue causado por un mosquito que prefiere el trópico, disfruta de su hábitat con temperaturas comprendidas entre los 32 a 36 grados Celsius, y de la elevada humedad existente en el archipiélago.
Solo 10 municipios en el país están libres del Aedes aegypti, ese huésped rechazable que, una vez establecido, instala su residencia en cualquier sitio, incluso hasta en los tubos de las cercas perimetrales.
Por eso ante un conviviente con hábitos refinados y efectos dañinos vale el criterio de los expertos que insisten en la asistencia inmediata al médico ante fiebre alta y repentina, malestares generalizados, dolores de cabeza y detrás de los ojos, en los músculos y articulaciones, sin excluir náuseas, vómitos, y erupción en la piel.
Ahora nuestra área geográfica se complica con la presencia del virus Chikungunya, extendido, de manera vertiginosa, a más de una veintena de países de la zona.
Para la mayor de Las Antillas resulta algo nuevo; sin embargo, está descrito desde la década de los 50 en el continente africano. El episodio no dispone todavía de una vacuna específica, y se propaga mediante la picadura del mosquito Aedes aegypti y Aedes albopictus, ambos presentes en Cuba.
El cuadro clínico aparece de forma brusca acompañado de fiebre alta, cefalea o dolores de cabeza, mialgia, y fuertes dolores en las articulaciones que lleva a encorvar a las personas debido al intenso malestar.
No es descartable la aparición de una especie de salpullido, y los síntomas suelen desaparecer entre los 7 y los 10 días, aunque la rigidez articular pudiera persistir de forma intermitente du¬rante varios meses.
Si bien posee un cuadro clínico similar al del dengue tiene marcadas diferencias debido a que la infección por Chikungunya provoca dolores más intensos localizados en las articulaciones y tendones, en tanto el inicio del cuadro febril resulta más agudo y de corta duración.
Al resumir las afectaciones propias de la época la visión de los expertos insiste, además, en las intoxicaciones alimentarias (IA), y sobre todo aquellas atribuibles a las deliciosas ensaladas frías que pueden convertirse en verdaderos acertijos.
Este producto no debe rebasar las seis horas entre la preparación y el consumo, sobre todo cuando son elaboradas con mayonesas caseras.
Si a ello agrega la deficiente refrigeración de los renglones alimenticios aparecerán las condiciones idóneas para el surgimiento de brotes derivados de la IA.
Guardar en frío no resulta suficiente en los casos de pescados, carnes y jamones. Algunos demandan congelación, pero no todos los cárnicos se pueden almacenar en el mismo espacio. El pescado reclama un aparte respecto al resto de las carnes, y dicha violación es común, incluso en instituciones estatales, donde un simple descuido también provoca secuelas nefastas.
Las IA no esconden su rostro en un mundo donde existen unos 76 millones de episodios anuales. Hay sintomatología común que la delata para propiciar vómitos, diarreas, deshidratación, debilidad muscular, fatigas… Por lo general aparecen de tres a cuatro horas posteriores a la ingestión, sin excluir a las verduras que reclaman un meticuloso cuidado y mucha agua a fin de limpiarlas ante la cantidad de microorganismos acumulados en ellas.
En no pocas ocasiones los rinovirus desencadenantes de las enfermedades diarreicas agudas (EDA) provocan, a la vez, las infecciones respiratorias agudas (IRA) que experimentan un ascenso a partir del período lluvioso, y cuyo incremento trata de «emular» en meses de intensas temperaturas.
Un agua mal tratada induce a enfermedades de trasmisión hídrica ejemplificadas en las EDA, el parasitismo por helmintos, la fiebre tifoidea, y el cólera, por citar algunas.
No obstante, determinadas afecciones atribuibles a las vías digestivas —como la hepatitis viral A— pudieran evitarse si se redujeran los riesgos ocasionados por estilos de la vida moderna. Esta dolencia hepática guarda relación con las condiciones higiénico—sanitarias, y sienta en el banquillo de los acusados la calidad del agua y la higiene de fuentes nutritivas como leche, carnes y ensaladas, entre otras.
IRRACIONALIDADES HUMANAS
Hay de todo un poco en la viña del señor. Acciones de personas inescrupulosas y vendedores furtivos que proponen cualquier tipo de pescado, mariscos, ostiones y minutas. Lo más triste del caso son los receptadores complacientes de las ofertas sin saber si las especies fueron capturadas en lagunas de oxidación, embalses contaminados, o afluentes que reciben detonantes ambientales procedentes de las industrias o de los asentamientos poblacionales.
