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Día Mundial del Corazón: Con el corazón en la mano

Día Mundial del Corazón: Con el corazón en la mano

El cardiólogo doctor en Ciencias Médicas más joven de Cuba es villaclareño. Se llama Guillermo Alberto Pérez Fernández  y comparte sus vivencias, alegrías y esfuerzos para lograr una obra en bien de todos.

«Desde el inicio detectamos alta prevalencia oculta de HTA en adolescentes entre 12 y 15 años», sustenta el Doctor en Ciencias Guillermo Alberto Pérez Fernández.

Por Ricardo R. González

Foto: Carlos Rodríguez Torres

Nunca estuvo en los sueños de Guillermo Alberto Pérez Fernández irrumpir en el cosmos o viajar a la luna, mas no concibió su vida, aun desde pequeño, alejado del universo de la medicina. Se veía con su bata blanca entre el raudo movimiento de la camilla portadora de una urgencia, en acción ante un paro respiratorio, y al tanto del mínimo detalle a favor de la vida.

Un día logró su empeño, llegó a ser médico, y desde entonces confiesa que no ha descansado para saldar su deuda con la humanidad.

No le pregunte mucho por cuestiones ajenas a su mundo, aunque se sabe que disfruta a plenitud de la buena música, de la literatura escrita en lengua inglesa, y de la magia y dolores de cabeza propiciados por la informática.

Eso sí, marca el sentido de pertenencia por el hospital universitario Celestino Hernández Robau donde labora, y en materia beisbolera…! villaclareño hasta el tuétano!, de esos a contener en las gradas para evitar que salga al terreno a batear o a dirigir el equipo. Un batazo tan grande como el que logró al resultar el cardiólogo doctor en Ciencias Médicas más joven de Cuba, algo que le reporta enormes satisfacciones y retos todavía por vencer.

La pesquisa escolar en hipertensión arterial (HTA) fue el tema escogido para su doctorado. Una aventura iniciada en 2000 cuando era residente en medicina general integral (MGI) y todavía ni pensaba en un doctorado, ese sería, por el momento, su argumento para la tesis de MGI dentro de una etapa en la que se le vio cargando balanzas destinadas a pesar al alumnado desde su consultorio, ubicado en San Cristóbal y Villuendas, hasta la ESBU El Vaquerito en el parque El Carmen.

Unas veces en motocicleta, otras…al hombro, sin contar alguna que otra desavenencia con los potentes decisores al considerarse un proyecto muy ambicioso sin presupuesto en moneda dura.

— ¿Por qué la selección del tema?

— Algo me decía que era necesario, y la propia práctica nos dio la razón. La muestra de estudiantes pesquisados se incrementó, paulatinamente. En un principio iniciamos con tres escuelas secundarias básicas de Santa Clara.

— ¿Hubo sorpresas desde los primeros instantes?   

— Casi inmediatas. Alta prevalencia oculta de HTA oscilante entre el 5 y el 6 % en jóvenes entre 12 y 15 años que ni ellos ni sus padres la imaginaban.

— Ante lo llamativo ¿cuál fue la conducta a seguir?     

— Hubo que enfrentar la propia incredulidad de los progenitores. Se involucró a los educadores de los planteles como elemento esencial y tuvimos el apoyo considerable del MINED provincial y municipal, en especial de la doctora Marta Cárdenas.

Pero resulta que aparecieron otras sorpresas como adolescentes prehipertensos o con cifras de tensión consideradas de alto riesgo para ser un futuro enfermo.

— Sin embargo, la clasificación de hipertensos en menores sufre ciertas variaciones en torno a los adultos…

— Para determinarlo se tiene en cuenta los valores obtenidos mediante tablas de percentiles de talla con respecto a la presión arterial según edad y sexo. Por encima de determinados percentiles es que se identifica como hipertenso, prehipertenso o normo tenso.

— ¿Influye el peso corporal?

— De cierta manera, pero se le da más relieve a la talla en estas edades a la hora de clasificar las categorías tensionales.

— En su investigación, referente a estas tablas, hay también aportes…

— La Sociedad Cubana de Hipertensión se rige por modelos norteamericanos de percentiles para el diagnóstico. Con este doctorado surgieron las primeras tablas cubanas de percentiles, todavía perfectibles, que no difieren mucho de las establecidas por el Colegio Norteamericano de Cardiología.

Si bien corresponden a Santa Clara ha sido considerado uno de los aportes científicos más relevantes del doctorado, pues a la hora de diagnosticar toma relevancia el uso de «herramientas» autóctonas. Vale resaltar la labor del DrC. Ricardo Grau Avalos, de la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas, cuyo aporte fie clave en el empeño.

— Es cierta la existencia de un sitio WEB sobre el tema?

— En 2003 abrimos el primer sitio web cubano de hipertensión en la adolescencia, el cual encontró un sustituto en el primer blog cubano sobre la temática. Ya cumplió el primer año, y ha tenido buena acogida. Por el momento solo está disponible para usuarios del dominio de INFOMED en toda la Isla, Su dirección es: http://htaadolescencia.vcl.sld.cu/

— ¿A los acostumbrados factores y antecedentes de la enfermedad se suman otros novedosos?

— Siempre se habla de obesidad, influencias genéticas, sedentarismo; sin embargo, la investigación arrojó factores relevantes que inducen a un rendimiento académico no favorable, a ello se suma un ambiente escolar estresante y el entorno hogareño en el caso de las familias disfuncionales.

