El niño magneto de Brasil
Paulo David Amorim es un brasileño de 11 años que se ha convertido en una celebridad en su colegio por su peculiar capacidad de atraer todo tipo de metales, parece tener unas extrañas propiedades magnéticas.
El menor puede atraer tenedores, cuchillos, tijeras, cacerolas y otros objetos de metal a su pecho y espalda, que permanecen adheridos a su cuerpo.
En Brasil le llaman "el chico imán" y, aunque el hecho no se ha comprobado científicamente, los médicos dicen que la salud del niño no corre peligro. En su colegio lo llaman el "niño magneto", porque todo se le pega al cuerpo. Su padre, Junior, hizo una demostración ante las cámaras de una televisora local, colocando cubiertos, teléfonos celulares, controles remotos y hasta ollas de cocina que quedaban adheridas a la piel del pequeño.
Junior explica que descubrieron el magnetismo de Paulo un día que le pidió que le trajera unos cubiertos y "para mi sorpresa, venían pegados" a su piel.
Celebridad adhesiva
Aunque los médicos que han sido consultados no logran explicar el fenómeno y aseguran nunca haber visto un caso similar, estiman que la salud del niño no corre peligro.
"Podemos ver que hay cierta adhesividad. Que él logra hacer que los objetos se peguen a su cuerpo, algunos de ellos muy pesados, pero no es algo completamente fuera de lo ordinario", aseguró el doctor Dix-Sept Rosado Sobrinho.
Junior Amorin dijo a un diario local que no está preocupado por la salud de su hijo y que consultaría a un especialista si ocurre algún cambio.
Mientras tanto en el colegio, Paulo se ha convertido en una celebridad y al mismo tiempo en una curiosidad.
"En la escuela, todos me piden que ponga cosas en mi cuerpo. Ellos piensan que es un truco", dijo Paulo cuando lo entrevistó la cadena O’Globo.
Cuestión de piel
El brasileño no es el único caso de "magnetismo" inexplicable que hay en el mundo.
A principios de año, el diario británico The Daily Mail y la televisora estadounidense MSNBC entrevistaron a un niño serbio de 7 años, de nombre Bogdan, quien exhibía las mismas propiedades adhesivas.
Sin embargo, algunos científicos aclaran que, pese a lo que muestren este tipo de imágenes, nadie ha demostrado nunca tener propiedades magnéticas, es decir, la capacidad de atraer metales como un imán.
"La clave para entender el fenómeno no yace en el magnetismo ni en ninguna habilidad mística, sino en la física de la fricción", aseguró al escribir sobre el caso de Bogdan en la publicación especializada Discovery News, el psicólogo Benjamin Radford, experto en asuntos paranormales.
"La piel es muy elástica y tiende a adaptarse a los objetos con los que entra en contacto. Eso es particularmente notable en días calientes cuando la piel desnuda se pega a los asientos de plástico o cuero. Es la misma razón por la que la piel puede ser algo adhesiva."
Así que si los niños fueran "magnéticos", las demostraciones podrían repetirse con ropa puesta o en diferentes posiciones para comprobar si los objetos siguen adheridos al cuerpo.
(Tomado del Periódico Granma con información de BBC Mundo)
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