Alertas ante la siguatera, motivada por el consumo de pescados en mal estado, como también con el desmedido uso de sal de nitro en jamones, o la aplicación de maduradores acelerados en frutas u otros cultivos.
Sobresalen las indisciplinas sociales ejemplificadas en el vertimiento indiscriminado de todo tipo de residuales hacia los ríos, en la proliferación de microvertederos hasta en sitios inimaginables, el vertimiento de desechos fuera de depósitos aunque existan en la demarcación, y el poco respeto a la higiene ambiental, junto a otros fenómenos que están complicando el panorama de barriadas y comunidades.
A ello se suman las irregularidades en la recogida de basuras que no es uniforme ni llega a todos los sitios. Ya en cualquier terraplén o camino villaclareño aparece ante la vista un inusitado punto recolector de desperdicios creado al azar y sin tener las condiciones para ello.
En todo prima una realidad. Compartimos el espacio de convivencia, y si no somos capaces de ajustar el traje a la medida estamos comprometiendo la existencia humana. Me parece que la percepción de riesgo aún dista mucho de la verdadera realidad epidemiológica que nos envuelve dentro de estos desafíos del verano y de todos los tiempos.
MEMORÁNDUM
— Impera en estos tiempos hervir el agua o aplicar el Hipoclorito de Sodio a razón de tres a cuatro gotas por litro de agua.
— El lavado de las manos no se logra ejecutar de manera eficiente, y corresponderá a las administraciones crear condiciones para garantizarla en los colectivos laborales.
— La población debe cumplir lo estipulado a la hora de estornudar, por lo que resulta primordial cubrir la cara con un pañuelo o doblar el brazo en la zona del codo, y evitar toser de manera desprotegida.
— Se requiere la correcta, conservación, manipulación y distribución de los alimentos tanto en unidades de la Gastronomía como en quienes ejercen el trabajo por cuenta propia en perfiles relacionados con el expendido de productos comestibles.
— Otra de las medidas higiénico-sanitarias reclama el control de las excretas, así como de los residuales líquidos, de los desechos diarios, y de aquellos acumulados.
— Será vital la responsabilidad ciudadana en el autocuidado de su salud a favor del saneamiento ambiental y la preservación del medio ambiente de manera conjunta con las instituciones involucradas en el propósito.
CONTRASTES
En más de 30 años de ejercicio profesional he tenido que reiterar mensajes educativos y preventivos. No me pesa porque constituye parte de mi trabajo y de la responsabilidad ciudadana.
Ahora bien, es hora de que ya se consoliden etapas más efectivas que pongan en práctica esas estrategias y programas de los que tanto se habla.
Una de las incidencias principales está relacionada con el abasto de agua; sin embargo, se hace difícil cumplimentar las medidas cuando se mantienen ciclos de abastecimientos tan irregulares, y existen repartos a donde el líquido llega cada 20 o 30 días si es que llega.
Otro tanto ocurre con las roturas, salideros en las conductoras, en fin… y entre las orientaciones se sugiere que no se acumule el líquido o que se mantengan en recipientes tapados.
¿Cómo es posible no almacenarlos si desconocemos la próxima vez que el líquido llegará a las viviendas?, ¿qué establecimiento estatal vende las tapas a fin de proteger los recipientes?
En este mundo de planificaciones y presupuestos es hora de que el tema Acueducto adquiera una prioridad extrema. De que o se piense mucho en proyecciones para años venideros, mediatos o inmediatos, porque el asunto demanda futuro inminente y que transite por pasos certeros.
Otro detalle sugerido recae en la disyuntiva de hervir el agua en tiempos en que su consumo resulta excesivo, y en una familia de numerosos componentes ¿se podrá realizar el proceso tantas veces al día como se requiere? ¿Contaremos con las disponibilidades de combustible doméstico para hacerlo?
Necesitamos neuronas ágiles, agudas de pensamiento y de acciones en medio de coyunturas en extremos difíciles, como también de una disciplina individual que muchas veces escapa o. prácticamente, no existe.
Mientras tanto seguiré insistiendo en las medidas higiénico— sanitarias como complemento educativo, pero que no se olviden otros detalles imprescindibles para garantizar la vida.
¿Tenemos o no nuestras Razones?
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