Insiste Cuba en la recuperación de los manglares
Por Ricardo R. González
Uno de los objetivos priorizados en la agenda ambiental cubana es la recuperación, a mediano y largo plazo, de la franja de manglares debido a su marcado deterioro.
Para ello se prioriza el sistema de reforestación, el vínculo participativo de las comunidades aledañas, y la rehabilitación de las áreas más afectadas, según explica la ingeniera Herminia Serrano Méndez, coordinadora nacional de los estudios de peligro, vulnerabilidad y riesgo de la Agencia de Medio Ambiente.
Dentro de las que presentan un estado poco favorable aparece la costa norte villaclareña como parte del 30 % que, a escala nacional, está aquejada por el incremento de la salinidad, la disminución de nutrientes producto de la deforestación no sostenible, la acumulación de arena sobre las raíces, las escasas precipitaciones, y la intensidad de los huracanes, entre otros factores.
Los manglares ocupan el 4,8 % de la superficie terrestre cubana y el 26 % de la correspondiente a los bosques. Están presentes en casi el 70 % de nuestras costas, y son considerados como la primera formación forestal natural.
Estos ecosistemas desempeñan un rol principal en la protección y estabilización de las áreas costeras, así como en el funcionamiento de las zonas de reproducción y cría de especies marinas.
Las raíces de los mangles sirven de refugio a diversas variedades, al tiempo que protegen las costas y otros hábitats de los efectos de la erosión causante de oleajes, vientos e inundaciones, sin descartar sus potencialidades como filtros de contaminantes para evitar que lleguen a los arrecifes coralinos.
Debido a su alta sensibilidad mueren de manera brusca si alguno de los parámetros del entorno es modificado.
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