Y sigue siendo importante el bajo peso al nacer, o el extremo con fetos grandes.

— ¿Y en torno a los desajustes cardíacos?

— El 21 % de los hipertensos estudiados ya manifiestan irregularidades en el ventrículo izquierdo, mientras el 6,4 % de los prehipertensos pudieran generar cardiopatía hipertensiva. Aproximadamente el 30 % era obeso, y casi un 40 % de los hipertensos tenían sobrepeso.

— Existe una moda casi generalizada por los videojuegos, el tiempo excesivo ante las computadoras, y las adicciones a otras tecnologías sofisticadas ¿Qué opinión le merecen?

— Influye negativamente sobre la salud. Muchas de estas modalidades traen una carga exagerada de violencia que provocan estrés y pudiera desencadenar una prehipertensión e hipertensión.

— Grasas recalentadas, dietas inadecuadas, comidas chatarras… ¿Cuál es su valoración?

— Nos estamos acostumbrando, por las propias coyunturas, a minar a nuestro organismo. Pizzas, productos enlatados, quesos…pueden elevar la presión arterial. Cada vez incrementamos las comidas fáciles, e incluso la propia merienda escolar está llamada a una mayor variedad, de acuerdo con nuestras disponibilidades, y a mejor elaboración a fin de que los educandos no la rechacen para evitar que recurran a otras alternativas dañinas a la salud.

— ¿Las grasas recalentadas? 

— Son altamente peligrosas. El organismo no las metaboliza y facilitan los depósitos en arterias coronarias, cerebrales y renales, lo que conlleva a cardiopatías isquémicas, y a accidentes cardiovasculares encefálicos.

Y ojo con esas minutas deliciosas, pero elaboradas en grasas «negras» que constituyen un veneno.

— Además de ser especialista de I y II grado en Cardiología y Máster en Urgencias Médicas, con esta investigación encontró incrédulos y puertas cerradas…

— Yo creo que en todo momento existen y forman parte de la vida, pero no me rindo nunca. Tuve muchos obstáculos, incomprensiones, mas el esfuerzo siempre se premia.

Soñé con aportarle un poco al conocimiento de la HTA en la adolescencia, y creo he logrado algo.

— En una década de investigación ¿qué le faltó por alcanzar?

— Hubiera querido abarcar más escuelas, y llegar a las zonas rurales, pero limitantes diversas lo impidieron.

— ¿La mayor satisfacción?

— Ser útil en la vida. Muchos adolescentes pueden rescatarse de padecer la HTA con un diagnóstico temprano y mediante cambios en los hábitos y estilos de vida.

La investigación aportó nuevos  conocimientos sobre el diagnóstico y predicción del riesgo cardiovascular desde la adolescencia con el punto de mira puesto en la adultez, tema que constituye una primicia en Cuba.

— Se habla mucho de HTA, pero a mi modo de ver no constituye un problema resuelto…

— A pesar de celebrarse congresos, existir bibliografía y publicaciones en toda la red sobre el tema el camino es bastante complejo e involucra a muchos.  

Con su solución, incluso ahorraríamos en fármacos destinados al tratamiento, pues vale decir que en los Estados Unidos la evaluación inicial de un adolescente hipertenso para determinar posible causa de la HTA e indicar medidas terapéuticas asciende a 3 mil 420 dólares.

Aun no quedan resueltas las acciones en la atención primaria de Salud como eslabón primordial que reclama ingentes esfuerzos en el tema.

Y estoy convencido que si lo atacamos desde la niñez y adolescencia el panorama sería otro para una enfermedad que sigue siendo una enemiga silenciosa.

— Su doctorado fue defendido en el CIMEQ como única institución facultada, hasta el momento, para este tipo de acto ¿Cuáles fueron sus primeros pensamientos?

— Pensé mucho en mi familia, en los enfermos, en aquellos que me dieron ánimo y porque no, en los que me recordaron constantemente que era una tarea muy difícil, que no valía la pena.

Incluso la fecha de la defensa coincidió con el cumpleaños de mi padre y resultó mi regalo para él. Hubiera sido imposible lograrlo sin el aliento que me inspiró la familia en todo momento.

También debo agradecer de manera especial al DrC. Carlos Hidalgo del Hospital Militar por su incondicional ayuda, y del que aprendí mucho, e igualmente a todos aquellos que nos hicieron críticas muy fuertes relacionadas con el trabajo.

— Si tuviera la potestad de cambiar el mundo ¿Qué detalle modificaría?

— El dirigido a incrementar la investigación médica del riesgo cardiovascular en Cuba desde las primeras edades de la vida. Pienso que de ir a las raíces se podría evitar que más del 90 % de los pacientes operados en Cardiocentro sean hipertensos como causa principal que los ha llevado al acto quirúrgico en la actualidad. Quizás fueron adolescentes prehipertensos y nadie los descubrió, a tenor de que la primera causa de cardiopatía isquémica resulta la HTA.

— El paciente ¿qué significa para un médico?

— (Por unos minutos queda en silencio)… Mi razón de ser, la fuerza con la que siempre estaré en deuda, por eso no me importaron las puertas cerradas, ni las madrugadas en vela, ni las incomprensiones porque estaba del lado del bien, algo similar a aquel batazo descomunal de Ariel Pestano que vistió de fiesta a Villa Clara, y para mí esa es mi celebración; disfrutar del privilegio de que alguien me diga: «gracias, doctor».

También puede ver este material en:

http://ricardosoy.wordpress.com

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