Mi Comentario: Multas, contravenciones y deslices
Por Ricardo R. González
Ilustración: Alfredo Martirena
Esta vez no resulta el guayo de Catalina el inspirador de la historia. Es la tenencia ilegal de cerdos en áreas residenciales la provocante de una multa que por más que la dueña juró y perjuró no pudo evadir las consecuencias de su desacato ante las disposiciones vigentes.
De enero hasta agosto Santa Clara registra más de 43 mil 340 recargos impuestos por los organismos facultados. Ello asciende a 3 millones, 591 mil 255 pesos que pudieran tener otra utilidad si las continuas violaciones protagonizadas por los humanos tomaran mejor cauce.
Los organismos con mayores cifras de imposiciones son la Dirección Integral de Supervisión del Poder Popular (999), seguido de Higiene y Epidemiologia (352), MININT—PNR (345), Vectores (241), Transporte (151), e Industria Básica, con 105.
Sin embargo, la Oficina de Control y Cobro de Multas (OCCM) en la capital provincial supera las 5 mil 850 notificaciones pendientes de recaudación por disímiles causas, cuyo monto ya rebasa los 989 mil 160 pesos.
Vayamos por parte. Cualquier sociedad tiene vigente sus normas y disciplinas a fin de subsistir, por lo que cualquier ápice de violación exige medidas para respetar lo establecido.
El sistema de pago de esas transgresiones tiene vigentes diferentes métodos tanto para las personas naturales como jurídicas. Por ello existe un plazo de 30 días dirigidos a pagar el importe de la indisciplina. A partir del día 31 y hasta el 60, la cantidad se duplica, y ya pasados los dos meses se entra en la llamada multa apremio para la que existen dos soluciones.
Si el encartado es trabajador puede recurrirse al embargo, de hasta la quinta parte del salario, con vistas a eliminar su deuda, mientras que en el caso de un desvinculado laboral la vía no es otra que la remisión a los tribunales competentes.
En este segmento de apremio existen más de 2 mil 973 multas que aguardan por su pago relacionadas con diversas violaciones en la Industria Básica, el transporte, los vectores, la vivienda, el MININT, la PNR, y aquellas detectadas por la Dirección Integral de Supervisión, pero el fisco reclama los más de 619 mil 300 pesos aun pendientes.
Por otra parte están las contravenciones (infracciones cometidas por violación de decretos leyes). Sin embargo, las multas impuestas por desobediencias ante el 272 (relacionado con el Urbanismo y la Higiene), y el 202 vinculado a las agresiones ambientales, así como las determinadas por actos judiciales no duplican la cifra establecida en la notificación.
Según los especialistas el importe de las notificaciones que atentan contra el urbanismo y la sanidad son considerables en cuanto a la cifra a desembolsar, pues en otros casos resultan tan irrisorias que ni se sienten en la economía de los infractores y quedan entre esas asignaturas pendientes reclamantes de su revisión porque merecen un mayor peso por parte de la ley.
Quizás se desconozca que la OCCM ofrece facilidades de pago a través de convenios a realizarse en la propia sede. Siempre que la cuantía supere los 200.00 pesos de multa podrán establecerse hasta 10 plazos para su correspondiente liquidación.
A mi modo de ver, en una era de deterioro de valores habrá que crecerse y desterrar el amplio embudo de las indisciplinas. No se trata de establecer una competencia para enviar más casos a los tribunales ni de asfixiar billeteras en momentos en que los salarios quedan casi íntegros con una sola visita al mercado dominical.
Más, tampoco es jugar al ratón y al gato cuando hay leyes y prohibiciones que inhabilitan hacernos los dueños de este mundo.
La sociedad merece respeto, y sobre todo disciplina en la propia familia a base de dignos ejemplos a las generaciones que se forman dentro de la célula fundamental de la sociedad.
Hoy es Catalina la que, inconforme con lo ocurrido, dice y redice, pero bien sabe que desde hace años existen decretos que prohíben la cría de porcinos en los perímetros urbanos.
Y no es cuento porque se conocen casos que han acomodado al cerdito nada menos que en la bañera de edificios multifamiliares.
Como ese hay otros…engaño en precios, falsificaciones de toda índole, violaciones de normas sanitarias, adulteraciones en el peso de los productos, en fin… mientras se siga evadiendo la responsabilidad ciudadana y viéndola en el saco ajeno proseguiremos entre la gran cuerda floja de las multas, contravenciones y deslices.
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