Ignacio Piñeiro (Cuba)
Por Ricardo R. González (*)
Cuba posee en su música el eterno tesoro del son, y ello se lo debe, en gran parte, a Ignacio Piñeiro, aquel muchachito nacido en el barrio Jesús María que desde muy corta edad demostraba dotes artísticas al incursionar en coros infantiles.
La vida del compositor estuvo llena de oficios, pues cuentan que desde muy temprano tuvo la forja de fundidor, albañil, tonelero, portuario y tabaquero. Sin embargo, ya en 1906 integró la agrupación de clave y guaguancó Timbre de Oro, con una participación destacada como improvisador decimista.
Un preámbulo para dirigir después el grupo Los Roncos para el que crea partituras corales como Mañana te espero, niña, Dónde estabas anoche, y Cuando tu desengaño veas,.
Después de su paso por el grupo Renacimiento trabajó como contrabajista en el Septeto Occidente, de María Teresa Vera, con el que viajó a Nueva York, pero a su regreso, en 1927, fundó su Septeto Nacional que le abrió las puertas al mundo.
Por aquella época era un sexteto, y en 1932 se produjo un hecho clave al visitar La Habana el compositor norteamericano George Gershwin y asistir a la emisora radial CMC en la que actuaba el septeto de Piñeiro.
Una amistad surge entre ellos, y el huésped realiza anotaciones de las obras creadas por el nativo. Precisamente de la Obertura cubana, Gershwin utiliza temas del son pregón Échale salsita.
El repertorio del criollo transita desde el son montuno, la rumba y el guaguancó hasta la canción, el danzón, el son campesino, la plegaria, la guaracha y el tango congo, entre otras manifestaciones.
De este prolífero acervo, nutrido por unas 327 piezas, figuran entre las más populares Esas no son cubanas, popularizada de manera magistral por nuestro Barbarito Diez, además de otras como Cuatro palomas, Suavecito, La cachimba de San Juan, Buey Viejo, y por supuesto su Échale salsita compuesto en 1933.
Hoy 21 de mayo en que se cumple aniversario de su nacimiento. La música cubana se engalana con haberlo tenido entre sus glorias eternas. Lamentablemente nos dijo adiós el 12 de marzo de 1969, mas queda el legado, ese insustituible que perdura para hacerlo inmenso.
(*) Nota de Editor: Los trabajos publicados en temas (Artistas) han sido elaborados por este autor, a partir de informaciones de base, sin que consignen la totalidad de detalles, hechos, y personalidades que influyeron en el desarrollo artístico.
0 comentarios